Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Sale Capitanich, ¿entra Rossi?

Aníbal Fernández utilizó ayer una jocosa metáfora para confirmar que, en el corto plazo, habrá cambios en el gabinete. “Si tiene cara de perro, cuatro patas y ladra, entonces es un perro”, dijo cuando los periodistas lo consultaron sobre los persistentes rumores en esa dirección. También apeló al humor para completar la respuesta, lo que a la vez de manera sutil intentó mostrar que no se ha bajado de la carrera de quienes en el oficialismo intentan convertirse en el sucesor de Cristina Fernández. “A partir del 10 de diciembre, cuando sea presidente, yo mismo le cuento los cambios”, se despachó.

Chascarrillos al margen, el secretario general de la Presidencia avaló lo que se dice en los pasillos y es un secreto a voces desde hace un tiempo: que la presidenta prepara un cambio de gabinete para encarar con algunas caras nuevas, -que reemplazarán a otras desgastadas o que deben cumplir compromisos electorales- el último y decisivo tramo de su gestión.

No lo dijo Aníbal, pero se comenta en despachos del área presidencial: las salidas y entradas serían anunciadas según el viejo estilo; es decir a través de un escueto comunicado que leerá el vocero Alfredo Scoccimarro el domingo por la tarde, horas después del mensaje presidencial ante la Asamblea Legislativa. La mandataria, se anticipa, hablará a partir del mediodía por cadena nacional para exponer el estado de la Nación en su último mensaje al Parlamento. Se estima que será el más largo de todos los que pronunció en estos siete años, de unas cuatro horas.

La novedad de los cambios que serán anunciados no es tanto la salida del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, descontada por propios y extraños a partir del tremendo desgaste que sufrió la figura del chaqueño desde que asumió en noviembre de 2013. La novedad vendría por el lado de su reemplazante: fuentes seguras del gobierno alentaron en las últimas horas el nombre del ministro de Defensa, Agustín Rossi.

La presidenta, dicen, lo premiaría al santafesino a cambio de que se baje de su precandidatura presidencial. La mandataria quiere una competencia en las PASO entre no más de tres postulantes de su partido. Esos lugares serían cubiertos por Scioli, Randazzo, y Domínguez o Urribarri

De ese modo, Aníbal seguiría en su puesto de secretario general, ya que los rumores también alentaban su ascenso en lugar de Capitanich, quien por su lado desliza que quiere desembarcar ahora mismo en su provincia para pelear por la candidatura a intendente de Resistencia.

Las versiones extraoficiales sostienen que la llegada de Rossi a la jefatura de Gabinete le abriría el camino a la designación de un importante dirigente de La Cámpora al frente del ministerio de Defensa, una estrategia cuya autoría habría que buscarla en el líder de la agrupación, Máximo Kirchner. La estrecha vinculación entre el hijo presidencial y La Cámpora con el jefe del Ejército, general César Milani, salió a la luz esta semana con la difusión de la presencia de militantes camporistas alojados en un regimiento de Mendoza durante las elecciones primarias que se celebraron en esa provincia.

Otro que se da por sentado que se va del gabinete es el ministro de Salud, Juan Luis Manzur, quien regresará a Tucumán para asumir la campaña como candidato a gobernador. También en este caso se asegura que La Cámpora podría colocar allí a uno de sus cuadros. Del mismo modo que ocurriría en el estratégico ministerio de Desarrollo Social, ya que se sostiene que Alicia Kirchner dejará el cargo para intentar una vez más dar pelea por la gobernación de Santa Cruz, convencida por su cuñada tras el fallido intento de instalar a Máximo.

Finalmente, se habla del posible desplazamiento de la ministro de Industria, Débora Giorgi, cuyo sillón ha sido reclamado largamente por Axel Kicillof, que desea colocar allí para el último tramo de gestión a una economista de su más estrecho círculo.