Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Robo de bebés en el Penna: el caso que conmovió a Bahía en agosto de 1991

El archivo de este diario corrobora la denuncia de Viviana Marfil. La sustracción de una beba se había consumado en el Penna. Hubo una detenida.
Los ejemplares de "La Nueva Provincia" de 1991 marcaban la gravedad del delito. Incluso, con un identikit

Ricardo Aure / haure@lanueva.com

“Investigan el robo de una bebita de dos días” fue el título de la tapa de “La Nueva Provincia” del martes 27 de agosto de 1991.

Se trata del mismo hecho que la dirigente sindical Viviana Marfil describió en nuestra edición del miércoles y que luego corroboró ante el fiscal Rubén Alvarez, quien tiene a su cargo la investigación de los casos.

La crónica indicaba que la niña tenía ocho días de vida cuando fue sustraída de una sala del Penna y atribuía el hecho, cometido el 25 de dicho mes, en el horario de visitas, a una mujer que se hizo pasar por empleada municipal.

“La policía distribuyó un identikit de la sospechosa, quien en por lo menos tres oportunidades había sido vista en el lugar por distintos testigos, vistiendo un delantal con la inscripción asistente de Bienestar Social”, agrega la nota.

La madre de la bebita estaba internada en la Casa de la Madre Sola, que funcionaba en el Penna desde hacía un mes.

El 30 de agosto, la sospechosa Susana Elena Córdoba se entregó ante el entonces juez en lo Criminal Ariel Armando Soto.

La mujer fue ubicada en el estudio de un abogado bahiense y, tras una búsqueda que se había extendido por General Daniel Cerri, Mayor Buratovich, Pedro Luro e Hilario Ascasubi, nada se supo del paradero de la bebita.

Inés Negrín, sin paz

“Fui apropiada o ilegalmente adoptada”, enfatiza Inés Miriam Negrín, nacida aproximadamente a principios de marzo de 1964, en Bahía Blanca.

Al reconstruir su historia supo que una partera, Carmen San Martín de Franccani, la entregó a Nélida Pérez de Pagnini, una amiga de sus padres adoptivos, y que solo le dijo que era la hija de una jovencita de Cabildo.

Pronto se la llevaron a Jacinto Aráuz, provincia de La Pampa.

“Mi papá del corazón falleció en 2004, pero en mi casa nunca se habló del tema. Tengo tres certificados de nacimiento: uno de Aráuz, otro de Villa Iris y el restante de Bahía. A los 35 años se confirmó que era adoptada. Desde entonces nunca tuve paz. Busqué hasta en la Defensoría del Pueblo de la Nación. Tuve y tengo un hogar lleno de amor, y dos hijos, pero por momentos me siento vacía y sin pertenecer a ningún lugar o familia”.