Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Chispazos en el cuartel sciolista

La campaña finalmente atado a todo o nada a Cristina Fernández que lleva a cabo Daniel Scioli en la recta final hacia las elecciones del domingo le generó tensiones con algunos miembros de su equipo de asesores y colaboradores. Es el caso de la foto de Axel Kicillof muy sonriente y del brazo con la titular del FMI, Cristine Lagarde, que se conoció ayer, justo un día después del debate en el que el candidato del FpV insistió una y otra vez con el recurso de “pegar” a Mauricio Macri con ese organismo y también con los fondos buitre.

Condescendiente hasta la exasperación con esa decisión de no ser él mismo, como le reclamaban sus asesores, y aparecer por el contrario más cristinista que nunca, Scioli justifico la foto. Dijo en declaraciones radiales que son “chicanas” de la oposición que buscan distorsionar la realidad. En sus campamentos dijeron otra cosa. En una reunión el mismo lunes a la tarde en la sede porteña del Banco Provincia bramaron contra esa publicación que apareció, para colmo de sus malos humores, en la tapa del sitio Clarín.com. Pequeño detalle que Scioli ignoró o prefirió olvidar, y que resaltaron algunos de sus colaboradores. La foto no fue distribuida por Macri, la oposición o los “medios hegemónicos” sino por el sitio oficial del ministerio de Economía.

“¡No nos ayuden mas!”, bramó uno de esos colaboradores revoleando una carpeta. “Es una canallada”, lanzó otro, mientras intentaba comunicarse con el candidato, de gira por el norte.

Entre otros habrían participado de esa reunión en la que se evaluaba el saldo del debate, los principales integrantes de la mesa chica del sciolismo más los miembros de su equipo de prensa y los creativos que participan en el armado del perfil de la campaña.

Las sospechas de esos colaboradores que, en privado, expresan fuerte reservas por el alineamiento incondicional con Cristina Fernández, quedaron planteadas en esa misma reunión. Por ejemplo, se preguntaron “qué sentido tenía” la distribución de la foto el día después del debate. Otra intriga más: se preguntaron por qué el equipo de prensa de Kicillof no distribuyó al mismo tiempo otras dos fotos, como las que el ministro se sacó con el presidente norteamericano Barack Obama, y otra con el primer ministro chino, Xi Jinping, ambas en la cumbre del G-20 en Turquía. “Es pura mala leche”, dijeron casi a coro los que ahora no están tan convencidos que el Gobierno tire para el mismo lado que el candidato.

En el equipo de campaña de Scioli, o al menos en el estado de ánimo de algunos de sus integrantes, acumulan rencor contra Kicillof. No le perdonan todavía, pese a su tardía disculpa, que haya llamado “forro” a Sergio Massa, justo cuando el candidato empezaba a elogiar en público algunas de las propuestas del tigrense, tratando de ganarse el favor de los 5 millones de ciudadanos que votaron al candidato del Frente Renovador.

No terminaban de salir del estupor y el enojo que les provocó la foto de Kicillof, cuando ayer recibieron la ultima mala nueva de Aníbal Fernández: el jefe de Gabinete dijo que no descartaba que también Scioli pueda aplicar un ajuste en la economía, practica sobre la que el gobernador se ha encargado de demonizar a Macri en las últimas jornadas de campaña. “Que se calle la boca, que no hable más, que no nos ayude más”, se escucharon otra vez las protestas.

Sobre la famosa foto, el quilmeño no quiso ahondar: dijo que fue una pose “de cortesía pero no de simpatía” entre el ministro y la mujer a la que acusa de haberle prometido a Macri, si gana, fondos por u$s 20.000 millones a cambio de reanudar relaciones con el organismo.

Para alimentar las versiones sobre aquellas tensiones internas, el titular del Banco Provincia, Gustavo Maragoni, uno de los quejosos, reconoció que gane quien gane “necesariamente” deberá buscar un acuerdo con los fondos buitre.