Aviación: colapso y crecimiento
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Mario Minervino
mminervino@lanueva.com
Se ha destacado a lo largo del año el crecimiento de la cantidad de pasajeros que experimentó el aeropuerto bahiense, con la incorporación de nuevas rutas.
Si bien la primera lectura que puede hacerse de esta situación es adjudicar la misma a la potencialidad propia de la ciudad, lo cierto es que gran parte de ese aumento se relaciona con el colapso que sufren el Aeroparque Jorge Newbery y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, como consecuencia de la extrema centralidad que obligó durante décadas a viajeros de todo el país a dirigirse a esas terminales para poder llegar a diversos destinos.
"Esto ha provocado que Buenos Aires funcione como nodo del transporte aerocomercial, a través del Aeroparque, para los vuelos de cabotaje, y de Ezeiza, para los internacionales", señala el análisis realizado por la página web especializada Aviaciononline.
La publicación refiere que "en muchas ocasiones" se intentaron operaciones aéreas interprovinciales, buscando posicionar a algún aeropuerto del interior como alternativa a Aeroparque, sin que jamás ninguna lograra prosperar o fortalecerse.
En los últimos años Bahía Blanca ha sumado destinos directos con la Patagonia, los cuales requerían hasta entonces viajar a la Capital Federal para abordarlos. Resultaba ilógico no tener vuelos a Neuquén, Trelew, Comodoro Rivadavia, Bariloche o Ushuaia.
Un cambio trascendente es el anuncio de Aerolíneas Argentinas de sumar, a partir de abril 2018, una ruta entre nuestra ciudad y Córdoba. Este destino abre una posibilidad interesante más allá de ese destino puntual, ya que desde ese aeropuerto se tienen vuelos a Río de Janeiro, Lima, Bogotá, Santiago de Chile, Asunción y Madrid, entre otros.
Hoy, con 15 destinos, Córdoba es la ciudad del interior más conectada con el resto de nuestro país, seguida por Rosario, con 6, y Mendoza, Bahía Blanca y Mar del Plata con 5.
Este cambio ha sido clave para el funcionamiento de Aeroparque, pues se encontraba cerca de su saturación.
Pero no todas son rosas. El crecimiento de las terminales del interior comienza a generar inconvenientes, al quedar congestionadas en ciertos horarios.
En el caso local, la concesionaria, Aeropuertos Bahía Blanca SA, asumió el compromiso de presentar, antes de terminar el año, su propuesta de ampliación de la zona de embarque, la adición de cintas transportadoras y otras mejoras para contener el aumento.
Tampoco se descartan intervenciones apuntando a que la terminal reciba vuelos internacionales.
Hay que mencionar además la inminente habilitación de nuevas aerolíneas (como Flybondi, Norwegian, Avianca Argentina), que tendrán valores muy competitivos a partir de establecer sus bases en el interior, de modo de tener un pago menor por el uso de las instalaciones aeroportuarias.
Es evidente el beneficio que para un bahiense significa disponer de una ruta aérea con salida directa local.
Esto puede graficarse con un viaje hacia el sur, por ejemplo, a Comodoro Rivadavia.
Hasta hace un tiempo ese pasajero local debía primero volar hasta el Aeroparque metropolitano para luego abordar otra nave hacia la ciudad chubutense, operatoria que podía demandar hasta 11 horas entre la salida y la llegada.
El vuelo directo, en cambio, permite cubrir el trayecto en menos de 3 horas.