Celulares, chips, “naves”, selfies y “el aguante de la celda 4”
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Por Redacción lanueva.com / contenidos@lanueva.com
El concejal Sergio Massarella (Frente para la Victoria) trabaja desde 1998 en la cárcel local. Hoy es el director de la escuela del penal y cuenta que ni siquiera en el gabinete de computación hay acceso a Internet.
Por publicaciones en los muros puede advertirse que en algunos pabellones tienen un celular de baja gama que se van pasando entre los presos. Se lo turnan.
Las mejores “naves” las consiguen cuando los visitan familiares o amigos. Queda en evidencia el flojo cacheo en el ingreso. O algún arreglo con jefes y guardiacárceles del Servicio Penitenciario.
Además, publican “avisos clasificados” en sus propios muros cuando a alguno se lo sacan en las requisas, para ver si otro recluso quiere vender el suyo.
—Perdí mi cel. Asco a la gorra. Quien tiene uno más o menos barato pero que se la banque avisenme —puso Marcos Baldi en agosto de 2014. Luego dice que perdió uno, pero volvió a conseguir una “nave”.
“El Oscar” disparó contra una “dolida” que le bloqueó un chip.
—No me van a dejar incomunicado —advirtió el 15 de enero pasado. Obvio que consiguió un nuevo equipo.
Como sea, los celulares los tienen y, a escondidas o en un pasillo sin miedos, se sacan selfies y las suben.
El “aguante” de la Celda 4
Luego de una pelea en la que separaron a un compañero suyo, Marcos Baldi puso:
—Te fuiste como todo un saiyajin (una raza guerrera de la famosa serie animada Dragon Ball Z).
Su amigo “Tata” Mariano le respondió:
—Los pibes buenos somos así. Yo la semana pasada salí a las puñaladas, todo mal, casi lo maté al flaco. ¡Aguante la Celda 4!”.
Tanto Marcos como el “Tata” estuvieron en la Celda 4 del Pabellón 4. Ahí se alojan los que son “de población normal”, los más tranquilos después de los evangélicos.
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* Con celular y Facebook en la cárcel: así pasan sus días algunos presos en Bahía.
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