Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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El honor se sostiene con grandes esfuerzos

Salvador Ojeda, veterano de Malvinas, lidera la travesía que se inició en La Quiaca y que ayer pasó por Bahía.
Zelarrayán y Cuyo. Ojeda pasa frente al Centro Cultural Malvinas. Misión casi cumplida.

Por Ricardo Aure / haure@lanueva.com

El sudor, el cansancio, la satisfacción...

Salvador Ojeda levantó sus ojos en busca de la bandera que el viento empujaba frente a la Municipalidad. Y sonrió como ofrendándole tanto esfuerzo. El suyo y el de sus compañeros de travesía: Luis Peña y Luis Maisson.

“Hemos perdido la guerra. Yo perdí un pie pero no debemos perder el sueño y la esperanza de recuperar las Malvinas que nos corresponden. No vamos claudicar”, dijo este santafesino de 65 años, cabo retirado de la Infantería de Marina, que desde el primero de este mes encabeza la travesía que se inició en La Quiaca, provincia de Jujuy, y que hoy sobre las 11 concluirá en Punta Alta.

Eran las 16.44 de la calurosa tarde de ayer cuando los pedalistas llegaron al palacio comunal entre los aplausos de veteranos bahienses, los tambores de un grupo de Hare Krishna y los reclamos por más tierras para el Plan Procrear. Ninguna autoridad municipal los esperó.

Ojeda, Peña, también ex combatiente y santafesino, y el chaqueño Maisson fueron agasajados por la Unión de Suboficiales de Veteranos de Malvinas de Bahía Blanca, que en la víspera celebró su asamblea en la comuna.

De la travesía, que totalizará 2.238 kilómetros, también participan la mujer de Ojeda, Juana, y sus hijos Lucía Ayelén y Nazareno Martín.

“Planificamos 28 paradas, pero como en algunas no tuvimos quien nos hospedara, seguimos de largo. Gracias al clima hubo jornadas en las que recorrimos hasta 140 kilómetros, pero cada 40 tuvimos que parar por el dolor en mi pierna”, indicó Ojeda, al repasar el camino que le deparó algunas adversidades, como la sustracción de una bicicleta en Vicuña Mackenna (Córdoba). Cuando estaban en Santa Rosa(La Pampa), les avisaron que la habían recuperado, así que en un auto volvieron a buscarla.

“Como devotos de la Virgen María, cada día rezamos el Santo Rosario, lo que haremos al llegar a Punta Alta”, agregó Ojeda, quien vive en esa ciudad desde 1969.

En 2009, el no darse por vencido y su afán de evitar el de olvido de los caídos estimularon a Ojeda a caminar entre Ushuaia y Punta Alta, pero como sintió que le faltaba el norte, durante tres años se preparó para este viaje en bicicleta, en el que contó con el apoyo logístico de Masson, un apasionado del ciclismo.

Quedan 28 kilómetros para el final de esta historia que comenzó hace 29 días en La Quiaca, claro testimonio del poder de la voluntad y las convicciones.