Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Transformaciones urbanas, del "Palihue Chico" al paseo Boronat

Pocos testimonios son tan válidos para reflejar el paso del tiempo como una fotografía. En este caso, una comparación con 50 años de diferencia.
Transformaciones urbanas, del "Palihue Chico" al paseo Boronat. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

¿Cuánto puede cambiar una ciudad en 50 años? ¿Cuánto de Bahía Blanca de 1967 queda en este 2017? No son preguntas simples de responder. No hay una única respuesta. La ciudad, explican los especialistas, es un organismo vivo, que muta y evoluciona, que crece y exige respuestas a nuevas formas, usos y costumbres.

Las casonas del centro se han reconvertido en comercios, las grandes salas de cine han desaparecido, las balaustradas han caído para dar lugar a edificios.

Por eso, algunas fotos de otros tiempos permiten advertir esos cambios, lo testimonian de manera contundente.

Es el caso de las fotos que acompañan esta historia, donde un elemento en particular, un puente ferroviario, sirve de apoyo visual para un sector que cambió agua y la villa miseria por cemento y espacio verde.

(En la actualidad es un parque ganado para la ciudad, pero antes se trataba de un barrio de precarias viviendas. En la imagen, una inundación de 1967, tras un desborde del arroyo Napostá).

El arroyo, la villa

   Llovió en las sierras y el cauce del arroyo Napostá se ve desbordado. El agua avanza sobre las precarias viviendas levantadas en sus márgenes, a pocos metros del puente de hierro de calle Belgrano (al fondo, a la derecha).

Las casas de chapa conforman la villa 17 de Agosto, popularmente conocida como "Palihue Chico", uno de los primeros asentamientos en su tipo en nuestra ciudad.

Todo es parte de una geografía hoy inexistente. El arroyo comenzó a entubarse en 1978 y quedó escondido en 1981. Unos meses antes, las topadoras arrasaron por completo la villa y sus habitantes se mudaron a las nuevas casas ubicadas en Villa Harding Green.

Fue la primera erradicación en su tipo realizada en la provincia, dentro de un plan para estas villas a las que el gobernador de aquellos años calificó de "vergüenza nacional".

Durante los siguientes 20 años, el lugar quedó sin agua, sin casas y también sin destino.

Un parque, un lugar

En septiembre de 1999 el intendente radical Jaime Linares llegó a los terrenos con una particular misión: intentar comprar esas tierras, que salían a subasta bajo el martillo de Mario Oscar Macagno.

"Nuestra intención era unir los parques (de Mayo e Independencia) por sobre el entubado, utilizando estos terrenos que, en parte, eran propiedad del diario La Nueva Provincia. Yo había hablado con Macagno que íbamos a ofertar la base. Lo curioso fue que no se pudo comprar antes porque la sucesión no estaba terminada ya que la condición de desaparecido de uno de los titulares, Julio Infante Julio, secuestrado en 1976, impedía cerrarla. Hubo que esperar el plazo de 25 años para terminarla", recuerda hoy el senador nacional Linares.

Cientos de vecinos de Bella Vista se hicieron presentes, entre ellos el fomentista Vicente Boronat, alentando al municipio.

Se trataba de un terreno de 8.862 m2, entre Las Heras y Ramón y Cajal, apto para levantar edificios de hasta cuatro pisos. Linares quería en cambio "sumar un espacio verde".

Sobre el mediodía, la propuesta de 51 mil pesos (en tiempos de 1 peso, 1 dólar) del jefe comunal no tenía rivales y se daba por terminada la puja. Diez años después, 2009, se inauguró la plaza parque Boronat.