Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Sin pan en el almacén ni gasas en el hospital: una bahiense sufre la crisis en Venezuela

Por temor no quiso dar su nombre, pero le contó a "La Nueva." lo mal que la están pasando.
Fotos: Archivo La Nueva.

Por Maximiliano Buss / mbuss@lanueva.com

   En un hospital que no tiene gasas ni alcohol, no le queda otra que rezar porque su hijo se recupere pronto.

   Si te enfermas aquí, te mueres. No puedo seguir charlando. Mi cabeza está en otro lado, perdón escribe.

  Y se desconecta de Facebook.

***

   Cecilia tenía 24 años cuando en medio del caos del 2001 decidió dejar Bahía Blanca para irse a vivir a Venezuela, un país que no paraba de crecer gracias a las grandes inversiones de empresas petroleras.

   Eligió como destino Venecia, la ciudad más poblada del estado de Carabobo, a la que llamaban la Capital Industrial.

   La llamaban. Hasta que el precio del petróleo empezó a derrumbarse, la inflación en todo el país llegó al 500 % y la pobreza golpeó al 81 % de los hogares.

   “La situación aquí se volvió súper difícil para todos porque el pueblo tiene mucho hambre”, dice Cecilia.

"La gente se vuelve egoísta, agresiva"

   En cualquier ciudad, el sueldo básico promedio de 120 mil bolívares alcanza para:

   - El alquiler de un departamento

   - 3 kilos de carne

   - 2 docenas de huevos

   Nada más.

   “Es un sueño cumplir con las 3 comidas diarias. La gente se desespera, se vuelve egoísta, agresiva”, dice.

   Y el problema no es solo el costo de vida. Si Cecilia va al almacén que tiene a media cuadra no encuentra pan. No encuentra leche. No encuentra arroz. No encuentra papel higiénico ni jabón ni desodorante ni preservativos.

   En 2016, las importaciones de alimentos cayeron un 50 % con respecto al año anterior, según varias estimaciones. 

   “Los productos básicos solo están en las góndolas de los grandes supermercados que los traen de otros países. Cuando sobra algo de dinero, compro por bultos para poder guardar”, cuenta.

“Ir a la farmacia es para llorar”

   En el país falta aproximadamente el 80 % de los suplementos médicos básicos, de acuerdo con la Federación Farmacéutica de Carabobo.

   “Ir a una farmacia es para llorar porque no se consiguen gasas ni medicamentos ni solución fisiológica para nebulizar. Imagínate lo que sufren los hipertensos, los diabéticos o los enfermos con cáncer”, dice Cecilia.

   Un informe presentado por una ONG ante las Naciones Unidas señala además que el 60 % de los equipos para diagnóstico en el sector público “está paralizado”.

   Los porcentajes se traducen en salas de espera abarrotadas de pacientes. “Los médicos mandan a sus casas a los enfermos que no son casos de emergencia porque no tienen recursos para atenderlos”, explica Cecilia.

De política ni hablar

   La semana pasada, la crisis cruzó nuevas fronteras luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumió las funciones del Parlamento, una decisión calificada por los opositores como "un golpe de Estado".

   —¿Creés que el gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura?

   —Dictadura como tal, no lo creo. Igual, prefiero no hablar de política en estos momentos.

   —¿Por qué?

   —Es algo sumamente delicado, sobre todo siendo extranjera. Y mucho más en la redes sociales. Perdón.

No se llama Cecilia

   Ella no se llama Cecilia. Durante la entrevista con La Nueva. la bahiense pidió no ser identificada por temor. 

   “Yo sigo viviendo aquí, espero que me entiendan. Cada día todo se pone más difícil. Y si sobrevivo a este caos es porque todos los días me levanto para lidiar con las adversidades”, dice.

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