Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Álvaro Martín: “Manu le tapó la boca a un montón de gente”

Esta noche comienza la NBA y la voz de ESPN habló con “La Nueva”.
Fotos: Reuters y archivo LaNueva.

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com

   “Ya he visto jugar varios pibitos argentinos y algunos de nivel están jugando en tu vecindario, ¡eh!”, avisó Álvaro Martín, con su inconfundible voz que enamora en las transmisiones de la NBA por ESPN.

   La mejor liga del mundo se pone en marcha a las 20:30, con el campeón Cleveland recibiendo a New York -previa ceremonia de entrega de anillos-, continuando a las 23 con Portland-Utah y cerrando 23:30 Golden State-San Antonio.

   Argentina tendrá 4 representantes: Manu y Nicolás Laprovíttola (ambos figuran hoy entre los 13 de los Spurs), Luis Scola (Brooklyn) y Nicolás Brussino (Dallas), ya que Pablo Prigioni fue cortado ayer por Houston.

   Álvaro, puertorriqueño de nacimiento y neoyorquino por adopción, es el relator por excelencia para los latinoamericanos que se prenden con la NBA.

   Finalizada la pretemporada, para él también es hora de salir a la cancha. Y llega, fiel a su costumbre, muy preparado como siempre.

   —¿Cómo ves a San Antonio?

    —Tienen los elementos para ser un equipo aún más capaz y eficiente, sobre todo con (Pau) Gasol. Es un pasador excelente que, además, puede darte algo abajo y jugar pick and roll con cualquiera. Me imagino que las combinaciones con Manu serán verdaderamente espectaculares y en ambas direcciones.

 

   —¿Lo negativo?

    —El interrogante, para mí, es en el costado defensivo. Alguien tendrá que ser primordialmente responsable por complicar a otro equipo. Y esa persona puede ser LaMarcus Aldridge; no estoy seguro que quiera serlo durante 82 partidos. Y no creo que a estas alturas lo sea Gasol. Van a marcar muy bien en el perímetro, estará picante, ahí tienen capacidad. Pero cuando la bola esté cerca del aro, veremos quién se pone el overol para dificultar la situación.

   —La tarea que cumplía Duncan.

    —Duncan lo hacía con gusto y sacaba de aprietos a muchos compañeros. Ya no lo tienen. Entonces, ¿quién asume ese papel sabiendo que se sacrificará mucho en ambos costados de la cancha? También, hasta qué punto. No estoy adentro del equipo, por lo que no me consta, pero uno de los valores que tenía Duncan era que (Gregg) Popovich lo podía matar verbalmente y con gran ecuanimidad él seguía caminando, aceptando cualquier tipo de crítica pública. Eso marcaba una tónica tremenda. No sé si todos están en ese nivel. Sigue siendo un equipo talentoso. Será interesante ver la dinámica de este equipo. Y por último, que para mí fue una de las causas principales de su derrota en playoffs, los dos jugadores que más dominan el balón son los peores pasadores del equipo: Aldridge y Leonard. Necesito ver progreso de ellos en ese renglón. Si ves que la pelota cae en sus manos y se muere, no es muy buen augurio para este equipo. 

Los favoritos de Álvaro para la 2016-17

    —¿La incorporación de Kevin Durant a los Warriors es “el” tema de la temporada?

   —Sí. Creo que la gente tiende a preocuparse de cosas por la que los jugadores no se preocupan. Hay suficiente inteligencia entre las estrellas de Golden State para entender que alguien tendrá ventaja y habrá que darle el balón. Creo que Curry tiene esa personalidad y Durant también en general, lo mismo que Klay Thompson y Draymond Green. No creo que en la cancha veamos rencillas y duelos de protagonismos. Será bien interesante cómo (Steve) Kerr divide a estos señores en cancha. No tienen, aparte de (Shaun) Livingston, que es un armador muy distinto, mucho tiro. Los que se fueron eran, en su mayoría, buenos tiradores y eso le facilitaba la tarea al equipo. Y hay un tema no menor: la salud de Kerr es extraordinariamente frágil, su problema en la espalda no desapareció y en cualquier momento podría sacarlo de la NBA.

   —¿Quiénes consideras favoritos para esta temporada?

    —Golden State, San Antonio, los Clippers en el Oeste... Y en el Este, Cleveland adelante y después hay un grupo de aspirantes, entre ellos, y no necesariamente en este orden: Boston, Indiana, Toronto, Chicago y quizás se cuele Charlotte o Washington...

Aquella primera vez con Pepe

   —¿Cuándo fue la primera vez que nombraste un argentino en una transmisión?

   —La noche que debutó Pepe Sánchez (31 de octubre de 2000). Lo había visto en Temple. Recuerdo haberle dicho a León Najnudel que me parecía que Pepe tenía las condiciones para ser el primer argentino en llegar a la NBA y los que estaban se me echaron a reír. Dije: “para el protagonismo que le va a dar la NBA en este momento, como no hay ninguna estrella, este chico es un perfecto tercer armador, con un control de balón exquisito y una tremenda relación de asistencias a pérdidas”.

   —¿Cambió algo desde entonces cómo se proyecta a un jugador hacia la NBA?

   —Ha cambiado porque los equipos NBA se sofisticaron. Antes tenías que ser un fenómeno porque los ojos les mentían a ellos. Había cierto desconocimiento, y en Estados Unidos el desconocerte es prácticamente no valorarte. Es algo cultural, pero tiene otro lado esa moneda y es que cuando te conocen, realmente te valoran. Hoy la NBA digital le permite a cualquier persona en Dallas ver un partido, por ejemplo de Brussino, y descubrir lo que les dicen, sin buscar la quinta pata al gato.

   —¿El cambio tiene que ver directamente con la comunicación?

   —Totalmente. Es lo mejor que hizo la Liga argentina para potenciarse. ¡Y mirá que le ha costado trabajo! No todo el mundo está convencido de que vale la pena. Pero en el mundo que vivimos, de esta manera les estás abriendo puertas a estos pibes. Te digo más, no me sorprendería que en algún momento un scout de la NBA, que lo único que puede saber es que a Bahía Basket lo dirige el hermano de Manu, esté pescando una jugada de un técnico argentino. Eso es lo que logra la NBA digital.

La influencia de Manu

   —¿Qué importancia considerás que tuvo la figura de Manu para abrirle camino a los argentinos?

   —Fue un pionero y, al mismo tiempo, una estrella. El famoso grito de Charles Barkley de “Ginóbili” era para taparle la boca a Kenny Smith, su compañero de mesa de TNT, que era muy escéptico de Ginóbili. El propio Manu le tapó la boca a un montón de gente, inclusive, hasta cierto punto a su técnico, que por un tiempo fue escéptico y no entendía de qué se trataba la cosa. Como pionero, algo que llegó a existir y se perdió en la cultura del básquet, impuso la idea de que lo importante es ganar y el protagonismo, si contribuís, es totalmente irrelevante. Y para eso no hace falta ser titular. Eso fue otro enorme tapa bocas a una cultura de guapetones (sic) del básquet. Creo que a Manu le incomodó más tener que lidiar con una prensa que insistía con que fuera titular, que entender su papel en el equipo.

   —¿A partir de él cambió esa visión?

   —Yo creo que sí. La culminación será cuando, contribuyendo de esa manera, llegue al Salón de la Fama. Particularmente, en los partidos de las Estrellas cambiaría la votación y me aseguraría colocar un jugador que no sea titular y sí estrella. Hay que valorar eso. Y, también, tener jugadores cuya carta de presentación sea defensiva. Merecen estar.

“Si no hay sangre, no hay falta”

   —¿La NBA modificó la cultura netamente ofensiva?

   —En las canchas asfaltadas de Estados Unidos si no marcás no jugás. El juego callejero es muy físico, rudo; de hecho, hay un lema: “si no hay sangre no hay falta”. Eso sí, cuando llegás al nivel mediático de la NBA, el que mete 25 puntos es quien se lleva la porción más grande en cuanto a exposición.

   —¿Esa es la línea que baja la Liga?

   —Creo que la Liga responde a los sondeos: a la gente le gusta ver a Kobe. Es más difícil valorar lo que hace el pibe que evita que Kobe meta 25 o que lo meta pero intentando 35 tiros. Y lo otro, a los productores de video de la NBA, incluyendo los de ESPN, les cuesta mucho trabajo mostrar compactos donde el balón no perfore el aro. Hay que cambiar poco a poco la cultura.

   Álvaro Martín, tan claro como siempre. 

Shaun