Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Cómo sería el corredor verde contra la expansión urbanística

Va tomando forma la proyección de un espacio lineal entre el Paseo de las Esculturas y la zona portuaria, con casi 10 kilómetros de longitud.
La idea es que el corredor funcione como conector entre varios espacios, a partir de un recorrido con paisajes.

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

La generación de un paseo lineal, similar en su concepción al existente en la calle Cuyo, es la propuesta presentada en la ciudad por el programa de ciudades CIPPEC, que busca contrarrestar la que consideran una “desmedida expansión urbana” que desde hace 10 años viene teniendo Bahía Blanca.

De la misma manera, se procura mejorar la conexión entre el área de mayor densidad poblacional y el puerto de Ingeniero White.

El denominado corredor verde tendrá su inicio en el Paseo de las Esculturas, pasará por el Parque Boronat y seguirá el tendido de las vías del ferrocarril para llegar hasta la zona portuaria, con una extensión de casi 10 kilómetros.

La urbanización de las ciudades es una de las tendencias tranformadoras del mundo. En ellas se genera el 80% del PBI mundial y se consumen 2/3 de la energía del planeta.

En la Nueva Agenda Urbana se apuesta a resolver las problemáticas de pobreza, desigualdad y degradación ambiental, a partir de entender que “organizar el espacio urbano es clave para promover la igualdad social, la equidad y la inclusión”.

De allí la necesidad de frenar todo crecimiento desordenado, por fuera de los limites originales, así como por los impactos socio-espaciales que afectan mayormente a los sectores más vulnerables.

De acuerdo al CIPPEC, Bahía Blanca presenta, desde 2001, un crecimiento demográfico bajo, en contraposición a una importante expansión del área urbana.

El dato llamativo es que la velocidad de incremento del área urbana duplica a la de su población. Eso es un mal: hace la ciudad más cara, más contaminante y más desintegrada, aseguran.

La actual población, de 308.000 habitantes, se distribuye en 12 mil hectáreas. En relación a 2010, la población creció un 0,5% frente a la tierra que ocupa, que aumentó un 11,60%. La densidad hoy es de 29,2 habitantes por hectárea, contra 25,7 de 2010.

Esa expansión es consecuencia de lotes residenciales (83%) y ocupaciones industriales (17%).

Los costos

La expansión urbana tiene implicancias en la política pública. Una ciudad extensa y difusa demanda mayor inversión en infraestructura y equipamiento. Afecta la recolección de residuos y el transporte público, obliga a mayores desplazamientos y más tiempo para viajar.

El CIPPEC atribuye la expansión que registra la ciudad a "una preferencia de los bahienses por vivir en la periferia, en detrimento del área central", considerando que eso le garantiza un terreno propio, "una casa con jardín".

La propuesta para modificar es ofrecer "espacios públicos de calidad", mejorando las condiciones de habitabilidad e identidad en sectores hoy postergados o sin uso.

“La idea es reemplazar el jardín individual por paseos que permitan el contacto con la naturaleza y un sitio de convivencia y socialización. A partir de estos espacios de calidad estimular la densificación, repoblando zonas en decadencia”, indican.

Del centro a White
Un camino con tres puntos salientes

El paseo-corredor propuesto se desarrolla uniendo tres puntos clave: el entubado del Napostá, el barrio Spurr e Ingeniero White.

Estos sitios están ubicados en la línea que generan las vías del ferrocarril, lo cual dio lugar a pensar un corredor en un recorrido de 9 kilómetros, como soporte de proyectos urbanos y paisajísticos.

Un corredor funciona como elemento de conexión, que organiza la relación entre varios espacios, a partir de un recorrido con paisaje, un espacio integrador que genera una apropiación progresiva de los usuarios.

El proyecto se inicia en el Paseo de las Esculturas y termina en el puerto, organizado en 8 secuencias paisajísticas, cada cual con su identidad, incluyendo el Parque Boronat, la Plaza del Tango, la Estación Sud, el Parque del Algarrobo, la chimenea de la Quilmes, la estación Spurr y Ferrowhite.

Una de las situaciones más complejas a resolver para concretar este trabajo, además del financiamiento, es disponer de las tierras en cuestión.

Ninguna es propiedad del municipio, pero tampoco de privados. La mayoría pertenece a los Estados nacional o provincial.

De allí la necesidad de saber gestionarlos, con la lógica de cada entidad, con adecuadas estrategias de negociación.

La concepción del corredor se apoya en el paisaje existente: árboles, vegetación de pradera, espacios abiertos, zonas de huerta.

Por otra parte, un paisaje ferroviario que sirve de soporte y una bicisenda darían unidad al paseo.

Su concreción no es imposible, asegura el CIPPEC.

“Requiere el convencimiento de todos los actores, aunar fuerzas y esfuerzos, haciendo uso de todos los recursos disponibles, propios y ajenos, internos y externos. Es la forma para que la ciudad libere su enorme potencial”.