Corrupción que causa escozor
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En septiembre de 1955, el escritor Ezequiel Martínez Estrada --con domicilio en su chalet de la avenida Alem y Salta de nuestra ciudad-- comenzó a mejorar de su neurodermatitis melánica, una enfermedad discapacitante, de origen psicosomático, que lo mantuvo por años postrado en hospitales, preso de dolores y de una acuciante picazón.
Su lenta curación coincidió con la caída del peronismo, gobierno del cual Martínez Estrada era fuerte crítico, cuando algunos tratamientos comenzaron a hacer efecto y le permitieron retomar su labor como ensayista, cuentista y poeta.
No se conoce hasta ahora que haya personas afectadas por alguna enfermedad de este tipo por estos días, pero lo que está ocurriendo a partir de la salida del gobierno del kirchnerismo es que un gran escozor afecta a todos los argentinos, incrédulos ante una corrupción que parece haberse quedado con millones de dólares en los últimos 12 años.
A la fecha son 16 los procesados por distintas causas, incluidos la presidenta, Cristina Fernández, su vice, elegido por ella, Amado Boudou, su ministro de Planificación, elegido por ella, Julio de Vido, su ministro de economía, elegido por ella, Axel Kicillof, y figuras como Guillermo Moreno, José López y Ricardo Jaime, entre otros.
Una conducta que de apoco se va imponiendo es la de enriquecimiento ilícito, bastante simple de investigar y que apunta a establecer cómo creció el patrimonio de un funcionario público que, trabajando en relación de dependencia, logró crecimientos desproporcionados de su patrimonio.
El delito admite muchas figuras, entre ellas el uso ilegítimo de información privilegiada, el narcotráfico, los sobornos, los fraudes, la malversación, el nepotismo, la impunidad y el despotismo.
Es tan grande el desfalco que parece han realizado nuestros gobernantes que todos escuchan asombrados e incrédulos las cifras que se barajan. Para una diputada que ha impulsado muchas de las causas, el matrimonio Kirchner se quedó con 10 mil millones de dólares. Un “valijero arrepentido” asegura que el gobierno en su conjunto robó 30 millones de dólares por día durante 12 años.
Será difícil que el país logre sobrevivir a tamaño desfalco si no logra imponer justicia y castigo. A funcionarios públicos, jueces, fiscales y empresarios y todo quien fue parte de semejante entramado. Aunque deban pagar con una neurodermatitis generalizada, las generaciones venideras necesitarán de esa justicia para curarse y recuperar la fe en sus gobernantes.