Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Entre la política y la realidad, esta semana llegan los trenes chinos

Una formación 0 km saldrá el jueves a la madrugada desde Plaza Constitución y arribará a la ciudad por la vía Lamadrid, para retornar al día siguiente, tal como anunció la semana pasada el ministro Florencio Randazzo.
Los trenes, flamantes. La recuperación del ferrocarril es uno de los caballitos de batalla de Randazzo de cara a las urnas.

Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

Con cierta expectativa recibirá esta semana nuestra ciudad el arribo de los trenes de origen chino que, de manera experimental, cubrirán el trayecto entre Plaza Constitución y la Estacion Sud.

El empleo de las formaciones 0 km fue anunciado días atrás en Bahía Blanca por el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien anunció que el recorrido se hará a manera de prueba, para evaluar cómo responden esas formaciones al estado de la vía Lamadrid, que en diversos tramos se encuentra muy deteriorada.

Según pudo saber este diario, el tren saldrá a las 5 de la mañana del jueves desde Plaza Constitución, estando previsto su arribo a nuestra ciudad sobre las 18.30, mientras que el regreso será en horario similar, el día siguiente.

Los tramos más difíciles para el paso de la formación a una velocidad aceptable son el que va de Azul a Hinojo, donde los trenes no pueden correr a más de 20 km/hora, así como de Olavarría a Lamadrid y de Napostá a Bahía Blanca, donde apenas pueden alcanzar una velocidad superior, aunque otros, como el de Pigüé a Saavedra, permiten una circulación a 90 km/hora.

Según se rumorea, para los sectores más afectados, desde Nación se dispondrán unas 30 personas, divididas en dos cuadrillas, con el apoyo de las concesionarias de cargas Ferroexpreso Pampeano y Ferrosur, que se encargarán paulatinamente de poner en condiciones los rieles. En tal sentido, seguramente las formaciones circularán por la vía secundaria.

Si bien el año pasado circuló por las vías locales una formación china con destino al sur y el viaje transcurrió prácticamente sin mayores vaivenes para los pasajeros, debido a los modernos sistemas de suspensión con que cuentan los nuevos trenes, no pocos veteranos ferroviarios desconfían de la durabilidad de los vagones y locomotoras frente al fuerte deterioro del tendido férreo.

De hecho, de las dos vías disponibles hacia Buenos Aires, solo una permite el empleo de este tipo de trenes, la Lamadrid, que pasa por Coronel Suárez, mientras que la vía Pringles (Cabildo, Sierra de la Ventana y Coronel Pringles), no está en condiciones operables.

Pero, más allá de las cuestiones técnicas, no menos relevante resulta la “pata” política de esta historia, por cuanto no puede negarse que la recuperación de los ferrocarriles es el principal caballito de batalla de Randazzo en sus aspiraciones presidenciales y en su lucha contra el gobernador Daniel Scioli dentro del Frente Para la Victoria.

Del mismo modo, impacta en su lugarteniente local, el diputado provincial Marcelo Feliú, con posibilidades concretas de llegar a la intendencia bahiense.

Solo el tiempo dirá si estas pruebas con trenes chinos son una puesta en escena de cara a las primarias de agosto o si, por el contrario, se trata de un plan serio destinado a recuperar el ferrocarril en el interior del país.

Por estos días se han visto automóviles de la cartera de Randazzo recorriendo distintos tramos de la vía a emplear con personal que, según fuentes consultadas, estaría plenamente abocado a la organización de actos “políticos” para festejar la llegada del tren.

Para aventar malos pensamientos sería conveniente que los resultados de las pruebas se den a conocer rápidamente y la comunidad conozca a corto plazo si esos trenes chinos comenzarán a correr regularmente ofreciendo un servicio sustancialmente mejor al que ahora presta Ferrobaires.

La ciudad no se merece otro episodio vergonzante como el que protagonizó el radical Horacio Massacessi en la campaña presidencial de 1995, cuando llegó con un tren que nunca más volvió. En buena hora que esta prueba no tenga nada que ver con viejas prácticas, donde el tren termina resumido a un simple panfleto electoral.