Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Según el fiscal, los libros del Penna registraron las muertes de dos de los bebés buscados

La documentación, incautada por el fiscal Rubén Álvarez, está siendo analizada por instructores de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 4.
Los libros de las áreas de Partos y Neonatología ya se analizan en la fiscalía local. Técnicamente no se trató de un allanamiento, aclaró el doctor Alvarez.

Ricardo Aure / haure@lanueva.com

Brenda Castro Urrutia busca a su hermano mellizo, Adrián, nacido en 1988 en el Penna. Sandra Martínez, al bebé que alumbró en 1990 en el mismo hospital. Ambos fueron dados por fallecidos muy poco después de sus nacimientos. Brenda asegura que en el cementerio no hay constancia del entierro de Adrián.

Ayer Rubén Álvarez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 4, le dijo a La Nueva. que los dos casos están registrados como muertos.

Así surge de la documentación que el miércoles por la tarde le fue entregada por el director del Penna, César Comezaña, y por el jefe del área de Neonatología, Carlos Deguer.

Los libros fueron retirados por el propio Álvarez quien, acompañado por sus instructores y por personal policial, había requerido una orden de presentación de los libros de las áreas de Partos y de Neonatología, la que fue autorizada por el titular del Juzgado de Garantías Nº 2, Guillermo Gastón Mércuri, en el marco del caso que se inició por las denuncias de Brenda Castro Urrutia y de Sandra Martínez.

“En el libro original del área de Partos se indica que el hijo de Martínez nació muerto. En cuanto al hermano de Brenda, aparece anotado en el de Neonatología, con ingreso y egreso en el año 1988.

"El diagnóstico es coincidente con el del certificado de defunción. Ahora restan las evaluaciones del médico legista de la fiscalía”, indicó el fiscal.

Álvarez también dijo que la historia clínica de Alicia Urrutia, la mamá de Adrián y Brenda, fue incinerada durante 2012, porque no registró movimiento durante diez años.

La incógnita que ahora el fiscal procura despejar se concentra en dónde fue sepultado el cuerpo de Adrián, puesto que en el cementerio municipal no se encuentra el registro.

El procedimiento que llevó adelante el fiscal en el Penna fue consecuencia de las declaraciones que se le recibieron esta semana a la secretaria general de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) en Bahía Blanca, Viviana Marfil.

Ratificado

A propósito del testimonio de la gremialista, Álvarez confirmó lo que había dicho la gremialista en el sentido de que en el segundo piso del Penna perduran muchas historias clínicas de décadas anteriores y que estas no se remitieron al Ministerio de Salud bonaerense como se había expresado en el hospital.

“No solamente encontramos historias clínicas sino también diversa documentación tirada en el piso o en cajones”, agregó el fiscal Álvarez, quien enfatizó que no se trató de un allanamiento, porque los libros pretendidos fueron cedidos sin que mediara la intervención de la fuerza policial.

Viviana Marfil: “No me desdigo”

Viviana Marfil fue terminante ayer cuando negó que el fiscal Álvarez hubiera vuelto a citarla y que, en caso de ser nuevamente citada, mantendrá sus dichos.

“No me desdigo. Al contrario. Sé lo que pasó e incluso recuerdo que dos de mis compañeras quedaron detenidas e incomunicadas por la desaparición de una bebé. Eso tiene que estar en los archivos policiales”.

Marfil aludió precisamente al caso de una recién nacida en agosto de 1991, cuando ella hacía tres meses que se había incorporado a la Casa de la Madre Sola, espacio de contención para adolescentes que funcionada en la parte trasera del hospital (ver aparte).

“La bebita, hija de una adolescente de Carmen de Patagones, se puso amarilla por la ictericia y fue llevada al hospital para ser tratada con lámpara. Por entonces las áreas de Maternidad y Neonatología estaban físicamente separadas. Su mamá iba a darle la teta cada tres horas y de pronto la chiquita desapareció de su cuna. Después se dispuso una guardia policial en el ingreso a Maternidad”, indicó.

Para nada sorprendida con los reclamos de quienes tratan de completar sus historias con principios en el Penna y con varias coincidencias (bebés de adolescentes o de madres con muchos otros hijos dados por muertos, por ejemplo), la gremialista aseguró que en el hospital “toda la vida corrieron rumores y sospechas”.

“Sí me sorprenden las declaraciones del director Comezaña, y del anterior responsable de Neonatología, Daniel Máquez, quienes muy sueltos de cuerpo dicen que en el Penna esas cosas nunca pudieron pasar. Además, es mentira que las historias clínicas sean remitidas al Ministerio de Salud. ¿Cómo lo sé? Porque mi mamá, Alicia Cambiaso, primero fue empleada del viejo Materno y luego, hasta que se enfermó en 2005, fue jefa del Archivo por más de seis años”.