El buque regasificador y Vaca Muerta exigen mayores condiciones de seguridad

Redacción de La Nueva.

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Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

Tanto las importaciones de GNL por el puerto local como la eventual ampliación del Polo Petroquímico, producto del desarrollo de Vaca Muerta, exigen un urgente análisis y mayores condiciones de seguridad para la población.

Las exigencias fueron planteadas ayer por el ingeniero Emilio José Apud, exsecretario de Energía y Minería de la Nación en 2001, quien hoy, invitado por la Corporación del Comercio, Industria y Servicios, disertará sobre el desarrollo del megayacimiento neuquino de shale oil y shale gas. La charla, con la magíster Adriana Giuliani, será a las 20 en el Salón Libertador, de Alsina 19.

Apud dijo que si bien el regasificador se instaló con carácter provisorio, el país va a tener que convivir con la importación de GNL durante 8 o 10 años más. “Ahora habrá que hacer una instalación con mayúsculas. Hay que ver cómo se licita y quién la hace, pero lo mejor sería el regasificador con un muelle en el medio, que no sea un barco a barco, sino barco a tierra”.

--¿Se tendría que hacer en Bahía Blanca?

--Es un buen lugar, a lo mejor no donde está amarrado ahora el buque “Excelerate”, pero por la zona puede ser. De todas formas, debe ser con salida rápida al mar por si surge algún problema.

--La Society of International Gas Tanker, donde se trata la localización de plantas de regasificación, aconseja en un caso de ignición de un derrame en el agua de GNL que las instalaciones estén alejadas 9 kilómetros a la redonda de lugares habitados y usted señaló en un anterior reportaje a este diario que para una emergencia con riesgo de explosión del buque metanero se exige una salida rápida hacia alta mar ya que la onda puede afectar hasta 40 kilómetros. ¿Sigue pensando así?

--Totalmente. No he evaluado la mejor ubicación, aunque si hay que hacerlo deberá estar bien hecho porque durante 10 años más se va a seguir importando GNL.

--Acá hay muchas expectativas sobre Vaca Muerta. ¿Cuál es la real incidencia que va a tener en la zona de Bahía Blanca?

--Primero hay que ver si se hace, porque hay que revertir la apatía de los inversores hacia la Argentina. Es muy difícil con un barril de petróleo a 45 dólares producir a esos valores. Pero la idea es que en 8 o 10 años se recupere el autoabastecimiento con una inversión de 10 mil millones de dólares anuales. Eso va a repercutir en Bahía por la oferta de servicios, de infraestructura para evacuar materia prima y también para ampliar todo el Polo.

--Incluso en el futuro en vez de importar GNL se podrá exportar por aquí...

--Sí, pero el gran obstáculo sigue siendo la animadversión de la población hacia el proyecto petroquímico desde el punto de vista ambiental y de seguridad. Acá hay un déficit de comunicación del Gobierno y las empresas. Con un sistema democrático, no se pueden hacer las cosas a espaldas de la gente. Hay que informarle bien sobre los cuidados y darle garantías de que no va a pasar nada y que se van a beneficiar.