Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Un edificio que espera y no desespera

La Torre Bicentenario está lista, pero la mayor parte sigue desocupada. Aseguran que los pisos están vendidos y que solo falta concretar contratos de alquiler.
La Torre Bicentenario, un emprendimiento que volvió a vivir. La obra había permanecido paralizada desde 1969.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

La sensación es particular apenas se accede a la planta baja de la Torre Bicentenario, en la primera cuadra de Drago. Si bien el lugar aparece terminado, genera la sensación de ser un espacio en construcción o, al menos, en etapa de terminación.

Un amable portero ocupa un mostrador precario o circunstancial mientras un grupo de operarios avanza con la colocación del piso en el local a la calle, futura sede del Museo del Deporte.

La escalera que conduce al primer piso, sobre uno de los costados del hall, impacta con su revestimiento de mármol y su traza curva, pero todavía carece de pasamanos. Se percibe, en general, un movimiento que parece inadecuado al aspecto integral del lugar.

Inaugurado hace dos años, el edificio está ocupado en un 30%, con 6 de sus 10 pisos aún libres. "El contexto es difícil y muchas decisiones se demoran ante un panorama de incertidumbre general", señalan desde Buenos Aires los integrantes de la firma Amercón SA, de dilatada trayectoria en el campo inmobiliario e integrante del fideicomiso que en 2011 completó la construcción de la torre paralizada desde 1969.

La firma mencionó a este diario que todos los pisos "ya fueron vendidos", con lo cual lo que falta es concretar contratos de alquiler.

"Hay varios interesados, que seguramente terminarán de decidirse con los meses y la economía asentada", señalaron.

En la actualidad, en el lugar funcionan el Consulado de España (4º piso), una delegación del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y del Consulado de Francia (7º piso) y una firma dedicada a la informática y al desarrollo de software (9º). El resto se mantiene desocupado, estando el segundo piso, propiedad del municipio, cedido en comodato a la Universidad Nacional del Sur.

Los edificios destinados a oficinas fueron una tipología usual en los primeros años del siglo pasado y se consolidaron a fines de la década del '50. Primero fueron palacetes con "escritorios para alquilar", por caso los ubicados en la Central Muñiz, de O'Higgins y Chiclana, así como los de la Galería Peuser o New London.

A mediados del siglo aparecieron los primeros en altura, por caso La Comercialina (San Martín y Alsina) y el Pizá Roca (Drago y avenida Colón).

La actualidad de la Torre Bicentenario recuerda lo ocurrido --salvando las escalas-- con el Empire State Building de Nueva York. Inaugurado en 1931, plena depresión económica mundial, la falta de interesados en ocupar sus 102 pisos llevó a rebautizarlo como "Empty" (vacío). El lugar no fue rentable hasta 1950, siendo hoy uno de los sitios mejor cotizados de esa ciudad.