Las tierras de la UNS continúan en estado de indefinición
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A más de un año del escándalo y las peleas en la Asamblea Universitaria por el proyecto de venta de un macizo de tierras de la Universidad Nacional del Sur (UNS), el futuro de las mismas continúa en estado de indefinición.
Ahora, en medio de un proceso electoral que el miércoles de la semana próxima decidirá quién es el futuro rector de la UNS, distintas agrupaciones trajeron nuevamente el tema al centro del debate.
El candidato a rector por la Lista Blanca (oficialista), Mario Sabbattini, indicó que no descarta a futuro la venta del macizo de 12 hectáreas si el tema se retomara y llegara a contar con un consenso generalizado en la casa de altos estudios.
De todos modos, señaló que en estos momentos no sería necesaria la operación porque la universidad cuenta con otras fuentes de financiamiento para encarar nuevas obras edilicias en otros lotes de su propiedad.
Incluso, Sabbattini instó a ser cautos, porque hay fuertes pronunciamientos en contra desde distintos estamentos de la institución, así como de agrupaciones de estudiantes y docentes.
Sabbattini, junto con Claudia Legnini, encabeza la lista que obtuvo la mayoría de los votos en el comicio del viernes 7 de este mes, en el cual se eligió a los miembros de la Asamblea Universitaria, órgano encargado de nombrar al futuro rector.
Federico Martínez Gravino, integrante de la agrupación estudiantil Generación Universitaria, que se pronunció desde su inicio en contra de la venta de los terrenos, remarcó también que en la actualidad hay fondos para solventar obras edilicias y sostuvo que los terrenos de la discordia podrían tener otro fin.
Su agrupación apoyó en la elección a la lista Línea Phi, cuya fórmula está integrada por los doctores Andrea Castellano y Javier Orozco como postulantes a rector y vice, la cual quedó en el segundo lugar.
La venta de tierras tuvo en 2004 un capítulo clave: ese año el Consejo Superior de la UNS autorizó enajenar el inmueble para obtener fondos que permitan la construcción de nuevos edificios para los departamentos de Derecho, Economía, Ciencias de la Computación, Administración e Ingeniería Eléctrica.
Sin embargo, una serie de oposiciones posteriores impidieron la transacción.
Pese a no concretarse esa venta, los edificios para los mencionados departamentos ya están en marcha con financiamiento del Estado Nacional y presupuesto universitario, por lo cual ese argumento ya no sería más viable, manifestó Martínez Gravino.
Desde la agrupación Generación se presentó, entonces, un proyecto para derogar aquella resolución del Consejo, con la justificación de que la mayoría de los edificios ya están en construcción o terminados y no se necesita vender las tierras para construir el de Derecho, el único que falta.
Los lotes que podrían salir al mercado son dos: uno ubicado detrás de la Escuela de Agricultura y Ganadería, entre Pilmaiquén y Sivori, que se pretendió vender el año pasado (ver aparte), y otro detrás del Bahía Blanca Plaza Shopping, entre Las Heras y Yapeyú.
Uno de los proyectos de la agrupación estudiantil para con el terreno que está cerca de avenida Cabrera es destinarlo a residencias estudiantiles, salón de usos múltiples, anfiteatro e instalaciones deportivas.
Por lo pronto, la operación, que podría significar un movimiento cercano a los 20 millones de pesos (o más, debido a la excelente ubicación del macizo), permanece en un limbo. Y las tierras siguen sin aprovecharse.
Una polémica que promete más capítulos
Aprobación. La enajenación de los terrenos comprendidos entre las calles Pilmaiquén, Sívori, Las Heras y Yapeyú fue aprobada hace 10 años por el Consejo Superior de la UNS, aunque nunca pasó de esa instancia.
Injerencia. En ese momento, la Asamblea Universitaria consideró no tener injerencia en el tema.
Cambio de postura. Sin embargo, en 2012 algunos sectores lograron modificar esa postura de la Asamblea y por eso la operación volvió a instalarse en la agenda política universitaria.
Antecedente. El año pasado se pretendió vender el terreno ubicado detrás de la Escuela de Agricultura. Según Martínez Gravino, sin considerar cuestiones como las plantaciones de árboles que tiene la institución y la toma de agua para riego.