Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Baches: la falta de control, el factor oculto que contribuyó a este colapso

El problema es una mesa de cuatro patas. Poco y nada se habla de la cuarta.
Fotos: archivo-LN.

Por Mario Minervino
mminervino@lanueva.com

Federico Moreno
fmoreno@lanueva.com

Adrián Luciani
aluciani@lanueva.com

No sólo la histórica falta de inversión, el escaso mantenimiento o las falencias de ABSA alcanzan para explicar la debacle en materia de asfalto en Bahía.

El problema es una mesa de cuatro patas. Poco y nada se habla de la cuarta, tanto o más importante que las anteriores. ¿Cuál es? La ausencia o laxitud de los controles, durante y después de las obras, desde hace muchos años.

De lo contrario, ¿cómo podría explicarse que obras recientes como la repavimentación de la calle 12 de Octubre (2012-2013), el camino de La Carrindanga (2010) o la ruta que va desde la Autovía Juan Pablo II hasta Grünbein, pasando por Espora, por mencionar solo algunas, ya muestren baches o agrietamientos?

El propio intendente municipal, Héctor Gay, mencionó en su campaña electoral la necesidad de ajustar los mecanismos de control, asumiendo que muchas de las fallas que registra el pavimento son consecuencia de su ejecución defectuosa, la cual puede incluir una mala ejecución estructural --base y sub base-- como de la propia carpeta.

El Municipio cuenta hoy con cuatro inspectores, cantidad que aparece como exigua para supervisar todos los trabajos que se realizan en la materia: bacheo, entoscado, perfilado, pavimentación, nivelación y construcción de cordón cuneta, por mencionar algunos.

La modalidad de trabajo es variable

Ahora, en el inicio de la pavimentación de 135 cuadras, cada uno de esos agentes será asignado a una de las empresas adjudicatarias de los trabajos, con lo cual deberá controlar la ejecución de 12 cuadras por mes, cada uno.

Ese ritmo de trabajo --60 cuadras mensuales-- exige además una respuesta adecuada para conocer los ensayos a que debe ser sometido tanto la estructura interna del pavimento como la carpeta de asfalto, buscando determinar los valores de estabilidad y deformación y la calidad de la compactación del terreno.

En tal sentido, habría que preguntarse cómo fue realmente el trabajo de control años antes, cuando, según cifras oficiales, el municipio llegó a pavimentar o repavimentar 400 cuadras anuales.

No menos relevante es que hoy el municipio disponga de un único laboratorista, lo cual aparece a todas luces como insuficiente para la cantidad de muestras y probetas a ensayar.

La necesidad de un control anual

Los especialistas señalan la necesidad de hacer al menos un control anual del pavimento. El mismo permite verificar que no ha sufrido daños y, en caso de tenerlos, intervenir de manera inmediata para evitar consecuencias mayores.

De acuerdo con lo que pudo averiguar La Nueva., la Comuna tuvo --hace más de 10 años-- un programa de sellado de fisuras, que son las grietas por la que comienza a filtrarse el agua que deteriora cada día el pavimento.

Se trata de una intervención clave cuando se detecta la denominada "piel de cocodrilo".

Previo a su realización deben limpiarse pavimento y fisuras, utilizando escobillón y aire comprimido.

Se rellenan las fisuras con mezcla asfáltica de graduación fina y se aplica una sustancia para sellarla. Se nivela y finalmente se compacta.

Los trabajos se realizaban con personal propio municipal y luego se tercerizaron, para finalmente dejar de ejecutarlos. ¿La razón? Dicen que era caro.

Uno de los sitios donde pueden verse ejecutadas este tipo de tareas es en calles del barrio Palihue, donde el inmediato sellado evitó que hoy muchas de ellas sean un lecho de baches.

El siguiente control que debe hacerse es el de los hundimientos, los cuales se generan por una falla en el "contrapiso", que debe reconstruirse para que la solución sea definitiva.

Empresarios de la construcción consultados mencionaron que muchas calles pavimentadas en la década del 90 registraron deficiencias al poco tiempo.

Las fallas más comunes

Realizados algunos estudios se detectó que la causa estaba en el suelo-cemento empleado en la sub base (contrapiso), que al ser demasiado rígido generaba un comportamiento inadecuado de la carpeta. Hoy se utiliza una mezcla de tosca y piedra, que ofrece la misma resistencia pero se comporta de manera más elástica.

Otra falla habitual es el ahuellamiento, que produce la elevación de las áreas adyacentes y la fisuración.

“Empresas serias e idóneas”

Las fuentes consultadas definen a las empresas del rubro de pavimento locales como "serias e idóneas", con experiencia y equipamiento adecuado.

En general no se registra un porcentaje importante de tareas rechazadas por mala ejecución.

Sin embargo se considera que es clave que la inspección de obra tenga un importante respaldo del municipio para ejercer su tarea, evitando todo tipo de cercanía con las empresas o de éstas con las secretarías respectivas.

Sin caer en una exigencia estricta, expertos sugieren nmantener una postura rígida y exigente.

"El hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor", decía Juan Perón.

Las calles con vida útil cumplida

Hoy, el 70% de las calles pavimentadas de la ciudad (unas 2.800 cuadras) ha cumplido su vida útil, según admiten los funcionarios municipales, lo que pone de manifiesto la realidad con la cual deben lidiar los 170 mil vehículos que conforman el parque automotor.

Esto, además de una mayor firmeza en los controles de las obras en marcha o por venir, desnuda también la completa y antigua falta de un plan de mantenimiento por parte del municipio, cuya ausencia modifica la vida útil del pavimento (estimada entre 10 y 15 años).

Las críticas al plan de bacheo

Días atrás acaba de finalizar un plan de bacheo que insumió 5 millones de pesos y 1.200 toneladas de asfalto y estuvo a cargo de las empresas Carreteras 2000, Obras Abedul, Cerra y Moro, Ingeniería y Arquitectura, y Coince.

Sus malos resultados y el precio pagado hicieron que fuera motivo de fuertes críticas por parte de la oposición en el Concejo Deliberante e incluso el mismo intendente admitió que el tiempo lluvioso no acompañó para que la inversión lograra los beneficios esperados. Snte la magnitud del problema dispuso que no se exija la VTV en las calles bahienses.

De todas formas, ahora habrá que prestar atención en cómo se evalúan en el seno de la secretaría de Obras Públicas que comanda Guillermo Manrique los trabajos de bacheo realizados por los privados y ante eventuales falencias, cómo se ejecutan las garantías.

Como punto positivo, la recuperación de la planta municipal de asfalto permitirá sostener los trabajos.

Mientras tanto, las quejas por los baches y por el estado general de las calles siguen tan más presentes que antes en medios y redes sociales.

Incluso, el pasado el viernes 15 un vecino se instaló en una sala de la Municipalidad cercana al despacho del jefe comunal y lo esperó durante varias horas para quejarse por la rotura de una rueda de su auto con un bache.

Llegó, preguntó por Gay y se acomodó insultando en uno de los sillones a esperarlo, mientras el intendente se encontraba en el acto por el aniversario de Cabildo, hasta que más tarde un funcionario lo convenció de desistir en el intento y retirarse.

Baches que coparon también las redes

El sitio de facebook “Calles bahienses” ya reúne más de 2.000 miembros y casi a diario refleja opiniones y comentarios por el estado de las calles.

Un punto clave de este espacio es que todo está acompañado por numerosas fotografías, muchas de ellas testimoniando el estado en que quedan las llantas y cubiertas que resultaron víctimas de un bache.

La situación que debe afrontar el gobierno actual, sabida y conocida desde hace varios años, sigue demandando la ejecución de un plan de pavimentación que abarque no sólo a la actual administración sino a varias por delante, fruto de un acuerdo conjunto entre todas las fuerzas políticas representadas en el Concejo Deliberante.

Pero también exige mayores controles de las obras que se ejecutan y más pavimento o carpeta asfáltica en lugar de trabajos de tratamiento asfáltico que tienen una vida útil muy limitada y apenas constituyen cosmética para los problemas y una forma de buscar ganar elecciones.Para quienes se dedican a reparaciones del tren delantero, alineación y balanceo, por ejemplo, el estado de las calles bahienses viene generando en los últimos meses una mayor actividad económica.

“Es tremenda la cantidad de trabajo que tenemos. Desde el mes pasado hasta ahora estamos haciendo principalmente centrado de llanta. No son servicios periódicos por desgaste, es gente que agarró un pozo y rompió todo”, explicó Andrés, encargado de una firma especializada en avenida Colón al 500.

“Hoy por ejemplo hicimos ocho presupuestos por baches. Antes la gente hablaba solo de los pozos de atrás de Bosque Alto, ahora todos vienen de un barrio distinto de todas partes de la ciudad. En 13 años que llevamos acá nunca vi tanto movimiento en lo que es tren delantero”, concluyó.

Ariel, vendedor de una casa dedicada a neumáticos en calle Zelarrayán, también aludió a la mayor presencia de clientes.

“Ahora tenemos muchísimo enderezado de llanta, y en los casos más graves el corte en el neumático. Los que más sufren los pozos son los autos con gomas de perfil bajo, que están más cerca del suelo”.

Maximiliano, dueño de un local en Sixto Laspiur al 1.400 y en el rubro desde hace ocho años dijo que hace 12 meses comenzó a haber más trabajo que el normal.

“La gente me pide la factura para el seguro, pero no es tan fácil. Tengo entendido que tiene que ser contra todo riesgo y hay que sacarle la foto al auto y al pozo inmediatamente después del choque”.