Pérdidas millonarias por el bloqueo al puerto
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Entre dos millones y dos millones y medio de dólares diarios rondará el impacto económico de una eventual paralización total de actividades como la que vienen impulsando los trabajadores de la empresa White Gulf.
Si bien estos cálculos dependen de muchas variables, en este caso hay que tener en cuenta que la estación marítima local se encuentra en pleno repunte del ciclo de cargas, por cuanto en el período mayo/julio históricamente se produce un pico estacional de tráfico de mercaderías.
En este contexto, las operaciones comerciales se ven diferidas, con costos sobre todo en el rubro de personal, con mano de obra que debe que pagarse dos veces: el día en que no salió y el día en que sí lo hizo.
Por eso entre sectores más perjudicados se encuentran los distintos modos de transporte, con un mayor impacto por costos propios en el de los camiones, seguido por el tren y, por último, el naviero.
A esto habría que sumar los mayores desembolsos y complicaciones operativas que supondrá una interrupción de varios días en los despachos de gas natural licuado (GNL) al regasificador “Express” que se encuentra amarrado en el muelle de Mega, junto con la merma en las condiciones de seguridad imperantes en el polo petroquímico, derivadas de la imposibilidad concreta de proceder al recambio de personal.
Si bien esto resulta difícil de cuantificar en términos económicos, no deja de ser un problema de envergadura para la ciudad y su área portuaria e industrial.
Seguramente, esta es la realidad que impulsó ayer al titular del Consorcio de Gestión del Puerto, Hugo Borelli, a pedir paciencia y serenidad para que los anuncios de cortes no se cumplan y, de esta manera, no se perjudique al puerto, a la ciudad y al país.
“Esta es una cuestión de empleo en la ciudad y resulta indiferente si es dentro o fuera del puerto. Por eso nos interesaría ver que el propio gobierno local y los legisladores que representan a nuestro distrito se involucren en la cuestión, aunque más no sea fijando una posición”, dijo.
La zona portuaria de Bahía Blanca quedó virtualmente paralizada desde la medianoche, como consecuencia de un agravamiento de la crisis que afecta al sector pesquero de la región desde hace varios días.
La decisión fue adoptada por trabajadores portuarios whitenses, que cuentan con el apoyo de otros gremios vinculados con la actividad marítima de nuestro medio.
“Vamos a cortar todos los accesos que le generen dinero al puerto de Bahía Blanca”, advirtió ayer por la tarde Cristina Casariego, encargada de personal del frigorífico White Gulf.
Esta empresa se considera como la más perjudicada por la decisión del tribunal de Trabajo de La Plata que obligó a revocar los permisos que permitían que dos buques de pesca industrial de Mar del Plata se asentaran, en abril pasado, en Ingeniero White.
La resolución, apelada por el ministerio de Asuntos Agrarios provincial, obliga a las naves a regresar a su anterior puerto de asiento, hasta que se resuelva una acción de amparo presentada por la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte Hermoso y Pehuen Co.
La decisión de cortar los accesos al área portuaria de White (extensiva a Puerto Galván), se tomó al cabo de una asamblea realizada en la sede gremial de Mascarello y Belgrano, con la presencia de representantes de todos los sindicatos allegados a la actividad marítima, según se comentó.
En la ocasión se valoró el apoyo brindado al sector por el intendente bahiense, doctor Gustavo Bevilacqua, criticándose la ausencia del titular del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, contador Hugo Borelli.
Borelli, en las últimas había twitteado sobre el tema, señalando que la institución había acompañado con firmeza la reconversión pesquera, aunque rechazaba un corte del puerto, manifestando que no se podía perjudicar al país.
Se supo que los manifestantes dejaron en mesa de entrada del Consorcio un petitorio dirigido al propio Borelli.