La falta de colectivos también aleja la gente

Redacción de La Nueva.

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Dejando de lado a la gente que no tiene interés en visitar regularmente el cementerio, restan analizar las posibilidades que tienen de hacerlo aquellas personas que sí lo desean.

En un gran porcentaje se trata de gente mayor que se maneja en colectivo y, como este pasa por la puerta de la necrópolis solo los fines de semana y días feriados, el resto de las jornadas va cada vez menos gente.

Así lo afirma Viviana, encargada de la más antigua de las cuatro florerías ubicadas frente al ingreso al cementerio, quien cuenta que su padre abrió el puesto hace ya 47 años y que “cada vez viene menos gente. Jóvenes casi no se ve, cambió mucho la mentalidad por la nueva costumbre de la cremación”.

“Lo que nos perjudica es que desde hace 10 años más o menos los días de semana no pasa ningún colectivo. Ahora la gente se tiene que bajar en la ruta y para la gente grande, que es la que sigue viniendo, es un trayecto a pie considerable”, agregó.

De lunes a viernes, laa parada más cercana de la línea 507 se encuentra a 700 metros de la puerta de la necrópolis.

Según comentó Viviana, el día de mayor afluencia de público es el domingo ya que, pese a que el servicio de transporte se brinda también sábados y feriados, “la costumbre del sábado también se perdió”.

Los adultos mayores son fieles a su tradición y parte del ritual de visitar a sus seres queridos consiste en llevarles flores.

“La gente grande siempre compra, pero ahora hasta las sepulturas han cambiado. Antes tenían una jardinera todo a lo largo en la que entraban muchas flores. Ahora vienen con algún florerito que con tres claveles ya se llena. Incluso están los clientes que ahora llevan flores artificiales y duran mucho más”, analizó.

Los precios, detalló la florista, varían según lo que busque el cliente. “Con 60 pesos ya te podés arreglar, muchos llevan por 100 pesos y están los que les gusta llenar todo de flores y se gastan hasta 300”, dijo.

Por su parte, Sergio, dueño de un comercio de arte funerario ubicado frente al Cementerio Municipal, contó que a él no lo afectó tanto el aumento de las cremaciones, pero que sí notó la merma de la cantidad de gente que visita el lugar.

“A mi local la gente viene una sola vez, a hacer una placa. Y si no hacen la placa porque creman, me compran la urna para las cenizas. Sí veo que la afluencia de gente se redujo muchísimo, en gran parte porque el colectivo ya no viene más y a la gente le cuesta caro tomarse un taxi que, entre ida y vuelta más las flores, te gastás como 500 pesos en una visita”, analizó.

“En menor medida ya no viene tanta gente por detalles como por ejemplo el pago del impuesto de arrendamiento, que antes se abonaba sí o sí en el cementerio y ahora se lo puede pagar en cualquier lugar”, agregó.