Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Temor a una derrota

El gobierno daría ahora marcha atrás con el proyecto de ley para elegir legisladores del Parlasur por voto directo y distrito único junto a las presidenciales del año que viene, cuya lista encabezaría Cristina Fernández, por temor a una derrota de la mandataria, reconocieron ayer a este diario altas fuentes de la Casa Rosada.

La iniciativa, en el mejor de los casos, sería tratada por el Senado recién en marzo o abril del año próximo, durante el arranque del período ordinario del Congreso, aunque es probable que igual reciba media sanción de Diputados durante la sesión del miércoles que viene, luego de un tratamiento express en comisión.

La decisión de dar marcha atrás con una jugada que había generado mucho entusiasmo en las filas del oficialismo reconoce, en primer turno, un elemento central que fue tenido en cuenta a la hora de ordenar el repliegue: la decisión de la oposición de presentar batalla mediante una lista de personalidades cuyo mayor rasgo es “la honestidad”, para confrontarlas en la campaña con una presidenta acosada por sospechas de corrupción y presunto lavado de dinero. Roberto Lavagna, Federico Pinedo y Manuel Garrido serían los oponentes.

El proyecto aprobado en comisión no solo avanzaba sobre el otorgamiento de fueros para los legisladores, una figura que el propio reglamento del Parlasur no especifica, sino que habilitaba a colocar la foto de los candidatos a la izquierda. Después aparecerían los candidatos a presidente y vice, y a gobernador de cada provincia.

Una alta fuente de la jefatura de Gabinete defendió ayer la decisión de poner un freno en el avance del proyecto, aunque dijo que esa iniciativa “nunca fue del Poder Ejecutivo, sino del Congreso”. Sin embargo, debe remarcarse que el proyecto fue impulsado por el diputado y apoderado del PJ Jorge Landau, conjuntamente con uno de los líderes de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, con la venia al menos de Máximo Kirchner. El hijo de la presidenta habría actuado a la vez, necesariamente, con el consentimiento de la presidenta durante una reunión de la que participaron todos los nombrados y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

El gobierno siempre reconoció por lo bajo que la estrategia apuntaba a que la foto de Cristina Fernández, a la izquierda de la boleta, sirviese para “traccionar” votos. En cambio negó con énfasis que tuviese el propósito de conseguir fueros para la mandataria a los efectos de protegerla de la Justicia cuando deje el poder dentro de exactamente un año.

Ante las críticas que desató el proyecto, y cuando todavía no se habían recibido los análisis de operadores y encuestadores oficiales que desaconsejaron meter a la presidenta en esa aventura, y menos se conocía la decisión de la oposición de oponer una lista de “notables” con buena imagen ciudadana, Oscar Parrilli salió a acusar a la oposición de querer “proscribir” a Cristina.

La estrategia se cayó en menos de 48 horas. Ya la semana pasada habían sonado alarmas en la Casa Rosada ante la opinión de aquellos operadores y encuestadores, que alertaron sobre la posibilidad de que Cristina pueda ser derrotada en las elecciones parlamentarias regionales. A eso se sumaron al menos dos datos: la alta imagen negativa de ella, de entre un 60 y 65% según el muestreo, y el probable “voto castigo” del votante en una elección que siente como absolutamente ajena e innecesaria.

“Ya sabemos que cuando no se vota gestión, la gente suele sacarse las ganas, le pasó a (Raúl) Alfonsín en el ´87, a (Carlos) Menem en el ´97 y a Néstor (Kirchner) en 2009”, reflejó textualmente un secretario de Estado que participó de esa ronda de análisis.

Conclusión: el oficialismo aguardará ahora a mirar las encuestas allá por marzo o abril, antes de reflotar el proyecto. O de hundirlo definitivamente.