Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Una bahiense que fue testigo de una jornada histórica en Escocia, tras el referéndum

“Hay quienes hablan del triunfo del No por temor e incentidumbre”, explicó.
Fotos: Mariana Boubée

   La bahiense Mariana Boubée, quien se encuentra por estas horas en Escocia y pudo vivir la jornada histórica del referéndum, dijo que se “vivió como una fiesta” y que más allá del resultado “van a haber cambios”.

   Responsable de un instituto de idiomas de nuestra ciudad, dijo que llegó el domingo pasado a ese país invitada por la Sociedad de William Wallace, a la que pertenece y tiene sede en la ciudad de Elderslie, en las afueras de Glasgow.

   Como se informara, Escocia decidió permanecer en el Reino Unido tras rechazar la independencia en una consulta popular en la que la opción del “NO” se impuso por el 55% frente al 45% del “SÍ”.

   “Escocia es otra hoy, y sin embargo, es la misma. El referéndum terminó con la victoria del No a la independencia de un pueblo que sueña con su libertad desde hace siglos”, comentó Mariana a La Nueva.

   “Amanecer hoy muy temprano para escuchar al Primer Ministro Escocés aceptando la derrota fue algo difícil”, siguió diciendo.

   Agregó luego que por estas horas “hay quienes hablan del triunfo del No por temor e incentidumbre”, o "por el riesgo que pueda sobrevenir una crisis o el futuro de cuestiones como la moneda, educación o salud".

   “Otros hablan de un matrimonio que no puede disolverse, que se debe renegociar y salir adelante, pero juntos”.

   Consideró también que ya repercuten cambios en el futuro inmediato de Irlanda del Norte y Gales.

   Más adelante comentó que los días previos al referéndum Edinburgo “se encontraba tranquila” y que en su calles fue “descubriendo ventanas y balcones con banderas e insignias por el Sí y por el No. A medida que las horas pasaban cada conversación que escuchaba tenía que ver con lo que sucedería el 18”.

   Finalmente explicó que en Glasgow pudo apreciar que iba a ganar el Sí, lo que finalmente se confirmó tras el escrutinio.

“Es una ciudad que desde siempre se autodefine como `la rebelde escocesa´ y me demostró rápidamente que se iba a inclinar por el Sí. Lo advertí en sus calles llenas de gente, ruido, música... una alegría contagiosa”. (La Nueva)