“No sentí miedo cuando el ladrón nos disparó”, dijo la mujer policía sobre el robo a la distribuidora

Redacción de La Nueva.

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   Marina Estevez tiene 33 años y es madre de una pequeña niña con la que comparte todas las noches. De día ejerce la vocación que eligió, es sargento de policía en el Comando de Prevención Comunitaria. Y lo hace con mucha responsabilidad.

   Por eso el martes no dudó en correr a uno de los dos delincuentes que armados perpetraron un violento asalto en la distribuidora Peyssé, ubicada en Castelli al 300, y que después se enfrentó a tiros con la policía, resultando uno de ellos con graves heridas.

   “La verdad es que cuando el delincuente nos empezó a disparar a mí y a las víctimas del robo, no tuve miedo por la adrenalina propia del hecho. En ese momento pensé en muchas cosas, pero a la vez en nada. Soy policía y mi deber era perseguir al ladrón”, dijo ayer la agente en diálogo con La Nueva.

   Admitió que no sintió temor de ser alcanzada por una bala: “Creo que ninguno de los tiros pasó cerca nuestro, pero ni siquiera me puse a pensar en eso. Solo seguí corriendo porque lo quería agarrar de cualquier manera”, agregó Marina.

   “Nunca me había pasado algo así porque la mayoría de las veces estuve de ayudante de guardia, es decir que estaba adentro de una comisaría y muy pocas veces salía en un móvil. Lo primero que atiné a hacer fue correr al sujeto porque no quería que se me escapara, así que lo fui siguiendo como pude porque él corría bastante rápido”, recordó.

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