Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Ni hijos ni entenados

por Luis Tarullo
Ni hijos ni entenados. Notas y comentarios. La Nueva. Bahía Blanca

Después de la decisión presidencial de eximir al segundo medio aguinaldo del Impuesto a las Ganancias y la descompresión de las tensiones con los gremios, los dirigentes sindicales siguen negociando en silencio y con resultados diversos los bonos para compensar la caída de los salarios.

Sabido es que los ingresos reciben graves heridas de parte de la inflación, pero también en los últimos años han sufrido terribles laceraciones por obra y gracia del Impuesto a las Ganancias.

Por ello la presión gremial se acentúa y las bases empujan desde abajo para que sus dirigentes consigan beneficios salariales como sea.

El “como sea” tiene su expresión máxima en los planes de lucha y las huelgas, pero en muchos casos los gremialistas han logrado aplacar los ánimos con la promesa de obtener los bonus que alivien la caída del poder adquisitivo al menos por un puñado de meses.

Así, van conociéndose de manera paulatina pero casi diaria las noticias sobre las sumas compensatorias, aunque sean no remunerativas.

Hace un tiempo ya firmaron los petroleros patagónicos un plus de 24 mil pesos -en cuotas-, que está en sintonía con los sueldos que ganan por la lógica de un nivel de vida más caro en el sur del país.

También lo hicieron los bancarios, que han recibido 7.500 pesos que les llegarán casi con los Reyes Magos.

Son dos actividades que en todos estos años han navegado en la prosperidad, lo mismo que la aceitera, donde los trabajadores recibirán una suma no remunerativa de casi 12 mil pesos cuando se liquiden los haberes de enero.

Pero hay otros rubros con peso político específico que aún esperan la firma definitiva de los acuerdos pactados con los empresarios, aunque desde esos sectores avisan que no habrá marcha atrás.

Los albañiles de la UOCRA, el gremio del oficialista Gerardo Martínez, están a punto de recibir 3.500 pesos (en dos cuotas), mientras los Camioneros de los Moyano (que habían amenazado con un paro de 24 horas finalmente desactivado) percibirán 4.000 pesos en algunas cuotas también.

Curiosamente, quien sigue transpirando la camiseta es Antonio Caló, el jefe de la CGT oficialista y de la UOM, que todavía no consigue la firma de los empresarios a su pedido de 3.000 pesos. En algún momento Caló amagó con tirar la toalla y aceptaría en algunas ramas de la metalurgia una suma menor.

A Caló le cala hondo todo lo que dice la presidenta. Vive aplaudiéndola y se le caen las medias cuando hay anuncios como el de la excepción de Ganancias para el segundo medio aguinaldo, pero a la vez las palabras de Cristina Fernández o de sus funcionarios le calzan como un salvavidas de plomo cuando gritan “no” al plus salarial.

El heredero de Lorenzo Miguel en la UOM -solamente en el cargo, no en su sapiencia política-, debe hacer un esfuerzo adicional monumental para no hacer enojar a su jefa y para calmar a sus representados, que ven que otros gremios -tanto enemigos como amigos de la Casa Rosada- consiguen lo que él no logra.

Pero apenas termine esta ronda -seguramente incompleta, pues no todas las organizaciones van a conseguir el beneficio-, casi no habrá tiempo para vacaciones, pues se viene encima un año que se prevé sumamente agitado y con los números de la inflación de 2014 se renovará la embestida para actualizar los sueldos.

Extraña situación, fruto de una extraña economía: cuando aún se estén cobrando cuotas de la paritaria anterior y los plus salariales, arranca una nueva pulseada para evitar que los salarios se desbarranquen.

Pero si todo se limitara a los ingresos, más allá de lo complicado de la situación, podría haber destellos de optimismo. Sin embargo, cada día también surgen novedades acerca de las complicaciones que tienen las diversas actividades, no solamente por cuestiones de mercado sino por las medidas erráticas de la administración.

Por ejemplo, desde el sector empresarial han informado que alrededor de 12 mil vehículos 0 km. están estacionados e incompletos en terminales cordobesas debido a la falta de autopartes fundamentales. Ello se explicó de manera simple y rotunda: las trabas y problemas para la importación son la causa de ese inconveniente.

Un inconveniente para nada menor, ya que de persistir y multiplicarse en este y otros rubros, sin duda afectará a las fuentes de trabajo aún más de lo que están afectadas.

Y cuando estas situaciones empiezan a generalizarse, no hay distingo entre hijos y entenados que valga.

Luis Tarullo es periodista de la agencia DyN.