"Indio" pelear con todo
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El "Indio" tenía bronca. Bronca acumulada por líos familiares. Y la bronca acumulada le hizo subir la presión. Mucha presión en la cabeza.
Estaba en la Comisaría de la Mujer de Bahía para denunciar que su ex no le dejaba ver a sus hijos; también para decir que ella los cuidaba mal, los dejaba solos, y que si alguna vez él reaccionó mal y les pegó a los vecinos fue porque eran unos metidos.
De golpe sintió que una vena se le hinchaba. Le latía el lado izquierdo de la cabeza. Y se desmayó. Tenía, además de bronca y líos, 25 años y un accidente cerebrovascular.
—¡TUC! El cerebro me hizo un corto y quedé ahí —cuenta el "Indio", 26 años, albañil, deportista y a veces patovica.
Dice que zafó por su corta edad y porque lo atendieron rápido. Igual no aguantó el hospital: se escapó la misma noche.
—Medio tartamudo, y con una mano y una pierna tiesas, me fui a seguir la bronca con mi ex.
El "Indio" parecía joven para sufrir un ACV. También parecía joven para tener 3 hijos (de 3, 6 y 8 años), una exmujer con la que se había juntado cuando los 2 tenían 15 y una beba con Mayra, su nueva novia.
Todavía no era el "Indio". En ese momento lo conocían como "Loquillo", "Rulo" o José Luis Betanzo, nacido en Cipolletti y criado donde le tocara vivir. Bahía, por ejemplo.
Dos semanas después de desvanecerse, mientras hacía rehabilitación para recuperar la movilidad, el "Indio" decidió que aquel psicólogo que había visto un par de veces tenía razón. Le había recomendado que practicara boxeo para descargar la bronca acumulada, para dejar de ser tan impulsivo.
Y le hizo bastante caso: todavía con secuelas, empezó a practicar artes marciales mixtas (MMA), un tipo de pelea dentro de una jaula octogonal en la que vale casi todo. Fox Sports y América suelen pasar esas batallas feroces.
El "Indio" cuenta que dejó Río Negro a los 8 años. Se fue detrás de su padre, un exboxeador y capataz en una empresa constructora. Dice que su madre no lo quiso retener porque a esa edad él ya decidía. Anduvieron por Santa Fe, Salta y Entre Ríos.
A los 11, estuvo internado un año en un instituto para menores de Gualeguaychú por darle un puntazo a un ladrón que lo dejó sin ropa y zapatillas.
—Fue lo peor que me pasó en la vida, pero estar ahí adentro me hizo crecer. Al otro lo dejé chupando suero un par de meses y no me jodió más.
Después se radicaron en Bahía. El “Indio” fue a la escuela Nº 64 de Villa Floresta, cerca de la cárcel, y a los 14 dejó el colegio para trabajar de albañil con el padre.
Dice que no era de pelear, que se hizo acá.
Era noche de MMA en Punta Alta y la novia estaba entre el público.
El "Indio" llevaba tres meses entrenando con Garrido Competición y ya tenía 2 peleas ganadas en los primeros 50 segundos. A patadas en las canillas, trompadas en la cara y técnicas de sumisión había volteado muñecos apodados "Pantera" y "Titán".
Salvo la vena de la cabeza que le latía un poco, no sentía nada malo. Todo venía saliéndole bien: tenía trabajo, se sentía saludable y quería irse a vivir con su novia y la beba.
Entró en la jaula con una remera blanca que había hecho estampar 2 días antes. Decía: "CASATE CONMIGO". Mayra dijo que sí.
La pelea no duró ni un minuto. El "Indio" escupió el protector bucal en su guante y levantó los brazos sintiendo que esa noche había ganado 2 veces.
Al mes el "Indio" y su novia se separaron.
En la cuarta pelea, el equipo copó el vestuario de 2 metros por 3 en el club Pacífico. El "Indio" empezó a calentar porque peleaba primero. Con su 1m82 y sus 75-80 kilos, saltaba y las rodillas le llegaban a las axilas. Tiraba patadas y piñas al aire y a las manoplas de su entrenador, Walter Fabi. Los otros se vendaban y se pasaban crema muscular.
Alguien se apoyó sobre la llave de la luz y la apagó. El tubo fluorescente nunca volvió a encender bien, relampagueaba.
En la penumbra, el "Indio" le pegó una serie de trompadas con la mano desnuda a una pared y el cuartito tembló.
—¡Paraaaá! Te vas a lastimar —le dijo el entrenador.
El "Indio" no hablaba, apenas respondía con gestos. Y bufaba por la nariz, como un toro, y pensaba en esa vena que siempre late. Se mojó un poco la sien izquierda, mordió el protector bucal, ensayó una toma que consistía en agarrar con las dos manos la cabeza del oponente y darle un rodillazo, y salió.
Cuando peleo tengo la mente en blanco, se me nubla todo. Siento adrenalina, calor en todo el cuerpo, ganas de subir a matar.
No hay público, no hay nada. Lo único que escucho es la voz de mi esquina. Tenés que buscar esa guía, ¿viste? No muchos hacen eso. Yo sí, por eso me ha ido bien.
Después siento satisfacción. Estoy haciendo mi laburo, que es ganar. Y gana el que está mejor preparado física y mentalmente.
Al otro lo miro a los ojos. Si baja la mirada, sé que tengo el 80 por ciento de la pelea ganada.
Soy encarador, salgo a primerear. Por eso en el gimnasio me pusieron 'Indio', y no porque vengo del sur. No. Es porque peleo a lo guaso, a lo salvaje.
Afuera del vestuario, en Pacífico, había 4 filas de sillas alrededor de la jaula y estaban todas ocupadas. También había gente en las tribunas, paradas y comprando hamburguesas.
—¡En el rincón azuuul —gritó el presentador—, Danieeel “El Teclaaaa” Faaaa-ríaaaasss! ¡Y en el rincón rojoooo, José “El In-dioooo” Beee-tanzoooo!
Encaró como siempre. Pero enfrente se encontró con un tipo durísimo, con experiencia en kickboxing y boxeo amateur, con 9 peleas ganadas por nocaut.
Igual el "Indio" estuvo cerca en el primer round. Salió como si fuera a reventar una puerta a patadas y en un momento lo tuvo en el piso y lo golpeó sin piedad.
En el segundo no lo soltó hasta que el “Tecla” lo volteó. El "Indio" cayó de espaldas al piso y quedó con el tobillo izquierdo dislocado. ¡Tanto que se había cuidado la cabeza!
—Ya está —dijo el árbitro.
El "Indio" se retorció de dolor y salió rengueando de la jaula con un aplauso. En un costado quedó el protector bucal. Se fue en silla de ruedas y en la ambulancia pidió un balde para vomitar.
—Es bueno perder —dice el "Indio"—. Capaz que la vida quiso enseñarme que hay que vivir con la derrota. Me veía levantando la mano. Pero a todo juego que tiene revancha no hay que tenerle miedo.
Le dieron 2 meses de reposo. Aguantó un día en la cama y al siguiente ya estaba apilando ladrillos en la obra. Rengueaba un poco. También le latía la sien.
MMA en Bahía. Es amateur y no valen los golpes de rodilla ni de codo, a diferencia de las ligas profesionales.
El primer encuentro acá se hizo el 10 de septiembre de 2011, en el club Libertad (Venezuela y Sáenz Peña). Lo organizó la Academia GAG Vale Todo Bahía Blanca.
"Antes de eso eran torneos abiertos de cualquier disciplina -cuenta Gonzalo Goñi, director de GAG, campeón argentino y sudamericano de Jiu Jitsu y medalla de bronce a nivel mundial-. Peleabas con tu estilo. Era otra locura. Valía todo en serio. Ahora se hizo más deportivo."
Algunas academias locales.
* Bahía Fight Club, de Federico Romero. Entrenan en Juan Molina 144.
* GAG Vale Todo Bahía Blanca, de Gastón Goñi. Entrenan en Brandsen 28.
* Garrido Competición, de Marcelo Garrido. Club Velocidad y Resistencia, Rondeau 1.202.
* Team Irlandés, de Gastón Monroe. Entrenan en General Paz 63.
Plata. Las entradas a los festivales de MMA cuestan entre 50 y 80 pesos. A los luchadores les pagan alrededor de $ 100 por round.
En la que peleó contra el "Tecla" Farías, al "Indio" le dieron $ 200: "Con eso compré hamburguesas para los chicos —cuenta—. No peleo por la plata. Pero bienvenida sea.”
¿Hay apuestas? "Eso dicen... Si yo supiera, apostaría por mí."
La jaula. Es un octágono, o sea un ring de 8 lados. Mide 6 metros por 6 y 2,2 de alto, está cerrado con un alambrado y tiene un piso de goma EVA de 2 centímetros de espesor. Está suspendido unos 40 centímetros del suelo y tiene una puerta que se cierra con una vara metálica hasta que termina la pelea. Adentro quedan los 2 luchadores y el árbitro. Afuera, en las esquinas, los entrenadores y 3 jueces.
Cuánto cuesta equiparse
* Par de guantines de 4 onzas desde $ 500
* Pantalón corto desde $ 320
* Calza de entrenamiento desde $ 230
* Protector bucal común desde $ 30
* Protector profesional con dibujo de colmillos $ 250
* Protector inguinal desde $ 190
* Vendas para manos y tobillos desde $ 80
Ligas. Las dos más conocidas son UFC (Ultimate Fighting Championship) y Bellator MMA. En México está la Extreme Fighters Latino.
Leyenda. Fedor Emelianenko (37 años, de Rusia) es considerado el mejor peleador de la historia. Ganó 5 grandes campeonatos mundiales, entre ellos el RINGS 2002 y el PRIDE 2004. Su especialidad, el cabezazo en el piso. Se retiró en 2012 y ahora es político.
El mejor argentino. Nazareno Melangerie (27 años, de Buenos Aires) fue campeón mundial de Jiu Jitsu brasileño en 2004. Pelea en Bellator en la categoría peso pluma.
Campeones UFC 2013
Peso completo Caín Velásquez (Estados Unidos)
Peso pesado Jon Jones (Estados Unidos)
Peso medio Anderson Silva (Brasil)
Peso welter Georges St-Pierre (Canadá)
Peso liviano Benson Henderson (Estados Unidos)
Peso pluma José Aldo (Brasil)
Peso gallo Renan Barão (Brasil)
Peso mosca Demetrious Johnson (Estados Unidos)
1ª campeona, peso gallo Ronda Rousey (Estados Unidos)
MMA fatal
* Franco Lescano (30 años, de San Fernando) sufrió la fractura de 2 vértebras y la fisura de la médula en un entrenamiento en marzo de 2010. Agonizó 21 días.
* El brasileño Leandro Souza (26) falleció el año pasado en un sauna, mientras intentaba bajar de peso antes de una pelea.
* El nigeriano Félix Elochukwu (35) se descompuso minutos después de salir de la jaula, en un combate amateur en Estados Unidos, y murió por falta de asistencia médica apropiada.
"Un peleón"
El 22 de marzo pasado, el "Indio" Betanzo se metió otra vez en la jaula y venció a Franco "Martillo" Risco, de Las Grutas (Río Negro).
—Un peleón ¡Mortal! —cuenta el "Indio"—. Al otro le quebré la clavícula en 2 partes.
La pelea duró un solo round.
El "Martillo" cayó mal en un derribe y los médicos no lo dejaron seguir; además se le había salido el hombro izquierdo.
Cuando el árbitro sentenció "no va más", el "Indio" se trepó al borde de la jaula y se sentó, como hacen en las grandes ligas que pasan por televisión.
Abajo levantó los brazos en V y después se arrodilló para abrazar a sus hijos.