Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Los juegos del miedo versión kirchnerista

Por Fernando Monacelli

Los kirchneristas están locos o saben algo que ninguno más sabe o tienen la intención de suicidarse, incluso antes de octubre de 2015.

Es que, en la semana que pasó, varios de ellos, intentando una ola de miedo, no dejaron títere con cabeza; aunque al final todas las cabezas que rodaron ante la opinión pública fueron las propias. Una increíble epidemia de autodecapitación política.

La primera cabeza que asomó fue la de este tipo Alex Freyre con eso de que si ganaba Massa los enfermos de sida se iban a morir. Lo criticaron los propios más que los ajenos, solo para despegarse del bocón. Pero enseguida surgió que el tipo, además de todo, era funcionario K. Dirige el "Archivo de la Memoria por la Diversidad Sexual". ¿Qué hace? Es un ñoqui con un sello de goma tan políticamente correcto que empalaga. Pero encima, un día después se supo que cobraba en mano 20 mil pesos por mes desde el Senado de Boudou. Freyre, efectivamente, sembró el terror, pero al sistema K, y por estas horas lo debe estar contratando Sergio Massa para que siga atacándolo con todo lo que tenga.

En la misma línea que Freyre, habló el tucumano Alperovich y atrás salió Daniel Scioli preguntándose si la oposición va a derogar la Asignación Universal por Hijo y a devolver YPF. Probablemente, en la provincia de Buenos Aires el intento pro-miedo del gobernador no haya tenido tanto éxito. La gente ya está aterrada con los ladrones y asesinos, así que un sustito más no le mueve la aguja.

Y por supuesto, también habló Ella. Fue durante el lanzamiento del Arsat-1. Dijo que al satélite "no lo van a poder derogar" y se preguntó en voz alta si su desarrollo habría sido posible sin los dos gobiernos kirchneristas. Eso sí que dio pánico, por supuesto. Mañana, señora, en el supermercado, con la tarjeta explotada, los billetes de cien que se incendian en la mano y los precios disparados al espacio como el "cuete" de Cristina, imaginen a la Argentina sin su satélite. Si se queda blanca del pánico, relájese. El Arsat-1 no está solo. Argentina ya lanzó nueve satélites desde 1990. De hecho, hasta la Alianza pudo disparar dos.