Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Seco y caluroso: así será el verano bahiense

Los especialistas consultados por “La Nueva.” respecto de cómo podría comportarse el tiempo en el verano, en nuestra ciudad y la zona, coincidieron en señalar que los meses venideros serán mayormente secos y con variabilidad de temperaturas.
En Monte Hermoso se agradece que el clima venga sin lluvias y con más días de playa.

Cecilia Corradetti

ccorradetti@lanueva.com

La meteorología es una ciencia exacta, aunque no así los pronósticos del clima. Y es que estos últimos se ocupan de develar los caprichos de la atmósfera, que no son siempre previsibles.

Esto no significa que los meteorólogos mientan, sino que la atmósfera es muy variable. Mientras que los pronósticos más cercanos son casi infalibles, los extendidos no funcionan del mismo modo dado que entran muchos factores en juego.

Los especialistas consultados por “La Nueva.” respecto de cómo podría comportarse el tiempo en el verano, en nuestra ciudad y la zona, coincidieron en señalar que los meses venideros serán mayormente secos y con variabilidad de temperaturas.

Esto lo determinan los fenómenos de El Niño y La Niña, es decir, calentamiento o enfriamiento, respectivamente, de las aguas superficiales del Océano Pacífico Central.

“En definitiva, representa el motor climático del planeta, es decir, todo lo que sucede allí repercute en otros lados”, resumió Carlos Zotelo, licenciado en Ciencias de la Atmósfera, integrante del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (Cerzos), dependiente del CONICET.

Diciembre llega con precipitaciones levemente inferiores a lo normal, mientras que enero presentaría un patrón normal y febrero tendría un déficit marcado de lluvias.

“Esto significa que, en resumen, el trimestre evidenciará falta de agua comparado con los valores normales”, expresó Zotelo.

Leonardo De Benedictis, meteorólogo, sostuvo que se transita el fenómeno de La Niña, es decir, el enfriamiento, más de lo normal, del Pacífico Central.

Esto impacta directamente en el litoral y en la cuenca del Plata y de manera indirecta en nuestra zona. De este modo, las lluvias en diciembre, enero y febrero se encontrarían por debajo de los niveles normales.

“El clima será fundamentalmente más seco y con más variabilidad. Las mañanas serán frescas y las tardes con temperaturas muy elevadas”, anticipó.

En cuanto al aspecto térmico, Zotelo señaló que las simulaciones dan cuenta de una primera quincena de diciembre con temperaturas elevadas y, en líneas generales, con valores superiores a la media.

“Enero será con temperaturas normales para ese mes y febrero nos indica frío”, adelantó.

Con relación a los meses posteriores al verano, advirtió que se vislumbra un escenario Niña hasta febrero y luego condiciones de neutralidad que se mantendrán hasta el trimestre junio-julio-agosto.

La reserva de agua es positiva teniendo en cuenta las buenas precipitaciones de septiembre y los registros menos intensos en noviembre, completó el profesional.

“En este sentido también alcanzaría su punto de neutralidad”, subrayó, para agregar que, a la luz de este escenario, y con la reserva de agua producto del año lluvioso, el Dique Paso de las Piedras no debería presentar dificultades.

Para el agro: “Se experimentarán fuertes calores”

Para el ingeniero agrónomo y docente Eduardo Sierra, especializado en Ciencias Atmosféricas, las reservas de humedad, producto de las lluvias del año, son favorables, aunque “se va a observar una progresiva disminución de las precipitaciones, al mismo tiempo que se experimentarán fuertes calores”.

Dijo que la cosecha fina, es decir los cultivos de invierno, como el trigo y la cebada, se están levantando con buenos resultados porque fueron sembrados con adecuada humedad y las lluvias de invierno y comienzos de primavera fueron muy afortunadas para estos cultivos.

“Ahora estamos entrando en la gruesa, o sea, cultivos de verano, girasol, maíz y soja. Además, comienza un período crítico para la ganadería, que depende mucho de la continuidad de la cadena forrajera durante el verano, por lo que una estación seca y calurosa puede perjudicarla mucho”, vaticinó.

Lo cierto es que, según opinó, las reservas de humedad todavía son bastante buenas en el perfil del suelo, pero por la reducción de las lluvias de noviembre, la capa superficial del suelo está algo seca, lo cual obstaculiza las siembras y el arranque de los cultivos.

“En cuanto a la ganadería, los problemas de corte de la cadena forrajera pueden ser graves a partir de marzo, porque se espera un final temprano de la temporada de lluvias”, agregó.

Finalmente, sostuvo que el gran riesgo es que la campaña 2018/2019 comience y se desarrolle en un escenario seco, con fuertes heladas invernales y calores estivales que podrían causar un impacto agrícola, ganadero y ambiental comparable al sufrido en la campaña 2008/2009.

Turismo: “El buen tiempo es lo que más nos ayuda”

La lluvia es el peor escenario en plena temporada estival para Monte Hermoso, una localidad turística por excelencia para los bahienses y veraneantes de todo el país.

“Nos han dicho que no lloverá y eso tranquiliza, aunque afortunadamente ya podemos vislumbrar que en enero estaremos a pleno”, sostuvo el titular de Turismo montehermoseño, Hernán Arranz.

A la playa, principal atractivo, se le suman otras ofertas para nada despreciables, algunas de ellas gratuitas.

“Monte tiene una movida que antes no existía”, expuso, para agregar que el 29% de los turistas son de Bahía y el resto de distintas provincias.

“La escapada de fin de semana o para disfrutar un día depende mucho del clima. Nosotros, claramente, necesitamos buen tiempo”, advirtió.

Por su parte, Susana Dos Santos, secretaria de Turismo de Tornquist, señaló:

“El sol, la temperatura agradable y el buen tiempo por supuesto que representan para estos lugares turísticos sinónimos de disfrute, más aún en un distrito como el nuestro, cargado de arroyos, sierras, piletas y con alternativas para gran cantidad de excursiones”, expresó.

Pasear en bici, escalar montañas, pescar y contemplar el paisaje natural por excelencia de esta zona resulta ideal cuando el clima acompaña, dijo.

“Sin embargo, nosotros venimos a convertirnos en opción cuando llueve o está fresco. Cuando el clima no ayuda, aquel que decide pasar un fin de semana distinto prefiere esta zona y no el mar”, diferenció.Mucho se habla del cambio climático registrado en el planeta en los últimos tiempos, del cual no es ajeno nuestra ciudad. Inviernos menos rigurosos, años llovedores y veranos impredecibles son algunos de los costados de esa realidad.

Veranos de otros tiempos

Crónicas de este diario sirven para tomar dimensión del clima de otros tiempos, en una Bahía donde el viento, la tierra y el sol se encargaban de ahogar penas y alegrías.

Tardes bochornosas. “Van tres días fatales, que aniquilan todas las energías. Se ve un ambiente de exudaciones, de caras abotagadas, de cabelleras lacias y destilantes, de sombreros por el aire en rabiosa imitación de ventiladores. Tardes bochornosas de pañuelos que realizan funciones de toalla, de estómagos convertidos en toneles sin fondo. De todos los labios sale una invocación suprema: ¡agua, por Dios, agua!”. De “La Nueva Provincia”, 29 de diciembre de 1912.

Los ardores. “Ayer, como desde que se inició el verano, la canícula ha resultado soberana. El calor produce un desmadejamiento general. Los rostros revelan los ardores de la fragua humana y la ligereza de la indumentaria pierden su virtud ante esa atmósfera asfixiante, irrespirable, con sus rachas cálidas, como si el pavimento, las paredes y los árboles despidieran vahos de horno”. De “La Nueva Provincia”, 15 de enero de 1911.

Pescuezo corto. “En estos días caniculares es un sacrificio enorme andar por las calles de nuestra ciudad. El sol caldea el pavimento, la atmósfera se pone como boca de horno y los gordos y los de pescuezo corto, se sienten con fiebre en la cabeza, van pensando con espanto en el coup de chaleur”. De “La Nueva Provincia”, 12 de diciembre de 1908.

Calores y chopps. “Ayer, desde las primeras horas, se pudo prever que la canícula habría de ser grande, ya que a las 10 había llegado a los 30 grados, registrándose la máxima a las 15.12, con 42º 1 décima... ¡a la sombra!. El calor era sofocante, haciéndose dificultoso caminar por las calles, obligando a todos a refugiarse en los bares que tuvieron, debido a esto, una gran salida de chopps”. De “La Nueva Provincia”, 16 de diciembre de 1931.

Huevos al arenal. “La ardiente canícula ha comenzado a mostrarnos los rigores con que amenaza tratarnos este año. Los dos últimos días el sol ha picado con furia extraordinaria, elevando el nerviosismo y la sofocación de los pobres transeúntes que se veían en la necesidad de cruzar estas calles de Dios. Si a este paso seguimos, se va a repetir el caso de poder cocer un huevo en los arenales que el viento, inseparable del calor, forma en algunas calles muy centrales”. De “La Nueva Provincia”, 18 de diciembre de 1900.

Candentes inhalaciones. “Con el día de ayer, son dos los días terribles que hemos tenido en la presente estación de verano. A medio día, lejos de respirarse aire, ingeríamos fuego en forma de candentes inhalaciones. Los calores que estamos soportando nos van resultando algo así como un turco romano al aire libre”. De “La Nueva Provincia”, 10 de febrero de 1915.

Si una fecha merece justicieramente el mote de “abrasadora”, esa fue la del 4 de enero de 1883, cuando el termómetro trepó a 45º a la sombra y el cronista Lucas Abad detalló cómo los gatos, “las primeras víctimas del calor”, comenzaron a morir. Aquel día, Felipe Caronti comentó que “jamás en Bahía Blanca se notó tanto calor”, a lo que agregó, en tono apocalíptico: “De continuar así, peligra la existencia de todos los habitantes”.