Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bakchellian: “No me convence este rumbo”

El empresario que fundó Gatic, a principios de los 50, visitó la ciudad invitado por jóvenes de la UIBB. Se mostró crítico sobre la política industrial y prometió volver con un nuevo proyecto para toda la región. Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com
La experiencia Gatic fue relatada por el visitante y puesta a la luz de las contradicciones que ofrece el modelo económico.

Eduardo Bakchellian tiene 84 años. Dice que uno de los momentos más tristes de su vida fue cuando tuvo que cerrar Gatic, la empresa textil fundada por él en 1953 y que quebró en 2004, un hecho que muchos habitantes de Coronel Suárez -donde la firma empleó a 2.000 personas- recuerdan con amargura.

Aunque no oculta su pesar, asegura que los vaivenes políticos y económicos de nuestro país no lo ayudaron, y que se siente con “más ganas que nunca” de volver al ruedo con un nuevo proyecto. “Me van a volver a ver en Bahía”, sentenció, aunque prefirió no dar detalles.

También dice que no lo convence el actual rumbo industrial que sigue el gobierno nacional y abogó por agergarles valor a los productos del campo (la agroindustria). Dijo que Bahía Blanca sea la segunda ciudad argentina con mayor desempleo “le causa asco en un país donde está todo por hacer” y que tanto en la Capital como en el Gran Buenos Aires la gente está “muy mal acostumbrada, a diferencia de lo que ocurre en el interior”.

Invitado por el Departamento de Jóvenes Empresarios de la Unión Industrial de Bahía Blanca a través del Grupo Textil, disertó, a sala llena, en la sede de la central fabril ubicada en el 466 de Brown. Como dato de color, un grupo de exempleados suyos (algunos actuales empresarios textiles) se acercaron a saludarlo. Los tramos salientes de la charla, a continuación.

--El gobierno eligió como estrategia de industrialización el ensamble de productos electrónicos en localidades patagónicas ¿le parece una buena alternativa?

--No me convence. Tenemos que industrializar los productos de nuestra tierra. ¿Qué pasa con toda la lana que obtenemos del sur argentino y ni siquiera tenemos una hilandería para hacer el hilado de lana que podría exportarse o utilizarse para fabricar ropa acá? .

“Argentina puede colocarse en un sitial muy importante como productora de calzado mundial. En los sesenta, tuvimos ese lugar gracias a una generación cordobesa de fabricantes de calzado que, por culpa del “Rodrigazo”, desapareció.

“A raíz de la quiebra de esos empresarios, emergió Brasil, que empezó con cueros argentinos. Y hoy son los segundos productores del mundo detrás de China”.

--¿Y que falta para volver a recrear esa industria?

--Primero, son las cámaras empresarias las que deben convencerse. La Cámara Argentina del Calzado tiene que luchar por conseguir ventajas que les permitan tecnificar los procesos, no toda la responsabilidad es de los gobiernos.

--El problema es que los países asiáticos, con costos laborales en dólares muy bajos, tienen una ventaja difícil de igualar...

--Pero no es imposible ser competitivos pese a eso. La parte de la costura hoy está muy automatizada y se pueden hacer cosas de mucha mejor calidad y rapidez con respecto a los asiáticos, sin bajar los requerimientos de mano de obra.

“Además, es posible ganar mercados internacionales por calidad. Tenemos el mejor cuero del mundo, imagínese los zapatos que pueden hacerse aquí”.

--Usted ha pedido en más de una oportunidad que se proteja a la industria nacional y hasta fue muy crítico con la apertura indiscriminada de los noventa. Sin embargo, ahora, los países nos acusan de ser proteccionistas...

--Veo al país aislado del mundo. Necesitamos que haya gente capacitada dirigiendo nuestras relaciones internacionales.