Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Un bebé internado en el Hospital Italiano abrió el alerta sobre el botulismo en la ciudad

Afirman que Bahía es, en el mundo, la ciudad con mayor incidencia de la enfermedad debido a sus características climáticas y de suelo. Se registran entre 5 y 8 enfermos al año.
El Italiano es uno de los dos hospitales que cuentan con terapia intensiva infantil.

Por Cecilia Corradetti / ccorradetti@lanueva.com

Por sus condiciones climáticas y de suelo, Bahía es una de las ciudades del mundo con mayor frecuencia de botulismo del lactante una enfermedad poco frecuente que afecta a niños menores de un año y resulta de la ingestión de la espora de la bacteria clostridium botulinum.

Un bebé de tres meses está internado con esta enfermedad en el Hospital Italiano, uno de los dos sanatorios, junto con el Penna, que posee Terapia Intensiva infantil.

En nuestra ciudad se atienden entre 5 y 8 bebés por año, algunos provenientes de la zona, y el tiempo de internación puede variar desde pocos días a meses, dijo a “La Nueva.” el doctor César Garat, gastroenterólogo infantil y miembro del equipo de Pediatría del Italiano.

Explicó que las esporas de clostridium botulinum --que no ocasionan enfermedad cuando son consumidas por adultos saludables-- pueden colonizar, germinar, multiplicarse y generar sustancias altamente tóxicas (toxina botulínica) en el tracto intestinal de bebés menores de un año. Esto se debe a la ausencia fisiológica del suficiente nivel de acidez gástrica y de flora protectora en el aparato gastrointestinal de los niños en esta franja etaria.

El profesional, que diagnosticó por primera vez esta enfermedad en 1989 a un bebé de Viedma, manifestó que en el intestino del bebé las esporas germinan, se multiplica la forma vegetativa y los bacilos se lisan liberando la toxina botulínica.

“La toxina es absorbida en el colon, pasa a la sangre, se une a los nervios periféricos y bloquea la liberación de acetilcolina en las placas neuromusculares impidiendo de esta manera la contracción muscular”.

Como resultado de la parálisis muscular producida por la neurotoxina, los bebés padecen letargia, falta de expresión en el rostro, dificultad para tragar y succionar, comen poco, están constipados, tienen llanto débil y poseen pobre tono muscular.

“Una de las maneras de prevenir es que las mamás no cuelguen a secar sus corpiños al aire libre y sí, en cambio, en el interior de la vivienda para evitar el contacto con el polvo”, dijo Garat.

También resaltó no proporcionar miel o alimentos que la contengan a menores de 1 año. Tampoco debe colocarse miel en chupetes, tetinas o en el pezón antes de amamantar.

El diagnóstico de la enfermedad se basa en los síntomas, en el histórico alimentario de días anteriores, y en el análisis de materia fecal del paciente en busca de la bacteria o su toxina botulínica.

El tiempo entre la ingestión de las esporas y el comienzo de los síntomas se desconoce. Los síntomas pueden surgir súbitamente, en pocas horas, o se pueden desarrollar durante varios días.