Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¿La vuelta de “Patota”?

Escribe Eugenio Paillet

La noticia no es “bomba”, pero provocó impacto en los más encumbrados despachos oficiales y en las principales centrales fabriles del país, donde juran que “se lo extraña”. No es otra que la casi segura vuelta del exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno al gobierno de la presidenta Cristina Fernández.

Un paso importante en esa dirección, revelaron importantes fuentes gubernamentales, se dio el pasado fin de semana en el Grand Hotel de Roma. Allí mantuvieron una reunión reservada la mandataria y el bravo exfuncionario, en la que se habría acordado que regrese al país, probablemente hacia diciembre.

Las fuentes descartaron de plano que Moreno puede reasumir un cargo formal en el gobierno, ni mucho menos regresar a la secretaría de Comercio para ocupar el lugar de Augusto Costa, a quien propios y extraños consideran un “chico sin ninguna experiencia” y, que por el peso de la gestión, padece habituales ataques de pánico, según la revelación de semanas atrás de un alto funcionario del Palacio de Hacienda.

Moreno se desempeñaría como una suerte de nexo entre Cristina Fernández y los empresarios, en especial aquellos que integran las grandes cámaras y centrales y que hoy, en su mayoría, se encuentran enfrentados al gobierno como consecuencia de la sanción de la reforma a la ley de Abastecimiento.

“Hoy la realidad es que tenemos a todos los grandes empresarios en contra, y seguro que con 'Guille' en el cargo eso no pasaba. El sabía cómo manejarlos y hasta los propios dirigentes lo reconocen en privado”, dijo la fuente a este diario.

Moreno fue sacado de la escena local por la presidenta con el objetivo de descomprimir una relación que -vaya paradoja- como el propio Moreno en el cargo se había vuelto insostenible, en especial por sus recordadas amenazas y aprietes a los hombres de negocios, algunas célebres como cuando atendía en su escritorio con un revólver sobre la mesa.

O cuando los convocó “sí o sí” a integrar fondos a una cuenta patriótica que el mismo Moreno denominó “Pongui Pongui”, que hasta hoy todavía administraría -aunque no hubo más aportes de dinero- el empresario hiperkirchnerista Ider Peretti.

A poco de ser enviado como agregado económico a la embajada argentina en Roma, los empresarios, entre ellos dos importantes miembros de la conducción de la Unión Industrial Argentina, reconocieron que preferían negociar con Moreno y no con Costa o el más irascible ministro de Economía, Axel Kicillof.

Moreno ya le había hecho llegar a Cristina a través de mensajeros su deseo de retornar a la Patria. El mensaje incluía su disposición a reincorporarse al gobierno desde el lugar que la presidenta lo creyera necesario.

De lo contrario, dicen ahora los confidentes, pensaba regresar de todos modos y dedicarse a militar en el peronismo porteño con vistas a las elecciones del año que viene.

Las fuentes aseguran que durante aquella charla del domingo pasado, en medio de los aprontes para la visita de Cristina al Papa Francisco, en cuya comitiva no figuró el exsecretario de Comercio, se limaron detalles de su regreso para retomar el contacto con los empresarios y acercarlos nuevamente a las posiciones del gobierno. O al menos limar las asperezas que jalonan el enfrentamiento actual.

Dicen que la presidenta quiere iniciar la campaña electoral, que se largará de lleno allá por marzo del año que viene, sin tantos frentes abiertos. El empresarial, no menor, es uno de ellos.

Ella cree que Moreno puede, con su particular estilo, que ahora parecen extrañar hasta los mismísimos maltratados de antaño, al menos acomodar los tantos en uno de los escenarios más complicados de la gestión.