Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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El reemplazo de Zaffaroni

El "perfil ideal" de Cristina Fernández para ocupar la vacante que dejará en la Corte Suprema de Justicia el juez Eugenio Zaffaroni, que confirmó que se jubilará a fin de año, tiene nombre y apellido: Aida Kemelmajer de Carlucci.

En los pasillos de la Casa Rosada es un secreto a voces la predilección de la presidenta por esta jurista mendocina, integrante hasta 2010 del máximo tribunal judicial de su provincia, y convocada personalmente por la mandataria para integrar la comisión redactora del nuevo Código Civil.

Para arrancar, Jorge Capitanich pareció dar alguna pista durante su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada. Dijo ayer en dos oportunidades que se tendría en cuenta "el género", entre otras cualidades, a la hora de elegir a quien el Poder Ejecutivo, en consonancia con la ley vigente, debería nominar para ocupar la vacante que se producirá por el alejamiento voluntario de Zaffaroni. Esa afirmación dio pie con el paso de las horas al rumor de que Fernández elegirá a una mujer.

"La doctora tiene una especial admiración por ella (Kemelmajer)", dijo escuetamente al ser consultado sobre esa posible nominación un muy alto funcionario de la Secretaría General de la presidencia.

Las fuentes gubernamentales reconocieron a la vez que además de las capacidades de Kemelmajer y su condición de género existen otros intereses que se sumarían a la búsqueda de aquel "perfil ideal" que imagina Cristina: el gobierno sabe que necesita los dos tercios del Senado para lograr su aprobación, por lo que se acudiría a la condición de "independiente" que tendría la jurista no sólo en el oficialismo sino también en la oposición.

Con todo, en el gobierno se reconoció que tras lconfirmarse la decisión de Zaffaroni de jubilarse a fin de año, que se veía venir, en el oficialismo se manejan algunas otras variantes y otros nombres.

Se habló de Carlos Zanini, un eterno abonado a las versiones sobre su desembarco en la Corte para cuando el cristinismo abandone el poder, aunque también otros de perfil más moderado como León Carlos Arslanian, que es actualmente conjuez de la Corte y tiene aceitados contactos con la Casa Rosada, o el radical Ricardo Gil Lavedra, quien podría ser "una prenda de paz" para lograr el apoyo de su partido.

Hay coincidencia en la Casa Rosada que frente a esa grilla de candidatos reales o supuestos, solo Kemelmajer de Carlucci garantizaría que la oposición aporte las bancas para llegar a los dos tercios (48), que el oficialismo jamás alcanzaría con sus votos propios y de sus aliados.

Un dato -que podría no serlo, pero en política los gestos valen- se resaltaba ayer en la Casa Rosada.

Ocurrió durante la cadena nacional de la semana pasada, cuando la presidenta promulgo el nuevo Código Civil y Comercial. En primera fila se encontraban Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco, como los impulsores centrales de la reforma.

A su lado, el protocolo oficial sentó a Kemelmajer de Carlucci, a quien Cristina Fernández le dedicó un fuerte elogio por su participación en la comisión redactora. El resto de los integrantes de esa comisión, presentes en el Salón de las Mujeres, se encontraba sentado en las filas posteriores, mezclado con jueces y camaristas de todo el país.

Para más datos, se recordó en esos despachos que la presidenta "es amiga" de la jurista mendocina, con quien además se ha reunido en varias oportunidades, tanto en la Casa Rosada como en la residencia de Olivos, aunque pocas veces hubo registros oficiales de esos contactos.