Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La Virgen de Malvinas llegó a la Catedral

La trajeron, de manera inesperada, en el velero “Galileo” que rindió homenaje al Crucero “Belgrano”.
La imagen fue bendecida por el papa Francisco.

Federico Moreno

fmoreno@lanueva.com

El velero "Galileo", que navegó en favor de la causa Malvinas durante 30 días por las aguas del sur argentino, arribó el lunes al puerto de Ingeniero White con un tripulante más de lo previsto: la Virgen de Luján “Nuestra Señora de Malvinas”. La misma permanecerá hasta el martes en la Iglesia Catedral de nuestra ciudad.

Nilo Navas, bahiense, excombatiente de la guerra de 1982, superviviente del hundimiento del Crucero "General Belgrano" y protagonista de la travesía del "Galileo", le comentó a “La Nueva.” sus sensaciones.

“Teníamos tres objetivos en el viaje: ir al Faro del Fin del Mundo en la Isla de los Estados, a Ushuaia y al punto del hundimiento del 'Belgrano' para rendir homenaje a los héroes de Malvinas. Pero una vez en Ushuaia nos surgió un cuarto objetivo, uno que en definitiva terminó englobando a todos los demás”, contó Navas.

“Los veteranos de guerra de esa ciudad nos pidieron que trajéramos la virgen en velero a Bahía Blanca. Nosotros no entendíamos qué nos estaban diciendo, o si era verdad, ya que se suponía que iría a Buenos Aires en avión”, dijo.

“Pensá que trajimos la virgen que va a peregrinar desde La Quiaca hasta la Antártida para desagraviar a la original, ultrajada en Malvinas. Fue bendecida por el propio Papa Francisco y miles de personas la visitan cada año en el monumento de Ushuaia, fue algo muy fuerte para todos nosotros”, agregó el también profesor de Economía.

“Cuando nos quedaba cumplir el tercer objetivo, realizar el homenaje y las ofrendas en el punto del hundimiento del 'Belgrano', el clima no nos acompañó. Se pronosticaban vientos de setenta nudos, algo así como ciento cuarenta kilómetros por hora, y a partir de ese momento además de protegernos a nosotros y al velero, teníamos que proteger a la virgen. Nos acercamos lo más que pudimos y realizamos el homenaje en un punto que simbólicamente apuntaba a Ushuaia, Malvinas, Isla de los Estados, la Antártida y el lugar del hundimiento del crucero. Allí hicimos la ceremonia con vientos de cuarenta nudos y pasamos la noche en la bahía Buen Suceso, mientras que los vientos de setenta nudos efectivamente se dieron, pero a nosotros no nos alcanzaron y estoy seguro de que la virgen nos protegió”, relató Navas.