Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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El eje discursivo

De cualquier análisis neutral se desprende cierto nivel de preocupación ante la posible profundización del discurso presidencial, producto del fin de ciclo kirchnerista, que achique los márgenes electorales del propio oficialismo peronista dentro del FpV.

La ira presidencial, junto al núcleo duro K, hostigando al poder judicial como antes y después de la marcha del silencio por la muerte del fiscal Alberto Nisman, podría provocar que el país sufra una inusitada crisis institucional, cualquiera sea el cristal partidario a través del cual se contemple la coyuntura.

En sus últimas apariciones, hasta el propio gobernador Daniel Scioli recurre a un lenguaje más kirchnerista que nunca, aunque ni él mismo se crea ese rol de interlocutor “paladar negro” del universo oficialista.

El Frente Renovador de Sergio Massa vive un clima de efervescencia a la espera de definiciones relevantes para la sucesión de Scioli en la Provincia. Eso provoca acercamientos entre actores del arco opositor que podrían confluir en el planeta amarillo de Mauricio Macri.

En la antesala de la Asamblea Legislativa bonaerense pueden aparecer definiciones. El senador possista Roberto Costa, entre otros parlamentarios del massismo evalúan pasar a formar parte del esquema del líder del Pro con ganas de unir a la oposición contra el kirchnerismo con el armado de un interbloque junto a la senadora bahiense Nidia Moirano.

“El FR es un colador que no deja de perder intendentes y legisladores” chicanean en obvia alusión a la reciente “retirada” del massismo del alcalde de Coronel Pringles, Carlos Oreste que responde políticamente al intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

Los renovadores del FR niegan que el massismo este cayendo en picada. Aclaran que Massa no renunciará a la pelea por la sucesión de CFK.

“El Lole Reutemann no hace política desde que `vio cosas que no le gustaron´. No creo que le sume a Macri pero seguro le resta a Massa”, interpretan desde un sciolismo que todavía sigue tomando distancia de las declaraciones del cordobes Santiago Montoya, para que el tigrense sea el candidato a gobernador de Scioli.

Para no correr el riesgo de tener que retroceder casilleros sobre el tablero electoral, Scioli le permitió a sus ministros convidar una intrépida suba salarial para los docentes (contempla un aumento interanual cercano al 40%, que llevará desde marzo el sueldo inicial a $ 7 mil) buscando garantizar el inicio de clases y blindar su precandidatura presidencial.

El sindicalista del Suteba, Roberto Baradel, adelantó que la oferta era una propuesta que iba a ser valorada “positivamente" por los maestros. Desde la administración Scioli aclaran que, sin ser imprudentes con la pauta presupuestaria, se ofreció “el mejor aumento posible que podemos pagar”. La Provincia confía alcanzar un acuerdo con los docentes para que “los pibes estén en las escuelas” el lunes que viene, cuando debe comenzar el ciclo escolar.

En rigor, un no inicio de clases podía transformarse en el peor escenario político para Scioli Por estas horas, y en lo que será su último mensaje como gobernador ante la Asamblea Legislativa y el primero como postulante presidencial ante senadores y diputados en una apertura ordinaria de sesiones, con un enfoque “sobre el futuro”.

Los encargados de la estrategia comunicacional ya pidieron un informe “sintético” de los principales logros” de gestión “área por área” ministerial. Especialmente en Seguridad, donde discursivamente Scioli pondrá en valor los “contundentes” resultados en la lucha contra la inseguridad que se registraron a partir de la declaración de la emergencia de seguridad, con la idea central de acorralar el delito y fortalecer la prevención ciudadana.

Tanto en Bahía Blanca como en otras ciudades es lógico el temor vecinal ante un crecimiento de la inseguridad acelerado en los últimos años. “Delito, violencia y droga es la marca de la década ganada de los K”, repiten referentes opositores.