Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Solución bahiense para volver a pararse y caminar

Un equipo local desarrolló un exoesqueleto. Macri y Vidal fueron a conocerlos en su visita de agosto.
Ricardo del Valle, Fabio Litardo y Danilo Gennari, los desarrolladores de este equipamiento pronto a lanzarse al mercado.

Sergio Prieta

sprieta@lanueva.com

Ricardo del Valle y Danilo Gennari se conocieron estudiando Ingeniería Mecánica en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Un sábado de 2011 se reunieron a estudiar y se les ocurrió construir un exoesqueleto para personas discapacitadas. Desde entonces trabajaron en un garage para lograrlo.

A pesar de que luego abandonaron la carrera y tienen otros trabajos particulares, no se resignaron a cumplir con aquel objetivo. Tras 6 años de sacrificios están a punto de sacar al mercado el primer exoesqueleto argentino que le permitirá volver a pararse y caminar a muchas personas.

Ricardo trabaja como mecánico en una agencia de autos y Danilo es empleado en una contratista. Sus tiempos libres son para Dexor, el prototipo de exoesqueleto que inventaron.

“Este es el sexto prototipo que hacemos”, le contó Ricardo a “La Nueva.” señalando el exoesqueleto que esperan poder comercializar el año que viene y en el que invirtieron no solo 6 años, sino también sus ahorros y los de sus familias, una camioneta de 1947, una moto y casi todo lo que tenían alrededor.

El primer modelo fue de madera y Ricardo lo construyó en el taller donde trabaja. Sus compañeros lo vestían como mecánico y hasta lo escondían en las fosas. En ese entonces, la movilidad de brazos y piernas la generaban con motores de levanta vidrios de autos.

“En mi trabajo nos dieron una mano enorme. De hecho, mi jefe, Luis Gallego, nos asesoró e hizo aportes muy importantes para que podamos avanzar y llegar hasta acá”, dijo Ricardo.

En 2014, tras varios meses de trabajo, reformas y retoques, presentaron un modelo parecido al que se observa en las fotos. Y además apareció Fabio Litardo, el kinesiólogo que realizó pruebas con sus pacientes.

“Cuando vio aquel prototipo, que creíamos terminado, nos dijo que estaba muy lindo, pero que hacía todos los movimientos que no debía hacer para que una persona con problemas de movilidad pudiera pararse: así que tuvimos que volver a empezar”, dijo Danilo.

Había cuestiones de biomecánica que Ricardo y Danilo desconocían. “Nos pusimos a trabajar y a corregir todos los movimientos hasta que lo logramos. De hecho hicimos varias pruebas con pacientes y dieron buenos resultados”, contó Fabián.

En agosto, durante la visita que hicieron a la ciudad el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal, fueron a conocer el prototipo que estos dos amigos inventaron y le pusieron a disposición todo el apoyo del Estado.

Sin embargo Ricardo considera que aún su idea no deja de ser una iniciativa privada y que los riesgos que deben asumir corren a cuenta de sus bolsillos y no de los recursos de todos los argentinos.

“Una vez que tengamos todo listo para producirlo veremos si calificamos para acceder a algún crédito para emprendedores, mientras tanto, asumimos el riesgo por cuenta propia”, dijo.

En el mundo se comercializa un exoesqueleto similar, aunque funciona de otra manera. Cuesta unos 80.000 dólares en Estados Unidos y, en nuestro país, mucho más.

“Es una tecnología inaccesible para muchas personas, no solo de Argentina, sino del resto del mundo”, contó Fabio.

Otro objetivo de los tres emprendedores es que el exoesqueleto argentino pueda estar al alcance del salario de cualquier persona de ingreso medio, aunque por el momento no hay un valor estimado.

“En este momento nos están llegando los materiales para hacer el primer modelo que saldrá al mercado. Calculamos, si todo sale bien, que en febrero vamos a tenerlo listo para presentar en sociedad”, agregó Ricardo.

“Tenemos mucho por hacer. Creemos que esto le va a cambiar la vida a muchas personas, llegamos a este punto y no hay vuelta atrás. Vamos a terminarlo como sea”, prometió Danilo.