Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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La educación comienza por casa y de la mano de los padres

Cuatro papás de nuestra ciudad explican la experiencia que significa enseñar y aprender en sus hogares. Se trata del movimiento denominado homeschooling, que tuvo su nacimiento en los 70 en Estados Unidos.
Efraín, Débora y Juliana aprenden juntos lo que sus padres consideran que deben saber... y lejos de la escuela. (Fotos: Facundo Morales-LN.)

Por Maximilliano Palou / mpalou@lanueva.com

Efraín tiene 5 años. No va al jardín. Y no irá a la escuela.

--¿Por qué?

--Nos desalentaba lo que venía pasando con la educación formal --contesta su papá, Víctor Peralta.

--Las normas sociales que se ven como normales no van con nosotros. Un ejemplo es la educación sexual: quiero dársela yo, porque creo que se la enseñan a una edad temprana --agrega Débora, la mamá de Efraín.

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--Efraín aprende en casa. Se trata del movimiento homeschooling, que nació en los 70 en Estados Unidos.

--Efraín puede elegir qué aprender. Un día se levanta y pregunta por el lugar en el que vive, entonces se habla de geografía; otro día, consulta sobre una suma y mamá le enseña matemática; más tarde se interesa por un insecto que vio en el patio...

--Podemos ver las cosas de cerca. Es mejor que aprenderlas en un aula. Hay chicos más rápidos y otros más lentos, pero en la escuela te dicen: “Noooo, hay que avanzar y cumplir con el programa”, dice Débora Dilge.

--En la escuela se olvidan de que cada individuo es particular, se les enseña a todos lo mismo --considera Víctor.

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Víctor y Débora se definen cristianos.

--No estoy a favor del matrimonio igualitario, por ejemplo. Ni me gustaría que mi hijo tuviera un profesor homosexual --dice Débora.

--¿En qué lo podría perjudicar?

--Espero que sea una persona con valores cristianos.

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José Luis es hermano de Víctor. El y su esposa, Romina Policano, también le enseñan a su hija Juliana en su casa, aunque después de que la chica de 13 años pasara por la Escuela Nº 6 y empezara en la Secundaria Nº 7.

--Lo que nos interesa es que aprenda y no que cumpla con lo que le dan en la escuela –-afirma Romina.

La mamá cuenta que con José Luis se involucraron en la educación, tanto que en el verano siguen estudiando y cuando hay paros, también.

--No me lo cuentan de afuera, lo conozco. No les enseñan a pensar y nosotros queremos que Juliana sea una persona que piense por sí misma.

Para Romina la escuela no cumple con sus expectativas.

--Le faltaban un montón de contenidos. Juliana sabía un 10% de lo que debía saber. Le decíamos que no iba a pasar, pero después la ayudaban.

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Hay premisas que José Luis y Romina no negocian.

--Sabemos que en la escuela hasta las autoridades se transforman en compinches de los chicos: ¿cuántas veces encontramos que los mismos preceptores los tapan con las faltas? --dice José Luis.

--Les dieron una computadora que usan para escuchar música, cuando a principio de año firmaron un compromiso que iba a ser para estudiar --agrega Romina.

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Esta opción aún no está regulada en Argentina, pero estos padres sostienen que en la Constitución se los reconoce como los agentes primarios de la educación de sus hijos.

--¿De dónde salen los prejuicios por esta manera de educarlos? (José Luis).

--Nosotros decidimos que yo me iba a quedar en casa cuando tuvimos a nuestros hijos. El sistema te obliga a que trabajemos los 2, ¿y con quién se crían los chicos? (Romina).

--Quieren que a los chicos los críe el colegio y los medios de comunicación. (José Luis).

--El sistema se los saca a los padres desde muy chicos: a los 3 años ya van al jardín, por ejemplo. (Víctor).

--Una de las críticas que suele hacerse a esta forma de educar es que los chicos no sociabilizan. ¿En el colegio lo hacen? En el aula no pueden hablar, el recreo lo pierden haciendo la cola para ir al quiosquito... Además, están desde 1º a 7º grado con los mismos 20 compañeros. Nuestros hijos hacen varias actividades con distintos chicos. (Romina).

¿Y si no saben? Débora y Romina dicen que la idea es aprender junto a sus hijos. “No podemos saber todo, obviamente. Pero cuando no conocemos algo, nos sentamos juntos y somos los 2 los que vamos descubriendo”, explica Débora.

¿Cuántos son? Según dijo Víctor Peralta, en la ciudad hay entre 6 y 10 familias que se sumaron a esta propuesta, más algunas de la zona con las que mantienen contacto. En la Argentina hay alrededor de 2.000 familias.

¿Dónde rinden? Para validar lo aprendido, los chicos que estudian en casa pueden rendir como estudiantes libres en Capital Federal. 

¿Dónde consultar? www.homeschoolargentina.com, educandoconciencia.com.ar, educoencasa.com.ar y en el Facebook de “Educacion En El Hogar”.