Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Díaz le disparó a la barra: “Los violentos ganaron su batalla y por eso decidí irme de Olimpo”

Su principal argumento fue la vida imposible que le hicieron ciertos integrantes de la “Noroeste 74”.
Fotos: Rodrigo García y archivo La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

“No me quería ir, pero me tuve que ir”.

   Con esa frase, y tras una larga lista de agradecimientos y de aclarar que esta vez se iba encariñado con Olimpo, Cristian Díaz brindó hoy al mediodía su última conferencia de prensa, la de la despedida, porque el domingo a la tarde, después de una breve reunión con el presidente Alfredo Dagna, dejó de ser el director técnico del plantel profesional aurinegro.

   A la mañana, bien temprano, Díaz pasó a despedirse de sus jugadores, permaneció en el club y, 2 minutos después de las 12, junto al resto de su cuerpo técnico, enfrentó a los medios periodísticos en la parte alta del gimnasio Norberto Tomás aduciendo, como principal argumento y sin contemplaciones, que dejaba el cargo por el comportamiento y el hostigamiento de la “Barra” de Olimpo.

   “Voy a citar una frase del `Turco’ Mohamed cuando se tuvo que ir de Independiente. El dijo: `me echó la barra’. No voy a utilizar esa misma frase, pero mi decisión la tomo por esta barra de Olimpo que tan mal le venía haciendo al equipo”, sostuvo el ex entrenador olimpiense, tranquilo, sin acelerarse, sin alzar la voz, respetuoso de cada pregunta y muy irónico cada vez que se refirió a la “Noroeste 74”, que jamás, y menos que menos ahora, ejerció presión o se entrometió en la interna de una comisión directiva para que se tome la decisión de despedir a un entrenador.

   “Entre tantos agradecimientos, no me quiero olvidar de la barra de Olimpo, a aquellos que fueron al predio y que fumaron porros en las prácticas y siempre estuvieron dispuesto a no ayudarnos. Gracias, porque por su proceder, le puedo decir a mi hijo todos los días que debe hacer y que no en la vida; a que le debe apuntar para ganarse la vida dignamente. El mal momento que le hicieron pasar al plantel el sábado, ante San Lorenzo, querer que el equipo pierda el partido, fue muy llamativo. Pero lograron su cometido, salió todo tal cual lo calcularon y la bandera que me confeccionaron estaba muy linda. Eso sí, le erraron al partido, al rival y no se dieron cuenta de que el equipo jugó a buen nivel y que mereció al menos llevarse el empate”, manifestó antes de esperar la primera pregunta.

   “Esto es así, y parece que lo debemos aceptar o acostumbrarnos. Los barras no tienen porqué estar adentro de los predios, es una lucha que los dirigentes pierden día a día. Y nosotros, los trabajadores del fútbol, somos rehenes de esos vándalos. No hace falta que te den una trompada o te rayen el auto para mostrar su agresividad; el laburo en el partido del sábado lo hicieron muy bien y se salieron con la de ellos. Prioricé el bien de mis jugadores y del presidente Dagna, quien me dio trabajo hace diez meses, por eso decidí que este era el final. No quería seguir luchando contra gente a la que no se le puede hablar. Continuaré mirando hacia adelante, deseándole el bien a todos los que me apoyaron y me mostraron afecto”.

   Después de semejante introducción, Díaz trató de enumerar los factores que desencadenaron en su ida de Olimpo, aunque siempre priorizó el accionar de la “barra” y no el pobre cometido de su equipo en 26 partidos (5 triunfos, 11 empates y 10 derrotas, es decir el 33,33 por ciento).

   “En el aspecto deportivo no logramos los resultados que pretendíamos, es cierto, pero también es cierto que antes de San Lorenzo llevábamos 5 partidos sin derrotas. Aunque en este último mes y medio se generaron algunas cuestiones raras que en Olimpo no solían suceder, pero que uno entiende que están ligadas a la política interna o hacia mi persona. Pasaron cosas feas. No quería irme, pero siento que debo irme”.

--¿Qué hubiese pasado si le ganaban a San Lorenzo?

--Todo iba a seguir igual. La bandera estaba preparada e iba a aparecer en el partido con River. La dirigencia logró frenar ciertas cosas, pero otras no pudo, y debió hacerlo. Me refiero a la presencia de estos inadaptados en los entrenamientos, me tuve que fumar sus porros indirectamente y sin que nadie del club les impida nada. Nos hicieron mucho daño. Además, dicen ser hinchas de Olimpo y venían a ver perder al equipo. ¿Qué clase de hinchas son? Me parece que estaban errados.

“Nosotros, como equipo, siempre hemos trabajado de la misma forma, desde el primer día al último. No encontramos los resultados como para frenar ese mal o esa presión negativa que inculcaban ciertos barras, que no es grato para nadie pero que es moneda corriente en la sociedad enferma que vivimos”.

“Asumo que los resultados no fueron los esperados, pero lo que pasó el sábado no fue algo librado al azar. Estuvo todo organizado por estos barras a los que le cuesta mucho pensar en estado normal, así que imaginénse que pueden decir en el estado con el que van a la cancha. Le erraron el día, cantaron que `no juegan con nadie’ cuando enfrente estaba San Lorenzo, eligieron el partido que no tenían que elegir para justificar la acción, aunque se salieron con la suya. En una palabra: ganaron los violentos”.

--Si vos no te querías ir pero decidiste irte por los “barras”, entonces tu salida de Olimpo no fue de común acuerdo. Parece que los dirigentes no opinaron. La verdad, no se entiende como fue tu salida del club…

--Ponéle de título que quieras. Es entender una situación. Yo no quería que mis futbolistas sufran. Me hubiese gustado que alguien me diga: `Cristian, trabajá tranquilo, los barras no aparecerán más por el predio’. También entiendo que el presidente lucha contra este flagelo, que trata de que los barras no molesten, pero él también se “comió” una bandera en su contra, y es totalmente injusta. Tal vez si Dagna me daba garantías, hubiésemos seguido, no lo sé, aunque no tengo nada que reprocharle. Sentí que debía decirle que así no podía seguir y se lo dije en el encuentro que tuvimos el domingo. Y acá estamos…

--Me cuesta creer que sientas que la barra te echó del club…

--Yyy… En las últimas cuatro semanas la barra vino tres veces al predio, a molestar, a generar desestabilidad, a mirarnos con odio. Entonces tuve que salir a hablar, a escucharlos, a tratar de que no molesten a los jugadores, algo que como técnico no debo hacer. No podía bancarme que me fumen porro al lado, darle explicaciones a gente que no entiende nada, que no sé cómo se ganan la vida.

“Protejo a mis jugadores, traté siempre de aislarlos del trato con los barras. Pero todo tiene un límite. Estoy fuerte, bien de ánimo, y no me quiero ir. Pero no soy tonto, también entiendo que se llegó a una situación que no daba para más. No podía exponer a Dagna o al plantel al manejo libre de ciertos barras que prácticamente catapultaron mi salida del club. Me voy con una relación de amistad con el presidente y todos los dirigentes del club; porque acá construimos y colaboramos con el crecimiento de Olimpo. Deportivamente no nos fue bien, pero trabajamos con lealtad, seriedad y responsabilidad”.

--Cuando terminó el partido con San Lorenzo no diste la habitual conferencia de prensa. ¿Ya pensabas que te podías llegar a ir?

--No. Decidí irme a casa, a pensar y analizar. Al otro día me levanté, lo llamé a Alfredo, pasó por el departamento, charlamos sobre lo futbolístico y lo extrafutbolístico y de común acuerdo decidimos que el ciclo se corte ahora, por el bien de Olimpo y de un grupo de jugadores que son leones preparados para luchar, y que sé que les empezará a ir bien.

“Lo pensé mucho; y no fue fácil tomar la decisión. No soy egoísta, y pensé en aquellos futbolistas que juegan poco, que puede ser un estímulo la llegada de otro entrenador. Además, si hay un cambio de técnico, es un soplo de aire fresco para el plantel y para el club. Además todos los jugadores arrancan de cero, renuevan sus ilusiones, y como son buena gente, sé que les empezará a ir bien”.

   Pero Cristian Díaz no pudo con su genio y volvió a hablar de los “barras”.

“Me dijeron que históricamente, las visitas de los barras fueron aisladas en otros procesos. A mi plantel lo visitaron tres veces en un mes. Entonces hay que pensar que algo raro hay o hubo. Por ahí son cuestiones políticas o de poder, no lo sé, pero son cuestiones que debe resolver Dagna.

“Lo que sí estoy convencido es que a mi no me han querido perdonar cuestiones del pasado y un grupo de barras le hicieron la vida imposible al equipo que yo dirigía. Decidieron hacer siempre el mal, los errores me los marcaron a fuego y los aciertos siempre pasaron desapercibidos. No reniego contra la prensa, ni contra la dirigencia, la decisión de irme la tomé porque ese grupo de barras laburó muy bien este último mes”.

--Yo creo que un grupo de hinchas no estuvo de acuerdo con tu llegada a Olimpo y durante 10 meses pidió para que te vayas. ¿Fue la presión más grande que tuviste que soportar?

--No estaba cansado por tanta carga negativa, pero tengo sentido común y llegó el momento que no merecía estar soportando tanto hostigamiento. Los violentos ganaron la batalla y me terminaron sacando de Olimpo. Se dieron situaciones negativas, agresivas, feas, por eso era el momento de decir basta.

“Situaciones como estas son habituales en el fútbol argentino, y lo malo es que nos acostumbramos a convivir con ellas. Pero digo lo que pienso y estor completamente en desacuerdo con que los barras ganen protagonismo en los clubes. Y ya no soportaba que 4 o 5 tarados vengan en la semana a insultar a los jugadores, a molestar, a meterse con nuestro trabajo.

“Nosotros trabajamos por placer, por gloria y después por dinero. Ninguno de nosotros priorizamos la plata, y los que estamos luchando abajo en las posiciones, debemos aceptar que económicamente debemos sufrir. Se lo dije a Alfredo, los dirigentes tratan de hacer las cosas bien, pero no pueden porque no tienen los ingresos o los medios para cumplir con sus planteles. Jamás pusimos trabas ni excusas, siempre trabajamos para mejorar y conseguir los resultados. No se valoró, por eso se priorizó lo otro, la desesperación, el cansancio por verse siempre en zona de descenso, y el hecho de criticar y destruir.

“Tal vez en otro momento, con otra estabilidad en Primera, con precesos más largos y continuidades de los cuerpos técnicos, Olimpo logre estar peleando arriba y conseguir clasificar a una Copa Internacional. Pero hoy, como está el fútbol argentino, es complicado”.

--¿Qué le dirías a Dagna sobre el accionar de los barras, de todo lo que pasó y que catapultó tu alejamiento del cargo como DT?

--Como primera medida que no entren al predio, y que si van a entrar que dejen los porros afuera. Porque fumar los pone más tarado de lo normal, y los que estamos ahí laburando todos los días pasamos malos momentos. Pero esas visitas no salieron a la luz publica porque siempre tratamos de hablar con ellos, de persuadirlos, de esquivarlos con buena cintura.

“Pero, la verdad, no está bueno soportarlos. Es horrible hablar con estos p… ; es perder el tiempo. No soy como ellos; sólo los enfrenté para proteger a mi plantel. Lo sentí así y lo hice, pero no fue nada agradable”.

--Cuando te despediste del plantel, ¿hubo algún pedido para que reveas la situación, para que sigas?

--El domingo a la noche hablé con varios jugadores y le expliqué porqué tomaba la decisión. Todos me pidieron que no me precipite, que piense, pero la decisión estaba tomada. Varios me dijeron: “Y si pasa esto….”, pero no, ya me había decidido. Tuve un apoyo total del plantel, pero quiero que estén tranquilos para ir a visitar a Racing, que ganen y que empiecen a salir de la zona de descenso. Si eso sucede, voy a ser el primero que va a festejar; porquer quiero que a Olimpo le vaya bien por toda la gente buena que hay acá adentro.

--¿Es un “hasta siempre” o puede ser un “hasta luego”?

--Uno nunca lo sabe. Cuando me fui en 2006, después del descenso del equipo, pensé que jamás iba a volver, y volví. Por eso no sé lo que puede llegar a pasar. Cuando saludé y felicité a los jugadores y a los auxiliares, dejé para lo último al médico Angel Tuma, por razones obvias. Me llevo un montón de relaciones fortalecidas, un montón de imágenes positivas y un montón de gente que me dijo que me quería.

“Demostré quien soy, acallé rumores de personajes que le dijeron a mis jugadores que yo era mala persona. Ya está. No sé qué sucederá en el futuro, la vida y el fútbol dan muchas vueltas. Me gustaría volver a Olimpo, pero si el grupete de barras que me odia, sigue, será difícil retornar. En su momento, hace 10 años, me fui enojado con Olimpo, pero ahora me voy encariñado. Todos, desde los jugadores, los dirigentes y los periodistas, nos han dado lo que han podido. No tengo ni una sola palabra de reproche. Acá siempre se trató de sumar, de tirar para adelante. Quedé con una muy buen relación, no me tengo que esconder de nadie, y si surge otra posibilidad laboral en Olimpo la tendré en cuenta. Siempre evaluando qué pasará con esos hinchas que me detestan y me seguirán detestando.

El último mensaje, casi al borde de las lágrimas, fue para sus jugadores.

“Siempre han trabajado dignamente, siempre se preocuparon en progresar, en querer se rmejores, aún sabiendo que era un año complicado desde todo punto de vista, desde lo económico y lo deportivo. Hoy me puse enfrente de ellos y les dije que le deseo lo mejor. Los quiero mucho, los llevo en mi corazón. Sé que son buenos futbolistas y excelentes personas. Y así como nos han ayudado a nosotros cada día, a partir de hoy tendrán que hacer lo mismo con quien venga. Olimpo se merece seguir creciendo, esté quien esté en la dirección técnica. Siento mucho por este club, y me voy con la sensación de que aprendí mucho y también que dejé algo.

    En tanto, el presidente de Olimpo, Alfredo Dagna, minimizó las declaraciones de Díaz y dijo que los barras son "laburantes".