Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La historia de Eye Say, para que Pablo se pueda comunicar

Dos alumnos de la UNS adaptaron una aplicación que les permite a las personas cuadripléjicas y afásicas comunicarse. Un joven bahiense que sufrió un ACV es el primer beneficiario.
Ezequiel Halberg y Franco Vela, los artífices de esta aplicación que próximamente patentarán para que sea gratuita.

Federico Moreno

fmoreno@lanueva.com

Pablo Duca es un joven bahiense que, tras sufrir un accidente cerebro vascular (ACV) el año pasado, quedó cuadripléjico y con afasia (pérdida o trastorno del lenguaje), por lo que solo puede comunicarse mediante el movimiento de sus ojos.

Dos estudiantes de la carrera de Ingeniería Electrónica de la UNS tomaron cartas en el asunto y, gracias a su creatividad, las posibilidades de comunicarse de Pablo aumentaron de manera considerable.

Ezequiel Halberg es de Coronel Dorrego y le faltan apenas un par de materias para terminar la carrera, mientras que Franco Vela, su compañero bahiense, se recibió hace pocos meses.

“Teníamos que hacer el proyecto final de carrera y justo unas médicas egresadas de la UNS se contactaron con Diana Sánchez, nuestra directora de tesis, para pedirle ayuda con el caso de un paciente que no podía hablar ni mover los brazos para comunicarse”, explicó Vela.

Los jóvenes se interiorizaron en el tema, consultaron con médicos, terapistas de IREL y terapistas ocupacionales del propio Duca, y concluyeron que lo mejor era encarar la solución recurriendo a la capacidad de mover los ojos del paciente.

Si bien técnicamente no inventaron “nada nuevo”, según explican, el mayor logro de estos alumnos de la UNS fue bajar al llano otros sistemas más sofisticados que cuestan entre 8.000 y 10.000 dólares.

“Se llama Eye Tracker, en Argentina prácticamente no lo tiene nadie y es una mezcla de hardware y software. El nuestro, el Eye Say ("ojo que habla", "ojo que dice"), no necesita más que una computadora cualquiera y una cámara web estándar. Cuando terminemos de perfeccionarlo vamos a registrarlo, pero solo a los fines de que no lo patente alguien más con fines de lucro. Nosotros vamos a dejarlo con open source, es decir, que cualquiera podrá descargarlo gratis, editarlo y agregarle cosas a gusto y según la necesidad de cada paciente, ya que cada uno es un caso especial”, explicó Vela.

“La cámara web sigue a los ojos y de esa manera el paciente no se limita a responder con 'sí' o 'no', algo que hoy en día se hace abriendo la boca o cerrando los ojos, sino que ahora puede expresar sentimientos, emociones, deseos, ver películas o, hasta en casos puntuales, trabajar. Aún tenemos que perfeccionarlo y la idea es que alumnos que vienen detrás nuestro conformen un equipo que continúe mejorando la aplicación, así se ayuda cada vez a más gente, dado que las consultas ya empezaron a llegar, pese a que todavía ni siquiera terminamos la personalizada para Pablo”, explicó Halberg.