Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Una obra de arte que no se valora

Bahía Blanca posee uno de los bienes arquitectónicos-urbanos más destacados de nuestro país, del continente e incluso del mundo. Para verlo no es necesario ir a un museo ni pagar una entrada. Sin embargo, el mismo está abandonado a su suerte, muchas de sus partes a punto de colapsar y con intervenciones que afectan dramáticamente su valor.

Se trata del conocido “Barrio Inglés”, al cual sus moradores siguen refiriéndose como las “colonias ferroviarias”, conformado por 13 bloques de dos pisos -con cuatro viviendas en cada uno- ubicados en la calle Brickman, entre la avenida Colón y O’Higgins.

Las viviendas fueron construidas por el ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, una de las empresas ferroviarias más fuertes del país, para servir como morada a empleados de la empresa, en una de las primeras propuestas de “viviendas obreras” del país y primer barrio de esas características en la ciudad.

Por otra parte, se resolvieron con una arquitectura singular e inédita, ya que se recurrió al ladrillo visto -propio de las arquitectura utilitaria ferroviaria e industrial-, con cubierta de varias aguas con tejas metálicas, el uso del hierro en los balcones, de la madera y de las chimeneas, dando cuenta de la presencia de los hogares a leña.

Se planteó además en dos pisos -signo de presencia y jerarquía-, retirado de la línea municipal y con un patio anterior, otro particular aporte.

Como parte de un área ferroviaria destacada, el barrio es un verdadera “joya”, un conjunto que en cualquier lugar del mundo sería motivo de orgullo y razón de atracción para el turismo.

Declarado Monumento histórico nacional, provincial y municipal, ninguna de esas jerarquías sirve siquiera para generar recursos para su mantenimiento mínimo.

Tampoco existe un control sobre las intervenciones que hacen sus ocupantes, pintando paredes, levantando muros o realizando modificaciones que afectan el valor del conjunto.

Poseer el barrio inglés es como tener un Picasso o un Van Gogh en la ciudad. Un tesoro, una obra de arte.

Resulta lamentable que nadie se ocupe del mismo. Que no exista una política mínima de cuidado. Que no figure en la agenda de quienes tienen potestad generar alguna acción que a esta altura resulta necesaria e impostergable.