Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Fabio Posca: “A mí me importa que el tipo que sale de mi show se vaya raspado”

Con la presentación en Mar del Plata de su unipersonal Fucking fucking yeah yeah, Favio Posca validó una vez más su título de artista y rock star camaleónico.
Fabio Posca: “A mí me importa que el tipo que sale de mi show se vaya raspado”. Domingo. La Nueva. Bahía Blanca

Agencia Télam

Fabio Posca está jugando de local en Mar del Plata y se siente muy cómodo. Sobre todo arriba del escenario. El multifacético artista nació en La Feliz hace 50 años.

“La sala estallaba, había mucha energía, y creo que es el mejor ejemplo de que si ponemos lo mejor de nosotros. Mar del Plata va a volver a brillar, sin dejarnos llevar por los estigmas de que la cosa no funciona”, dijo Posca en un bar de la calle Alem, en un mensaje optimista muy similar al que lanzó desde el escenario del teatro Roxy al cerrar su performance de casi dos horas en la que no faltó ninguno de sus personajes, que volverán cada martes de enero y febrero.

Para esta temporada, Posca decidió adaptar junto a Luisa Cayetana una puesta en escena “más psicodélica”, según sus palabras.

La TV y El Perro

En 2016 también Posca se dio el lujo de meterse en el “prime time” de la televisión con una destacada participación en el concurso Bailando por un Sueño del ShowMatch de Marcelo Tinelli.

-¿Por qué decidiste defender a Mar del Plata desde el escenario?

-Nunca hablo después del show. Pero quería dedicar la función a muchos amigos y básicamente a Alfredo Callau, mi hermano y asistente de toda la vida, que ya no está. Y lo de Mar del Plata surgió por una necesidad de decirlo. La verdad no me interesa saber de dónde salen tantos malos estigmas, pero desde mi lugar sé lo que voy a poner para que se puedan revertir. Fue un show muy intenso, extrañando mucho a Alfredo desde el camarín, porque además de mi mano derecha fue la persona en quien me inspiré para hacer El Perro.

-¿Como hacés para que personajes como El Perro, precisamente, que en algunos casos tienen más de 25 años, sigan siendo frescos?

-Como dice El Perro, él es un mito vivo. Es que son tan vividos los personajes que a partir de que compongo el show están tirando data ellos solos. Es como que siguen viviendo, y les van pasando historias. Yo sólo me meto a imaginar cosas, pero que les pasan a ellos. Tiene que ver con un texto más de guión, de cine, donde la risa siempre cabalga muy presente, pero surge de una historia, no de un chiste. Y obviamente siempre hay personajes nuevos, toda la música es nueva en este show. Hay cumbia, punk rock, rock más tipo Lou Reed. Salen canciones a capella y a la gente le gusta mucho.

-A veces parece que crearas en el momento esas canciones.

-Juego con eso. Que parezca que es, pero no. No soy un tipo que le guste la improvisación. Creo que soy bueno en la improvisación, pero detrás hay que tener una estructura dramática real desde lo escenográfico que te contenga. Porque sino, hay un bache seguro, y no sabés qué decir y cae el espectáculo. Y eso nunca me gustó.

-¿Coinciden las reacciones del público con las que sospechás al pensar nuevos textos?

-Nunca espero mucho del público. Hay gente que se agarra la panza de la risa, otra mira expectante todo el show, se sorprende, se sonroja, transpira, se miran. Mi show tiene que ver con rozar todo el tiempo los prejuicios. Yo hago la mía y voy siempre a fondo. Porque sino es como que los hacés laburar a ellos.

-¿Es la primera vez que bajás del escenario y hasta abrazás a algunos espectadores?

-Sí, es una puerta que abrí. Un movimiento que no había hecho nunca antes. Después de muchos años de laburo con un terapeuta aprendí que muchas cosas se solucionan cuando uno sabe quién es. Cuando te aceptás, incluso con tus defectos, empezás a generar un power que desconocés. A mí me importa que el tipo que sale de mi show se vaya raspado,tocado, que salga diferente.