Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Una comerciante de Cabildo pasó por una traumática experiencia

Élida Dietrich aseguró que vivió un mal momento cuando dos adolescentes les sustrajeron 150 pesos.
“Uno de ellos, el más grande, me agarró del cuello y quería la plata. Estaba alcoholizado o algo más y tengo presente la mirada de sus ojos, a pesar que tenía el rostro cubierto”, relató Dietrich.

Elida Dietrich (73) es una comerciante de Cabildo que desde hace 20 años tiene su negocio y en las últimas horas sufrió lo que ella misma calificó como “un mal momento”, cuando dos menores de edad la asaltaron en medio de un violento episodio.

La mujer agradeció la preocupación de sus vecinos por su salud y, más allá de lo sucedido, aseguró que no guarda rencor hacia los ladrones.

“No sé, algo van a tener que hacer con estos muchachos por quienes, en un punto, siento lástima”, afirmó.

El hecho se produjo anteanoche en el local denominado “Mi Ilusión”, ubicado en Parera 86, y fueron aprehendidos dos hermanos de 15 y 17 años, a quienes la policía descubrió escondidos en una edificación abandonada ubicada a unos 200 metros del negocio.

Ambos fueron conducidos al destacamento y poco después recuperaron la libertad por orden de la fiscalía, aunque al momento de retirarse, según se indicó oficialmente, el mayor de los adolescentes golpeó a un efectivo policial que estaba atendiendo el teléfono en la dependencia.

Producto de lo ocurrido Élida sufrió una crisis nerviosa que alteró levemente su presión arterial, por lo que recibió asistencia médica.

“Quiero destacar la solidaridad del pueblo. Acá todos nos conocemos y durante la mañana (por ayer) vino un montón de gente a preguntarme cómo estaba”.

Sostuvo luego que “pasé un mal momento... Es un problema, no sé que va a pasar con estos chicos. En esta ocasión fueron dos, pero hay tres que son bravos, y son todos nacidos acá”, mencionó.

Describió que los chicos habían concurrido a su despensa poco antes de robarle.

“Ellos habían venido alrededor de las siete de la tarde. En esa ocasión trataron de comprar vino, pero les dije que no tenía, porque en realidad no lo vendo”.

Agregó que salieron del lugar, aunque se quedaron en las inmediaciones.

“Acá nos conocemos todos, es como una familia y alrededor de las siete y media vino gente para estar conmigo, incluida una vecina. Se ve que ellos esperaron a que se fueran todos y volvieron”.

A esa altura, la condición y el objetivo de los menores había cambiado.

“Uno de ellos, el más grande, me agarró del cuello y quería la plata. Estaba alcoholizado o algo más y tengo presente la mirada de sus ojos, a pesar que tenía el rostro cubierto”, relató.

Sostuvo luego que “el más chico se quedó quieto, pero el otro me llevó atrás del mostrador donde tengo la caja, y seguía apretándome el cuello; creí que me iba a ahorcar”.

El comercio ocupaba la parte anterior de la vivienda que, en soledad, ocupa la mujer.

“En la caja no había mucho dinero, serían 150 pesos, y entonces me dijo 'vamos para adentro, en algún lugar tenés más plata; en alguna cartera', y me llevaba para donde está la cocina”.

Una instintiva reacción de la víctima puso en fuga a los delincuentes.

“Yo le decía que me soltara, le decía 'te lo pido por tu madre, por alguien que quieran; me vas a ahorcar'. Y en un momento grité y rajaron”.

La despensa está ubicada junto a la sede de Fútbol Club y algunas personas que se encontraban en la institución advirtieron la situación..

“Al lado del negocio está el club, y justo pegadito tienen la cancha de bochas... Cuando (los adolescentes) se fueron dieron un portazo que hizo que la gente que estaba allí saliera. Y después se armó un revuelo en el pueblo”, dijo Élida.

“Yo tengo un poco de presión alta y como estaba temblando, la policía me llevó hasta la salita (médica). Me acompañó una vecina y allí estaban la médica y una enfermera. Me tomaron la presión y la tenía un poquito alta, pero no mucho. De todos modos, me hicieron quedar alrededor de una hora”, mencionó.

Finalmente, la comerciante indicó que el de la antevíspera no fue el único robo que le tocó sufrir.

“Llevo como veinte años con el negocio y el año pasado también me robaron. Esa vez fue de noche, mientras estaba durmiendo. Cometí el error de dejar la llave puesta y la hicieron caer al piso para luego tomarla desde afuera. Esa vez se llevaron cuatrocientos pesos que tenía como cambio, y por suerte no escuché nada”.

Actuaciones judiciales

El hecho ocurrido en Cabildo fue caratulado como robo simple, con expectativa de pena de un mes a seis años, y tomó intervención la fiscal Betina Úngaro, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 1, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.