Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Rescató un lobo marino y lo trasladó al Zoológico en remís

El animal fue avistado frente al arroyo Miguelín causando un gran alboroto entre los vecinos y pescadores porque en ese lugar no es habitual encontrarse con ese tipo de ejemplares.
Foto: Archivo

   Un hombre de 28 años que trabaja de remisero en una agencia de Punta Lara capturó a un pequeño lobo de mar y lo trasladó en el baúl de su auto hasta el zoológico platense, en lo que podría ser el viaje más inusual de su vida.

   El animal fue avistado por primera vez el martes frente al arroyo Miguelín causando un gran alboroto entre los vecinos y pescadores porque en ese lugar no es habitual encontrarse con ese tipo de ejemplares.

   Los vecinos se contactaron con personal de Prefectura Naval y con guardaparques de la Reserva Ecológica de Punta Lara, quienes intentaron rescatar al animal o dirigirlo aguas adentro para que reencontrara su rumbo hacia el sur.

  Eduardo Villarreal, un remisero ensenadense de 28 años que trabaja en una agencia de Punta Lara, fue uno de los observadores que desde el martes estuvo pendiente de la suerte del animal, indica hoy un diario platense.

   "El martes apareció el lobito y todo el mundo se alborotó, por eso se llamó a la Prefectura, pero no lograron capturarlo; lo grave fue que desde la costa los chicos le tiraban todo tipo de cosas y el animal se veía muy asustado", sostuvo.

   Ante la imposibilidad de rescatarlo, quienes montaron el operativo optaron por ingresar al río con una moto de agua con la que de a poco fueron "arreándolo" río adentro.

   Después de esa maniobra, el lobito desapareció de la vista de los curiosos y todos creyeron que no volverían a verlo.

   Sin embargo, el lobo volvió el miércoles por la mañana casi al mismo punto en el que se lo descubrió el día anterior.

   "Lo vimos con unos pescadores, pero esta vez no se juntó tanta gente y por eso intenté un acercamiento", agregó el remisero.

   Con la ayuda de los pescadores, Villarreal comenzó a arrojarle algunas mojarras, y el lobito, visiblemente manso y hambriento, se fue acercando en busca de más.

   Cuando estuvo lo suficientemente cerca, y mientras el animal tenía sus negros ojos clavados en la carnada, Villarreal logró sujetarlo y, pese a su resistencia, rápidamente lo cargó en el baúl del auto. (NA)