Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Muchos sueños sobre los rieles

Quien no ha subido alguna vez a La Trochita no ha podido experimentar lo que significa caminar por largos tiempos que se han ido.

Y transitar por lo que representa una parte tan peculiar como cargada de misterios: la Patagonia.

Fue el 25 de mayo de 1945, en coincidencia con un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo el también denominado "El Viejo Expreso Patagónico" llegó hasta Esquel, atravesando una desértica estepa.

Aquel primer viaje, como todos los demás, comenzó a transportar sueños, esperanzas y a acumular anécdotas al surcar los 402 kilómetros que separaban la cabecera norte de la línea, Ingeniero Jacobacci, en Río Negro, con Esquel, en suelo chubutense.

Fueron nada menos que 14 horas cargadas de ansiedad que perseguían la idea de unir, a su paso, otros poblados como El Maitén, Leleque y Ñorquinco.

Y de unir a las estancias llenas de ovejas, para trasbordarlas luego a puertos distantes, como Bahía Blanca o Buenos Aires.

Hoy La Trochita solo une Esquel con Nahuel Pan. Son apenas 18 kilómetros para volver a soñar y a echar una mirada al pasado, mientras el resto de la estepa sigue esperando el rugir de la máquina y el humo esparcido por los aires patagónicos...