Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Crítico estado del río que le daría agua a Bahía

El Colorado apenas trae hasta Pedro Luro el 10% de su caudal habitual, situación que incrementa en gran medida el nivel de salinidad.
Especialistas proponen encarar otras obras en vez del acueducto desde el Colorado.

Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

En un hecho que no debe pasar desapercibido a la hora de evaluar la real contribución que podrá realizar a la ciudad el futuro acueducto desde el río Colorado --si es que las promesas políticas se cumplen y definitivamente se concreta--, resulta conveniente repasar la actualidad de dicho curso de agua.

Si bien su presente puede responder a cuestiones estrictamente estacionales, el río llega a Pedro Luro con el 10% del caudal que tiene en un año normal, lo que incrementa en forma preocupante la salinidad natural de sus aguas y ocasiona numerosos inconvenientes en las poblaciones ribereñas que deben consumir agua envasada.

Según el diario “Río Negro”, a tal punto llegó la disminución del recurso hídrico que está tan bajo que se puede cruzar a pie con ganado, eludiendo los controles de la barrera geográfica que previene la difusión de la aftosa.

Las constantes bajantes ya llevan una década y el proceso, cada vez más agravado, viene movilizando a los regantes de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.

A la ahora de ensayar respuestas a semejante situación se alude al cambio climático y su drástica reducción de nieve y lluvia en la cordillera, a la retención de caudales que realiza la represa Casa de Piedra y que sólo libera en función de las necesidades de generación de energía. Para hacer frente a la crisis se habla de trasvasar agua desde el río Negro.

¿Y la obra?

Desde fines del año pasado, cuando tanto el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof como su par bonaerense, Silvina Batakis, anunciaron el otorgamiento de un crédito por 150 millones de dólares por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF) para la puesta en marcha del acueducto, no volvió a hablarse del tema, al menos desde los despachos oficiales.

Seguramente, como se prevé, el anuncio de la ejecución estará próximamente en boca de Cristina Fernández y Daniel Scioli, en el marco de la campaña electoral, pero hasta ahora ni siquiera se dio a conocer el proyecto técnico definitivo.

Se sabe que desde una estación de toma se bombeará el agua cruda a través de una tubería de impulsión hasta la planta potabilizadora, ubicada a 1,6 km de distancia, en Pedro Luro. Desde allí se la impulsará hasta el centro de distribución en Bahía Blanca mediante el acueducto troncal que tendrá una longitud de 120,8 km.

De todas formas, hay algunos especialistas, por caso del ingeniero Juan Carlos Schefer, que destacan la importancia de encarar otras obras en vez del acueducto desde el Colorado, por caso la renovación de la red local de distribución de agua, evitando así la pérdida de un caudal superior incluso al que puede llegar desde el río.

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Análisis

Una fuente más de abastecimiento

Escribe David Roldán

No todo el mundo tiene bien claro qué rol cumplirá el acueducto desde el río Colorado.

Es que desde algunos sectores se supone que habrá de reemplazar a Paso de las Piedras.

Nada más alejado de la realidad.

El acueducto significará una fuente de abastecimiento más para Bahía Blanca, que posibilitará tener un refuerzo, particularmente para crisis hídricas como la que se dio unos años atrás.

Como también podrían serlo las aguas subterráneas, Puente Canesa (sobre el Napostá) o cualquier proyecto sobre el Sauce Chico, por ejemplo.

Todas son alternativas.

Ninguna reemplazará a otra.

Se sumarán, pensando en las próximas generaciones, fundamentalmente.

Y si bien por el Colorado escurre un caudal mínimo, no hay que encender una luz de alarma.

Es cierto que la cuenca viene soportando una década de magras nevadas (principal recurso).

Claro que, pero ese pobre escurrimiento es temporario (se extiende desde comienzos de mayo a fines de julio, cuando hay receso en el riego) y sirve para almacenar recursos detrás del dique Casa de Piedra con vistas a la venidera campaña productiva en los valles aguas abajo, en especial el que está acá nomás, en el sur de Villarino y el norte de Patagones.

En la práctica, los 2 metros cúbicos por segundo que demandará el acueducto a Bahía Blanca están asegurados.

Como lo están los 2 metros que necesita el acueducto a La Pampa (hace años en pleno funcionamiento), que hoy llega hasta Santa Rosa y que, según reciente anuncio de Cristina Kirchner, se extenderá hasta el norte de esa provincia. O, también, para la provisión, para consumo humano, de otras varias poblaciones ribereñas al Colorado.

En este sentido, hay un acuerdo explícito surgido del ámbito del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco).

De manera que, entonces, es hora de acelerar los procesos para que el proyecto siga su curso y pronto se inicie la etapa de realización.

Teniendo en cuenta que ya se habrían conseguido los fondos y que, como decíamos, el acueducto no reemplazará a Paso de las Piedras ni a otras alternativas.

Será una fuente más. Y muy importante, por cierto.