Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Fuerte rechazo a una alcaidía para presos al lado de un jardín de infantes

El sistema carcelario no da para más. Y se buscan, al menos, paliativos. Uno de ellos es la construcción de alcaidías, que también sirven para descomprimir los calabozos.
Video: La Nueva.

Juan Pablo Gorbal

jgorbal@lanueva.com

La cárcel de Villa Floresta tiene 396 plazas. Las mismas que tenía en 2008. Sin embargo, hoy está saturada, con casi 700 internos. La superpoblación, que ronda el 70%, genera reiteradas dificultades de convivencia, trastornos para quienes deben velar por la seguridad del servicio y presos que, lejos de alcanzar mínimamente la posibilidad de resocialización, apenas subsisten e inevitablemente salen peor de lo que entran.

Con algunos pabellones deteriorados, sin mantenimiento, y saturados de internos, ni por casualidad se puede cumplir el mandato de la Constitución Nacional (artículo 18), que exige cárceles "sanas y limpias para seguridad y no para castigo de los reos". Y esto no va en desmedro solo de los reclusos -como muchos creen-, sino de la sociedad toda, que soporta la reincidencia delictiva ya casi con resignación y naturalidad.

El sistema no da para más. Y se buscan, al menos, paliativos. Uno de ellos es la construcción de alcaidías, que también sirven para descomprimir los calabozos de las comisarías y liberar a la policía de funciones que no le competen, para dedicarse a la prevención.

En Bahía Blanca está confirmada la construcción de una alcaidía. En su última visita de agosto, el ministro provincial de Justicia Gustavo Ferrari les pidió a las autoridades municipales que preseleccionen para tal fin edificios y/o terrenos ociosos que sean propiedad del Estado bonaerense. Quedaron dos en carpeta: el predio de ABSA, en Pilmaiquén y 14 de Julio, y un sector aledaño al Hospital Penna.

La balanza, al parecer, se inclinó hacia el inmueble del ex Policlínico, porque tiene un edificio ya levantado -aunque está deteriorado- y la erogación, en consecuencia, sería menor.

Sorpresa y resistencia

Sin embargo, conocida esta novedad, se alzaron algunas voces de resistencia que ponen en duda la iniciativa. Es que a metros del inmueble conviven a diario más de 1.500 niños y adolescentes.

En el mismo predio, además del Hospital Penna, funcionan la Escuela Media Nº 14 (concurren unos mil estudiantes en sus tres turnos), el Jardín de Infantes Nº 935 (280 alumnos), el Centro de Educación Física Nº 49, las divisiones menores del Club San Francisco, la escuelita de la Agrupación Social y Deportiva Doctor José Penna, el gimnasio Los Angelitos y la Asociación de Padres de Autistas (APAdeA). También articula a metros del lugar el Centro de Jubilados y Pensionados 28 de Agosto, que reúne a más de 200 adultos en distintas actividades.

¿Conviene instalar una alcaidía en ese lugar?, ¿no es peligroso?

Esa es la pregunta que se hacen las autoridades educativas y de las distintas entidades intermedias. Algunos recibieron explicaciones desde la comuna: es preferible tener una alcaidía a que el edificio siga siendo foco de suciedad y una “cueva” de delincuentes.

Como no están convencidos de la respuesta, quieren conocer más, por ejemplo si esta es una medida tomada o si ellos, como efectores sociales, tienen algún poder de decisión. Por ese motivo se organizó una reunión para mañana, a la cual concurrirán el subsecretario de Seguridad municipal, Federico Tucat y la subsecretaria de Formación y Promoción Educativa, Morena Roselló. Fueron invitados los referentes de todas las instituciones de la zona.

Feo, sucio y peligroso

Al antiguo pabellón 8 del ex Policlínico, que fue seleccionado para la alcaidía, se ingresa por la calle San Lorenzo. Está ubicado detrás de la sede del Centro de Jubilados y Pensionados 28 de Agosto y a no más de 30 metros del patio del Jardín de Infantes N° 935. Desde los huecos de lo que eran sus ventanas se observan los campos de deportes de los clubes Penna y San Francisco.

Se trata de un edificio de techos altos y sótano, con unos 50 metros de largo por 8 de ancho y un pasillo lateral que en algún momento supo ser una galería vidriada. Se lo ve deteriorado por afuera y muy dañado por adentro, con aspecto de absoluto abandono, filtraciones en los techos, agua estancada, paredes quemadas y grafiteadas y revoques desprendidos, sin contar la suciedad que provocan aquellos “visitantes” diurnos y nocturnos, a partir de la facilidad de acceso y la oscuridad que propone la frondosa arboleda que lo rodea.

“Habían instalado unas luminarias afuera, pero a los pocos días ya estaban rotas”, advirtió Julio Castía, presidente del centro de jubilados, al acompañarnos en una recorrida por el lugar.

“¿¡Acá!?..., es imposible acá”, fue la primera reacción de don Julio cuando “La Nueva.” lo puso al tanto del proyecto de la alcaidía. “Va a ser peor que esto, prefiero que lo demuelan, porque uno no va a poder vivir tranquilo”, opinó de inmediato.

Para Castía, contar con un establecimiento precarcelario en ese lugar sería “una complicación” porque “no solo que está dentro de la ciudad, sino que acá tenés una cantidad interminable de chicos”.

“Estando (Cristian) Breitenstein (como intendente), propuse que se haga un geriátrico, porque existe un lindo espacio verde alrededor, para los ancianos, y porque hay una pila de gente de la tercera edad que está tirada en la calle, pero no me dieron bolilla”.

Jorge Dambolena, presidente del Club San Francisco, representará en la reunión de mañana a los casi 300 chicos que entrenan todos los días en el predio.

“Voy a escuchar. Puedo ser flexible, pero atrás mío también están los padres”, sostuvo.

Reconoció que el pabellón en desuso es hoy “un problema”, aunque “no es lo mismo poner un gimnasio que una cárcel”.

“Las cárceles se hacen cada vez más lejos de las ciudades. Me parece que están equivocados”, opinó.

“La biblia y el calefón”

Amelia Farías, a cargo de la comisión normalizadora de la sociedad de fomento del barrio Don Bosco, confirmó que va a participar de la reunión. Quieren tener información sobre la alcaidía, porque hasta ahora solo le llegaron rumores.

“Vamos a ir con la idea de informarnos y participar. Si es algo que afecta a la comunidad, vamos a pelear por eso”, adelantó.

El barrio que representa Amelia está justo enfrente del Penna. Ocupa la zona delimitada por las calles Láinez, Necochea, Rawson y Misioneros.

“Si es un lugar de detención... estamos todos locos, es como la biblia y el calefón, como si volvieran a poner un cabaret frente al hospital”, graficó.

Dijo que hace algunos años gestionaron con otros barrios del sector la instalación de un destacamento policial en Paroissien y Láinez, aunque la idea no prosperó.

Camino a los 90 años de vida, Robustiano Alderete, presidente de la sociedad de fomento de Villa Libre, también se enteró por el diario de la idea de instalar un centro para detenidos frente al barrio que ocupa hace 60 años.

“Es difícil o comprometedor opinar en frío. No hay dudas de que ese edificio se tendría que ocupar, pero no sé si la mejor idea es una alcaidía”, sostuvo.

Alderete en algún momento lo había propuesto para ser sede del Consejo Vecinal de Las Villas, pero su idea tampoco evolucionó.

“Es una pena porque se trata de un edificio que hoy se usa para la mala vida. Esto pasa hace muchos años, pero hoy está peor”, expresó.

Desde el jardín de infantes prefirieron no difundir públicamente una posición al respecto, aunque sí reconocieron la inquietud que provoca esta noticia y esperan con expectativas la reunión de mañana.

Alcaidía para todos

El plan provincial para reforzar y mejorar la cantidad de plazas de alojamiento de detenidos busca reducir la superpoblación que se genera entre las 26 mil plazas existentes y los casi 40 mil reos entre rejas, que son prácticamente la mitad de todos los detenidos en el país.

Desde hace algunos años que la ecuación no cierra. Las prisiones reciben anualmente unos 2.200 internos, mientras que la tasa de recambio es, apenas, de 600.

Por ese motivo, la administración de María Eugenia Vidal, en el marco de la emergencia, prevé nuevas alcaidías, no solo en Bahía Blanca, sino también en otros puntos provinciales, así como la ampliación de cárceles.

Para marzo del año que viene estaría terminada la alcaidía de Campana, con 108 plazas. En mayo, las de San Martín y Lomas de Zamora (ambas serán una ampliación de 34 unidades). En diciembre ya se contaría con una nueva en General Rodríguez, para 60 presos y también en Necochea (284) y Dolores (144), mientras que la ampliación de Olmos (78) se registraría en 2018.

También en Tigre, Ensenada, San Martín, Azul, San Nicolás, Tandil y Quilmes se proyectan alcaidías, con un promedio de 144 camas y un plazo de obra de no más de dos años.

Las cárceles de Campana y Lomas de Zamora, entre marzo y octubre del año próximo, sumarán otras 540 plazas.

Hoy, en el territorio bonaerense, funcionan 56 unidades penales y 7 alcaidías (José C. Paz., San Martín, La Plata I, La Plata II y La Plata III, Lomas de Zamora y Avellaneda).

"El proyecto se demoró, pero ahora se reflota"

En medio de la incertidumbre generada, el subsecretario de Políticas Penitenciarias de la provincia de Buenos Aires, Juan José Baric, le confirmó a “La Nueva.” que el proyecto de instalar la alcaidía en el predio del Penna está vigente y que se trata de “un bien común”.

“En un principio se demoró, pero ahora puedo decir que se reflota. Yo vi de entrada el edificio, me pareció que podía ser utilizado, pero soy abogado, no ingeniero ni arquitecto. Después fue la gente de Infraestructura y está trabajando de vuelta con el proyecto. En el medio pasó que algunos sectores no lo querían, pero al parecer revieron la situación”, afirmó Baric.

El funcionario, que fuera fiscal federal en La Pampa, defendió la iniciativa al comparar que hoy el expabellón 8 “está quemado por dentro, con suciedad y se mete cualquier cantidad de gente que nada tiene que hacer ahí”.

“Ya está todo relevado, ahora se tiene que hacer el detalle en cuanto a la obra específica, la cantidad de gente que puede alojar, el dinero que habría que afrontar, la parte asegurativa como puertas y rejas y los muros perimetrales con alambres, en especial para el lado de la escuela y el hospital”, detalló.

Baric aclaró que el objetivo de la construcción de alcaidías es, por un lado, “descongestionar las cárceles” y, por otro, “sacar detenidos de las comisarías y que la policía haga su trabajo específico”.

“La idea es tenerla terminada lo antes posible”, dijo.

Federico Tucat, subsecretario de Seguridad municipal, prefirió no formular declaraciones por el momento, aunque consideró que la creación de una alcaidía será “muy beneficiosa” para todos y dijo que, de concretarse en el inmueble de mención, se podrían alojar entre 40 y 60 detenidos, según la superficie que se pueda reacondicionar.