La juventud volvió a demostrar que no tiene nada para envidiar
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Por Gonzalo Antonio Martínez / gmartinez@lanueva.com
Se sacaron las presiones tan rápido que hasta merecen la admiración de los más grandes. Y, además, se nota que lo llevan en los genes. En la primera fecha del Invernal fue Roy Altamirano. Esta vez, en la segunda final de la Clase 1, disputada en el Héctor Evaristo Plano, le llegó el turno a Luciano Vallejos.
Ayer, Lucho fue contundente a lo largo de toda la programación y en el segundo intento de largada, después de sacarse de encima a Federico Hidalgo -otra joven promesa-, impuso el ritmo y dominó a voluntad.
“En la primera largué muy bien y se me hizo todo más fácil, pero en la segunda patinó más. Fuimos a la par en la recta opuesta y tuve que hacer valer la cuerda en la curva 3. Después fue cuestión de girar redondito porque tengo un auto espectacular”, confesó el ganador.
Y, como en la celebración de su primer triunfo en la sexta del Invernal pasado (NdR: el 2 de agosto del 2015), estuvo presente la ametralladora.
"Esa no puede faltar. Siempre que pueda la voy a hacer porque no sé cuando voy a volver a ganar", bromeó.
--La pregunta que se hacen todos. ¿Por qué los pibes manejan tanto?
--En mi caso particular, no me pongo nervioso arriba del auto. Esto lo mamamos de chiquitos, sabemos lo que es la velocidad y eso nos da un plus. Ojalá podamos alguna vez alcanzar a los históricos de la categoría.
Párrafo aparte para el espectáculo, que se desarrolló con total fluidez y culminó minutos antes de las 15.30.
¿La próxima programación? el 12 de junio.
"De Sunchales se vienen a correr; ¡están locos!". El autor de la frase se desconoce. Pero más de un espectador la repitió cuando se enteró que los hermanos Collino viajaban tantos kilómetros para disfrutar del midget, viernes tras viernes.
Es cierto. Están locos. Pero son unos locos lindos.
Ayer, la final de la Clase 2 le entregó un merecido premio a uno de los dos aventureros santafesinos: José Collino.
Beppy no encontró oponentes en ningún momento y, con un radio de giro prolijo por la cuerda interna, su trabajo se redujo a girar hasta la bandera a cuadros.
"Esto es cuestión de leer la pista de entrada, no desesperarse y correr con la cabeza. Con este piso, en la primera que quisiste hacerte el héroe, te vas para afuera", resumió.
Pese a que el piloto de la máquina N° 67 debería presentarse de manera obligatoria en 6 de las 8 competencias para obtener el pase al Estival, la comisión realizó una excepción, y le redujo a cuatro, por residir a más de 600 kilómetros de la ciudad.
"Sabemos que tenemos condiciones y auto para estar en la otra final. Por cuestiones laborales no pude venir en el verano y me quedé afuera. Son las reglas del juego y hay que entenderlas así. En mi caso, desde que me subo a la camioneta, allá en Sunchales", admitió.
Por último, el ganador le dedicó el trofeo a su familia "por el aguante" y a los Saldamando, por el hospedaje.
"En cualquier momento nos echan", bromeó.