Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Obras: la realidad impone controles

Bahía Blanca no debe permanecer ajena a la supervisión de los paquetes de grandes obras proyectadas. Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com
Por lo general, las obras de ABSA son de difícil seguimiento por parte del periodismo.

La reciente decisión del Concejo Deliberante de aprobar un pedido para que el intendente audite las obras públicas que se ejecutaron en nuestra ciudad, con fondos aportados por José López, bien puede constituir el momento propicio para que no sólo el Ejecutivo municipal, sino también gran parte de los concejales, también se aboquen al seguimiento de las inversiones nacionales y provinciales previstas en la ciudad.

Si bien por el momento no habrá comisión alguna que se dedique a investigar los trabajos que pasaron por manos del hoy detenido exfuncionario kirchnerista, la realidad impone también que se ponga la lupa de varias grandes obras proyectadas para que los tristes y lamentables episodios por todos conocidos, no tengan el más mínimo correlato a nivel local.

Dos son los casos que requerirán un mayor seguimiento, no sólo por la magnitud de las inversiones sino también para aventar cualquier sospecha de manejo poco claro que pudiese estar circulando durante los últimos días.

Estas obras multimillonarias son el acueducto desde el río Colorado (al menos 150 millones de dólares en la primera parte) y la ejecución de las etapas de tratamiento primario y secundario en la planta depuradora de líquidos cloacales Primera Cuenca, obra a punto de comenzar y de la cual, por ejemplo, jamás se supo cuánto ofertó la Esuco S.A., firma que perdió a manos de la ute Panedile-Tecma.

De la terminal al acueducto y las depuradoras

Por falta de personal o de voluntad, el control técnico y político de las obras que se ejecutan en la ciudad sigue siendo muchas veces una asignatura pendiente.

En el caso de algunas, su monitoreo siempre parece estar reservado solamente a la Nación y a la Provincia, y en otros las enormes carencias municipales en materia de inspectores hacen que los controles muchas veces no aparezcan.

Más allá de la necesaria investigación de las obras de López en la ciudad, si se tiene en cuenta que sobre tres plantas depuradoras construidas ninguna de las tres funcionó: White (1977), Primera Cuenca (1997) y Tercera Cuenca (2008), y la última debió casi ser rehecha y la segunda está ahora en eso, resulta claro que estas también son cuestiones donde hay que poner una lupa cada vez más grande.