Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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En Bahía, el blanqueo de capitales también fue un éxito

Los pagos por sinceramiento totalizaron $ 384.377.018 hasta el mes pasado.
Fotos: Emmanuel Brianne y Archivo La Nueva.

    Al igual que en el resto del país, el blanqueo también fue un éxito en Bahía Blanca.

   Y la cifra de recaudación del impuesto que abonaron por única vez quienes adherían al mismo así lo prueba: los pagos por Sinceramiento Fiscal que ingresaron a la Dirección Regional Bahía Blanca de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) hasta el pasado mes totalizaron unos 384.377.018 pesos, cifra que es equivalente a casi el 15 por ciento del gasto total presupuestado para todo 2016 por el erario bahiense, así como al 60 % del monto que planeó destinar para obra pública en la ciudad.

    Si se considera el global de lo recaudado por toda la Dirección Regional de AFIP, que incluye, además de Bahía Blanca, a otras ciudades de la Provincia, el total asciende a 503.773.756 pesos. La cifra incluye el producido por impuesto especial de Tres Arroyos ($ 54.828.378), Coronel Suárez ($ 22.948.607), Olavarría ($ 21.923.824), Carhué ($ 15.339.407), Coronel Pringles ($ 4.356.522) y, por supuesto, Bahía Blanca ($ 384.377.018).

    Otra evidencia adicional de los buenos resultados puede encontrarse en la expansión poco frecuente de los depósitos a la vista en dólares, que en los bancos bahienses se incrementó nada menos que un 187% entre enero-octubre del año pasado e igual lapso de 2015, de acuerdo con cifras del Banco Central.

    La apertura de cuentas especiales en las entidades financieras para inmovilizar las tenencias de divisas o dinero en efectivo no declarados era uno de los requisitos de la ley de Sinceramiento Fiscal. El tiempo que había dado la AFIP para la apertura de dichas cuentas caducaba el 30 de octubre, pero el contribuyente podía depositar lo blanqueado el 21 de noviembre.

    El análisis pormenorizado de la planilla a la que accedió en forma exclusiva “La Nueva.” refleja que, tal como pronosticaban los especialistas, el blanqueo se aceleraría en los últimos meses del año, ya que a partir del 31 de diciembre de 2016, el impuesto que cobraba AFIP para exteriorizar los bienes subía del 10 al 15% -aplicable sólo sobre los bienes que no sean inmuebles- siempre y cuando el total de bienes a declarar por el contribuyente (inmuebles, dinero en efectivo, divisas, etcétera) superará los 800.000 pesos, tal cual especifica el artículo 41 de la Ley 27.260 de Sinceramiento Fiscal.

    Otro de los hitos que explicaría el apuro de los contribuyentes de Bahía y la zona por blanquear y que es, al mismo tiempo, responsable de una parte sustancial del éxito aludido, fue la firma de acuerdos de intercambio de información tributaria con otros países.

    Entre estos arreglos, se destaca el que el gobierno de Mauricio Macri firmó el 23 de diciembre con el Internal Revenue Services (IRS), la agencia estadounidense a cargo de la recaudación fiscal, por medio del cual, se comprometió a remitir datos de argentinos con patrimonio en ese país, como cuentas bancarias, inmuebles o activos financieros, que no haya ingresado al blanqueo.

    El acuerdo fue refrendado contra todos los pronósticos, ya que los especialistas en política internacional lo habían puesto en duda, sobre todo, tras el triunfo en las elecciones presidenciales del republicano Donald Trump.

    Así las cosas, la recaudación por impuesto especial pegó un salto abrupto del 480% entre noviembre y diciembre en todas las jurisdicciones del área de influencia de la regional de AFIP con sede en nuestra ciudad. Más: durante el último mes de 2016 el ingreso por el tributo del blanqueo representó nada menos que el 82% del total, dividiéndose el 20% remanente entre los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre.

Plata que se va

    El Sinceramiento Fiscal tuvo dos etapas. En la primera, que finalizaba el 30 de septiembre de 2016, los fondos declarados que se destinaran a adquirir un bono soberano en dólares por tres años y con 0% de interés no tenían que pagar ninguna penalidad.

    Adicionalmente, el blanqueo incluyó el pago de un impuesto especial -que se paga por única vez-, cuya alícuota varía en función del monto total de bienes declarados. De esta manera, si todo lo exteriorizado suma menos de $ 305 mil se paga 0%, si suma entre $ 305 mil y $ 800 mil paga un 5%, y si supera esta cifra, el porcentaje varía según la fecha en que se lo declare.

    Atado a lo anterior, los bienes blanqueados antes del 31 de diciembre de 2016 y por más de $ 800 mil pagaron un 10%, mientras que los que lo hagan en la última etapa, del 1 de enero de 2017 hasta el 31 de marzo de 2017, tendrán que pagar un 15%. Dicho porcentaje se aplica sobre los bienes muebles.

    La ley 27.260 permite que los contribuyentes declaren sus bienes ante el fisco, paguen el impuesto especial , aunque no tienen la obligación de repatriarlos. De hecho, esa fue la opción más elegida por los argentinos: un 86% del monto total que ingresó al sinceramiento (según datos de AFIP nacional, U$S 97.842 millones) se quedó en otras jurisdicciones.

    Pero, más allá de que decidan volver a no a la Argentina, una vez declarados ante el fisco, quedarán alcanzados por impuestos nacionales como Bienes Personales, en caso de corresponder. De hecho, cálculos del organismo fiscal estimaron que la nueva base imponible del tributo en el exterior asciende a 106.760 millones de pesos.

    Desde el gobierno se entusiasman señalando que todas las cifras difundidas a la fecha son provisionales, ya que el final del sinceramiento está previsto para el 31 de marzo de este año, por lo cual, estiman que el total ingresado al sistema superaría holgadamente los U$S 100.000 millones. Esto significaría también que se engrosarán las arcas del Estado nacional, dejando atrás los 106.760 millones de pesos que recaudó el impuesto especial en todo el país hasta el momento.

Mucho por blanquear

    La Argentina tiene el penoso récord de ser uno de los países del planeta donde sus habitantes reniegan de sincerar su patrimonio ante el fisco. Prefieren resguardarlo en el extranjero (los más pudientes), en cajas de seguridad no declaradas o, lisa y llanamente, abajo del colchón.

   “Los argentinos llevan décadas fugando capitales. La inestabilidad macroeconómica y la falta de seguridad jurídica nos acostumbraron a desconfiar del sistema financiero local y de nuestra moneda como vehículo de ahorro y, en cambio, apostar al dólar (dentro o fuera del país) como reserva de valor. Por ello, el stock de activos externos de los argentinos ha crecido de manera impactante”, concluyó el economista bahiense, pero radicado en la Capital Federal, Federico Muñoz.

    La estimación oficial del INDEC da cuenta de la existencia de unos U$S 235.000 millones en activos externos; de los cuales U$S 195.000 millones serían activos líquidos y el resto, básicamente, propiedades en el exterior.

    Cabe aclarar que la cifra oficial del stock de capitales externos está en revisión y que, según estimaciones privadas, dicho stock sería ostensiblemente superior.

    De hecho, el también economista Jorge Gaggero, del desaparecido instituto CEFID-AR, afirma que la medición oficial subestima la magnitud de las existencias de activos externos en manos del sector privado, porque no considera la fuga ilícita de capitales ni logra captar ciertos mecanismos de evasión y elusión.

    Por caso, la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones fueron prácticas frecuentes y significativas (particularmente durante los últimos años de cepo cambiario), a través de las cuales empresas argentinas fugaron capitales bajo el disfraz de operaciones de comercio exterior.

    "Vale decir: donde el INDEC veía una operación de importación, los analistas privados ven una compra al exterior y una salida de capitales. La misma distorsión se presentaba en maniobras con los precios de transferencia del comercio intra-firma de multinacionales. Teniendo en cuenta estas consideraciones, las diversas estimaciones alternativas elevan el stock de activos externos en manos del sector privado a un rango de entre U$S 350.000 millones (según el Estudio Ferreres) a U$S 440.000 millones (en la estimación de James Henry de la organización Tax Justice Network). Si bien hay diferencias sustanciales entre las distintas mediciones privadas, todas coinciden en una subestimación significativa por parte del ente oficial”, advirtió Muñoz.

Comparaciones

    Desde el punto de vista tributario, los especialistas coinciden en que las amnistías tributarias al estilo del blanqueo son un castigo para los contribuyentes cumplidores, que pagaron todos sus impuestos al fisco en forma regular, ya que no escondieron sus bienes de su alcance.

    De todas formas, lo cierto es que no es la primera vez que se realizan ni en la Argentina ni en el resto del mundo.

    De hecho, la administración de Cristina Fernández de Kirchner impulsó dos: el primero, en 2009, logró adhesiones por un total de US$ 4.700 millones, y el que se extendió de 2013 a 2015 sumó US$ 2.600 millones, de acuerdo con la AFIP.

     En este último caso el Gobierno kirchnerista originalmente preveía llegar a los US$ 4 mil millones en tres meses de duración, cifra que no se alcanzó luego de sucesivas prórrogas.