Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Fragmentación ferroviaria

Profesionales de urbanismo de nuestro país, de Viena y otras ciudades del mundo se reunieron en Buenos Aires, en el marco de un acuerdo firmado por el municipio con organismos de financiamiento de mejoras urbanas, para analizar la realidad de Bahía blanca, generar un diagnóstico y, por último, proponer planes de intervención buscando mejorar situaciones perjudiciales para su desarrollo.

no fue necesario profundizar demasiado para detectar que uno de los problemas más serios que tiene la ciudad es su fragmentación, la cual atenta contra una indispensable continuidad en materia de circulación y perjudica la conveniente integración de sus barrios.

En esa primera lectura advierten que las tierras que siguen siendo ocupadas por el ferrocarril -las más de ellas obsoletas, desocupadas, vandalizadas, olvidadas- conforman un potencial indiscutible y reconocible para generar una alternativa de inclusión y revertir (quebrar) esa fragmentación.

La lectura realizada por estos expertos durante un taller de diseño urbano participativo apunta a proponer intervenciones que podrían ser financiadas por organismos internacionales para corregir estos males urbanos, que a esta altura resultan incomprensibles.

No es la primera (ni posiblemente será la última) evaluación que deja en claro que Bahía Blanca tiene su micro y macrocentro encorsetado con la agresiva irrupción que a fines del siglo XIX tuvieron las empresas inglesas que llegaron con sus rieles, con agudos trazados diagonales y levantando centenares de metros lineales de muros, verdaderas barreras urbanas.

Sin embargo, en al menos los últimos 70 años han sido infructuosos todos los intentos por resolver esa afectación. La reciente apertura de calle Blandengues, entre Sixto Laspiur y Malvinas; la demolición de algún paredón para mejorar la seguridad y evitar tanto vandalismo fueron dos gestos menores en el asunto. Siguen faltando pasos ferroviarios, continuidad de calles, aprovechamiento de instalaciones.

La ciudad pisó el siglo XXI sin renunciar a su corset. Surge ahora una nueva oportunidad, a partir de reiterar que no hacerlo genera fragmentación, aislación y falta de inclusión. Que perjudica el desarrollo social, el día a día de los bahienses. Que mantiene ociosas centenas de hectáreas de tierra en una ciudad que las necesita con urgencia.

Es tiempo de respuestas. El diagnóstico ya es conocido.