Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Vale, una novela que parece no tener final

A un año de que expire la concesión de la mina y el proyecto para extraer el cloruro de potasio, la empresa brasileña piensa más en vender que en continuar.
El complejo abandonado, en Ingeniero White. Los anuncios iniciales habían generado una gran expectativa por la cantidad de empleo que se iba a crear.

Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

La eterna novela de la minera brasileña Vale vuelve a sumar capítulos, aunque todo parece indicar que aquel donde Bahía Blanca era protagonista no volverá a escribirse.

Si bien en el Consorcio de Gestión del Puerto no bajan los brazos y siguen esperando alguna noticia capaz de alimentar las esperanzas de recuperar la inversión más importante después de la ampliación del Polo Petroquímico, a fines de los '90 y principios de la década pasada, la realidad indica que la empresa estaría dispuesta a prescindir de los muelles locales si algún inversor le compra el proyecto y decide modificarlo.

El cambio de clima político, la liberación de dólares y el fin del cepo al giro de dividendos, entre otras cuestiones, parecen haber reavivado el interés de la compañía ya no por continuar las obras sino por desprenderse de la iniciativa y concretar su venta antes del año que viene, cuando expire la concesión.

Días atrás, Edoardo Santana, CEO de Vale en nuestro país, mantuvo un encuentro en la ciudad de Mendoza con el nuevo gobernador de esa provincia, Alfredo Cornejo, para encontrar una solución al conflicto y reactivar la mina. También lo hizo con el subsecretario de Minería y Energía de Mendoza, Emilio Guiñazú.

En la provincia cuyana los medios de prensa señalaron que Santana le brindó detalles al funcionario de los 1.500 millones de dólares que Vale invirtió entre el complejo de la localidad de Malargüe, la traza ferroviaria y la terminal portuaria de Ingeniero White.

Si bien hoy el proyecto tiene una coyuntura más amigable para ser reactivado y la minera podría recibir incluso algunos beneficios fiscales, es muy probable que si la iniciativa se recupera lo haga sin Vale.

Incluso en una reciente reunión con inversores y analistas en Nueva York, el CEO mundial de la compañía, Murilo Ferreira, admitió que la opción de seguir al frente es remota.

Merece consignarse que a fines del año pasado, el intendente Héctor Gay mantuvo un encuentro con representantes de la empresa, pero de escala dirigencial intermedia, quienes le dijeron que el presidente de la compañía está dispuesto a venir a la ciudad.

Sobre la posibilidad de que el proyecto continúe, pero sin Bahía Blanca, el jefe comunal anticipó que mantendrá un encuentro con funcionarios del gobierno nacional para que los muelles locales sigan siendo el punto de exportación del cloruro de potasio extraído en Mendoza, si es que en algún momento el plan original se concreta.

El Código Minero, de no mediar otras causas, prevé que un proyecto de ese rubro caduca al cabo de cuatro años de inactividad, algo que para el caso de Potasio Río Colorado se cumpliría a principios de 2017 si antes no registra movimiento o una obra de infraestructura que retrotraiga el plazo a fojas cero.

Si bien inicialmente la iniciativa planteaba llegar a una producción de 4,3 millones de toneladas de cloruro de potasio (fertilizante), ahora podría reducirse al 30% teniendo en cuenta las condiciones desfavorables que arrastra el mineral en los mercados internacionales y las dificultades financieras que provocó la pérdida de rentabilidad a Vale.