Punto final para la tracción a sangre en las calles de la ciudad

Redacción de La Nueva.

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Pamela Subizar / psubizar@lanueva.com

A partir del 1º de agosto la tracción a sangre estará prohibida en el ejido urbano de Bahía Blanca, lo cual da un plazo de 30 días para cambiar por completo un sistema de trabajo enraizado en las zonas más desfavorecidas de la ciudad: el uso de carros tirados por caballos para recolectar residuos.

El anuncio fue hecho ayer por la Municipalidad, a partir de una conferencia de prensa del Secretario de Gobierno Fabián Lliteras, luego de que se hallaran en las últimas semanas dos caballos abandonados en muy mal estado, uno en Villa Rosas y otro en el centro, Soler al 200.

Decisión política

Lliteras remarcó que se trató de una decisión política del intendente Gustavo Bevilaqcua para terminar con el maltrato animal, y hacer efectiva - con una fecha límite de tolerancia – la normativa provincial.

El mes que resta hasta que empiece la exigencia será utilizado para seguir trabajando en la problemática social vinculada al tema, con las secretarías ya abocadas, como Desarrollo Social y Ambiente, y se deberán definir algunos puntos pendientes.

Algunas dudas

Sucede que la decisión no contempla aún cómo se reemplazará al caballo como medio de transporte y cómo se procederá ante las infracciones, en cuanto al destino de los animales secuestrados.

Al ser consultado, Lliteras indicó que todas las cuestiones, principalmente las sociales como la situación de los trabajadores, la presencia de niños en los carros y el maltrato, se analizarán en los próximos 30 días, con el apoyo de organizaciones proteccionistas y concejales.

Cambio radical

Fiel a su estilo, la comuna dio así un giro sorpresivo y radical en una problemática de larga data, y que ha generado siempre controversias.

Una de las mayores fuer durante la intendencia anterior cuando hubo, por caso, una manifestación de cartoneros con sus respectivas carretas frente al Palacio Municipal.

No pocos vinculaba ayer el anuncio con un mensaje en Twitter, enviado un día antes, por el dirigente político Dámaso Larraburu: “La Municipalidad debe prohibir definitivamente la tracción a sangre. Basta de maltrato animal. Esto no da para más”, aunque no era la primera vez que hacía el pedido.

Lo cierto es que proteccionistas vienen solicitando y gestionando desde hace años una política contra el maltrato de los caballos que nunca logró concretarse, por lo que recibieron la noticia con satisfacción.

Teresita Boughen, del Movimiento Argentino de Protección Animal (MAPA), contó que el anuncio fue una “sorpresa muy grata”, y que no habían tenido ningún adelanto ni venían tratando la posibilidad de aplicar la prohibición con la comuna.

También se han presentado iniciativas fundadas en los últimos años, como un proyecto de ordenanza de Elisa Quartucci (IC) en 2010 que establecía la eliminación gradual de la tracción a sangre.

La propuesta era un programa para sustituir la tracción animal por vehículos y dar alternativas a los trabajadores informales. La concejal indicó que recientemente el Ejecutivo devolvió los pedidos de informes solicitados, por lo que sólo restaría ahora su sanción en el Concejo.

La voz de los cartoneros

"Me pregunto cómo vamos a subsistir"

Bronca, indignación. Eso confesó sentir ayer Graciela Provins, una de las tantas madres cartoneras de Villa Caracol que se ganan la vida con su carro y su caballo.

El circuito de su esposo es casi siempre el mismo y aseguró que lo obtenido no tiene otro fin que “llenar la olla” para que puedan alimentarse sus siete hijos, de ella, de él y los que comparten.

Contó que poco antes de morir, su mamá le regaló a Morena, una yegua color chocolate que es la “mimada” de la familia. “Y ahora, por culpa del error de unos pocos, todos caímos en la misma bolsa. Yo me pregunto cómo vamos a hacer para subsistir”.

Un total de 1.200 familias quedarán excluidas del sistema, aseguró José Alejandro Toledo, otro vecino afectado.

Todos las noches sale con su carro y alguno de sus hijos a cartonear. Tiene, nada menos, que 18. Primero toma por Roca; luego por Rondeau y allí comienza a recorrer el centro.

“¿Cuánto saco por día? 100 pesos, más o menos”, señaló “Jano”, como lo conocen en el barrio.

“La olla me condena. Los chicos piden pan, leche, zapatillas”, enumeró. También dice no será fácil mantener un caballo que no produzca, porque la bolsa de avena cuesta 100 pesos y la herradura entre 90 y 115.

“Jano” criticó la falta de alternativas del Ejecutivo. “Quita una fuente laboral y no da opciones. Además, en caso de tener que sacar un carnet, no hay que olvidar que mucha gente es analfabeta, no sabe manejar una moto y menos estudiar una ordenanza de tránsito”, exclamó.

También se manifestó en contra el presidente de la Cooperativa Cartoneros del Sur, Hugo Dubois. “Esto va a traer muchos problemas".