Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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Cámaras: los ojos blindados que nos miran desde arriba

Entre domos y fijas, hay unas 220 dispersadas por toda la ciudad. La controlan unos 25 operadores por turno. Niegan que hagan espionaje con ellas. Mirá la videonota.
Fotos: Emmanuel Briane-LN.

Por Damián Vallejos          dvallejos@lanueva.com          Twitter: @tatovallejos

   Unas 220 cámaras antivandálicas, infrarrojas y hasta con capacidad para grabar audio, apuntan contra decenas de miles de bahienses buscando lo que llaman “conductas raras”.

   En el centro donde funciona el Sistema de Prevención y Vigilancia (Siprevi), unos 25 operadores en cada turno advierten que todos somos sospechosos. Incluso ellos mismos, que también son filmados mientras trabajan.

   “Los derechos de uno no son absolutos, siempre tenemos que ceder algo, como la privacidad, en pos de la seguridad”, dice el subsecretario de Gobierno y Protección Ciudadana, Andrés Castillo.

   Eran las 11 de la mañana del miércoles y el ojo blindado ubicado en Chiclana y Las Heras captaba a un hombre que caminó la misma cuadra, ida y vuelta, unas tres veces.

   “Esa es una conducta sospechosa”, cuenta Martín Pacheco, uno de los 4 supervisores que trabajan en conjunto con un policía de la bonaerense.

(Pacheco, el supervisor, y a su lado el policía bonaerense)

   El operador a cargo de la cámara le avisa que ve algo raro y él comienza a verla desde su pantalla. Lo sigue un ratito. Si la conducta persiste o se pone más extraña, el oficial envía a un agente únicamente para identificarlo.

   “Le prestamos más atención. Está en toda su libertad de ir y venir todas las veces que quiera. Sobre tanta gente, buscamos conductas raras”, explica Pacheco.

   Cada operador tiene a su cargo entre 6 y 10 cámaras, dependiendo de si son fijas o domos que filman en 360 grados. Las manejan con un teclado y un joystick y son capacitados previamente por la policía, la DDI y la División de Narcotráfico.

   No pueden entrar al edificio con celulares, ni pendrives. Lo que pasa en el Siprevi queda en el Siprevi.

   “El compromiso de cada uno tiene que ser total. Encontrar algo en vivo es muy difícil y nos enseñan a estudiar movimientos, gestos y conductas reiterativas. Muchos de los que hacen algo se sienten perseguidos y miran para todos lados”, cuenta Pacheco.

   También hacen multas, cuando la infracción es muy exagerada y evidente, asegura.

Multas

   De vez en cuando, dice Pacheco -quien también es inspector de la Guardia Urbana-, se realizan multas a través de las cámaras.

   “Tiene que ser algo muy grosero”, advierte.

Espionaje, dicen que no

   Luego de que trascendiera un video en el que podía verse a un docente que milita en el Partido Obrero escribiendo frases contra el intendente en una pared, distintos sectores de la oposición dijeron que el gobierno utiliza las cámaras para hacer espionaje.

   Castillo, quien asegura que las cámaras no tienen la capacidad técnica para escanear y encontrar caras, dice que algunos políticos tienen actitudes que son difíciles de entender.

   “Ellos mismos en el Concejo Deliberante aprueban por unanimidad la instalación de los nodos”, cuestiona.

   Por su parte Guillermo Laplace, director del Siprevi y hermano del secretario privado de Intendencia, asegura: “Son para que la gente se sienta cuidada, no vigilada”.

Todo en el mismo lugar

   En el mismo edificio, ubicado en Chiclana al 300, se manejan también las cámaras del Comité Técnico Ejecutivo (CTE), los programas Alerta Bahía y Alerta Comercio, y los botones antipánico de violencia de género y transporte público.

Convenio con fiscalía

   Existen unas 60 causas iniciadas por las cámaras. “Hay un acuerdo firmado y nosotros mandamos imágenes cada vez que vemos algo. Además, hay un promedio de 15 pedidos de la policía cada día”, afirma Laplace.

Por todos lados

   Las cámaras no están solo en el centro, hay en distintos barrios e incluso en Cabildo, Cerri e Ingeniero White.

Señaladas

   En las próximas semanas habrá carteles en las calles con leyendas similares a “zona bajo videovigilancia”.

De los más precarizados

   En el Siprevi trabajan 61 de los 156 becarios que tiene la planta municipal. Los sueldos que perciben por mes van de 1.000 a 2.500 pesos.